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El otro partido de las futbolistas de EEUU: luchan por la equiparación con los chicos
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Mundial Femenino de Francia 2019

El otro partido de las futbolistas de EEUU: luchan por la equiparación con los chicos

Las jugadoras de la Selección de Estados Unidos, que se enfrentan a España este lunes en Reims, presentaron una demanda ante la Corte de Los Angeles denunciando su situación

Foto: Las jugadoras de Estados Unidos celebrando una victoria tras un encuentro del Mundial.
Las jugadoras de Estados Unidos celebrando una victoria tras un encuentro del Mundial.

Cuando a las 18 horas de la tarde de este lunes las 11 jugadoras de la Selección femenina de Estados Unidos salten al césped del estadio Auguste-Delaune en Reims pelearán por un pase a los cuartos de final del Mundial contra España. Será, durante 90 minutos, su lucha más inminente, aunque no la más importante.

Desde hace meses las integrantes del combinado de Jill Ellis vienen peleando una batalla con más peso: la igualdad salarial con sus colegas de la Selección masculina. Piden que las estructuras salariales sean iguales, que las cantidades que cobran por convocatoria sean las mismas y que la inversión en las categorías inferiores esté a la par.

Foto: Morgan y Lloyd en un partido ante Bélgica. (REUTERS)

Piden igualdad, aun cuando los dos equipos son bien diferentes. Las chicas estadounideneses son (muy) favoritas para ganar el Mundialy sería una de las mayores sorpresas de la historia del deporte que esta tarde España consiguiera hacerse con el pase. A lo largo de su historia, las jugadoras de EEUU han ganado tres Mundiales -de siete disputados, este es el octavo- y cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos.

Mientras ellas arrasan, ellos protagonizan catástrofes como la que les dejó fuera de la Copa del Mundo de Rusia. Para conseguir el billete sólo tenían que superar a la poderosa Trinidad y Tobago, número 92 del ránking FIFA, pero los chicos de Bruce Arena se llevaron una sonrojante derrota que les dejó sin Mundial y al seleccionador sin empleo.

El caso, en los tribunales

Las justas reclamaciones de las chicas no se han quedado en una mera protesta en las redes sociales. El pasado 8 de marzo, día Internacional de la Mujer, 28 jugadoras presentaron en la Corte de Los Angeles una demanda por discriminación laboral de género, con su superestrella Alex Morgan a la cabeza.

Esta querella contra la Federación Estadounidense de Fútbol fue el final de un proceso que comenzó en el año 2016, cuando cinco de estas jugadoras registraron una protesta ante la Comisión de Empleo Igualatorio. Ante la inacción de dicho órgano consideraron que debían llevar sus reclamaciones un paso más allá.

"Las políticas de la federación y sus prácticas de discriminación de género intencionada van más allá de los pagos y afecta a casi todos los aspectos del día a día y de las condiciones de trabajo de las jugadoras", explicaba la querella. Las diferencias se reflejan incluso en las instalaciones de entrenamiento y en la organización de los viajes en las concentraciones o las competiciones.

Foto: Estadio del Mundial de Francia en Rennes. (Reuters)

Después de unos meses, la Federación por fin ha movido ficha. El pasado viernes, tras la clasificación para los octavos de final del Mundial, el órgano que rige el fútbol estadounidense aceptó sentarse a negociar con la ayuda de un mediador una vez que acabe el campeonato.

El regidor del fútbol estadonidense se ha defendido alegando que las situaciones de ambos combinados nacionales no son comparables, ya que operan bajo acuerdos colectivos diferentes. También apuntan a que existen disparidad en los premios del Mundial masculino y femenino -400 millones en el caso de ellos, apenas 30 en el de ellas- y en los ingresos que generan por la venta de derechos de emisión.

Un Mundial con el apellido Marley

Hay muy pocas similitudes entre un Mundial masculino y su equivalente femenino, pese a que poco a poco se van acortando las diferencias. Más alla de lo que generan, de las condiciones económicas -la FIFA ha doblado los premios respecto a la edición de 2015- o de la organización como tal, hay pocos casos en los que un jugador o una selección lo tengan francamente difícil sólo para competir.

Es el caso de la Selección femenina de Jamaica. Hace nueve años la federación del país decidió cerrar el grifo y dejar de financiar a la selección femenina. Pese a las dificultades, se han convertido en el primer equipo caribeño en conseguir plaza para el Mundial.

Con el pasaporte a su nombre, las jamaicanas se encontraron con que su desempeño en el verde no era suficiente para alcanzar el sueño de pelear con las potencias mundiales, dado que no había dinero para afrontar los costes del viaje y la estancia en Francia. Hasta que acudió al rescate el apellido más famoso de todo el país.

Cedella Marley, hija del histórico cantante, ha corrido con los gastos de sus compatriotas. Los resultados no han acompañado, con tres derrotas abultadas ante Brasil, Italia y Australia, en el grupo de la muerte, pero la experiencia sin duda ha valido la pena.

El balón de Oro, en casa

Las del combinado nacional estadounidense no son las únicas voces que claman por la igualdad en el Mundial. La noruega Ada Hegeberg, ganadora del primer Balón de Oro femenino entrega por France Football, no está en el Mundial como protesta por las diferencias de género. 

Hegerberg, a sus 23 años, se plantó después de la Eurocopa de Holanda de 2017 y abandonó el equipo nacional noruego, uno de los más potentes del Viejo Continente, con un veto que mantiene pese a que la Federación ha igualado las cantidades que cobran chicos y chicas por representar a su país. 

Cuando a las 18 horas de la tarde de este lunes las 11 jugadoras de la Selección femenina de Estados Unidos salten al césped del estadio Auguste-Delaune en Reims pelearán por un pase a los cuartos de final del Mundial contra España. Será, durante 90 minutos, su lucha más inminente, aunque no la más importante.

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