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La sigilosa invasión del Barcelona en India que beneficia al fútbol español
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La sigilosa invasión del Barcelona en India que beneficia al fútbol español

Cuatro de los diez equipos de la Superliga están dirigidos por españoles. Desde 2016, la audiencia del fútbol ha subido un 50% en el superpoblado país asiático

Foto: Ferrán Corominas celebrando un gol. (@FCGoaOfficial)
Ferrán Corominas celebrando un gol. (@FCGoaOfficial)

El 17 de marzo, dos españoles se sentaban en los banquillos de Bengaluru y Goa, enfrentados en la final de la Superliga India (ISL, por sus siglas en inglés). Una semana antes, el Chennai City se proclamaba campeón de la tradicional I-League. En ambas competiciones, los máximos goleadores también eran hispanos, confirmando el dominio del 'tiki-taka' español en el fútbol indio, donde empieza a despuntar. Aún lejos del idolatrado críquet, el deporte rey en Europa era marginal en el subcontinente indio hace una década, cuando se creó la liga nacional (I-League). Esta y la Superliga, su versión 'playoff', cambiaron el panorama en India, donde la audiencia del fútbol ha subido un 50% desde 2016, alcanzando 498 millones de espectadores.

"India siempre me había atraído. Los estadios de futbol son grandes y los terrenos de juego están muy bien. Hay mucha afición y nuestro campo se llena", cuenta Ferrán Corominas, pichichi y balón de oro en las dos últimas ediciones de la Superliga india. Con 21 goles, el exdelantero del Espanyol es uno de los artífices del éxito del Goa FC, subcampeón de la liguilla-torneo nacional. "Es bueno que haya jugadores extranjeros, aunque con un numero limite para potenciar el futbol indio. El trabajo de 'marketing' hace que la liga crezca en popularidad”, dice quien es conocido como Coro también en India, donde recayó hace dos años después de un breve paso Chipre tras su carrera en España, donde ganó una Copa del Rey.

Si antes los aficionados indios del balompié eran de regiones con tradición futbolera como Kerala o la propia Goa, de herencia portuguesa, el fútbol ya es deporte de masas en el país asiático. Prueba de ello es el récord de asistencia de más de 1,3 millones de personas en el mundial sub-17 celebrado en 2017 —solo la final, entre España e Inglaterra, acogió más de 67.000—. Un número que se traduce en más interés hacia los dos torneos futbolísticos del panorama nacional indio y que compiten por atraer a seguidores y profesionales.

Foto: Neymar, con gesro pensativo, durante una concentración con la Selección de Brasil. (Reuters)

"La Superliga tiene una organización excelente. Se juega un partido todos los días de la semana, en horario 'prime time' y la producción televisiva es espectacular”, explica Carles Cuadrat, entrenador del Bengaluru FC, campeón de la presente edición. Miembro del staff técnico de Frank Rijkaard en Barcelona y Galatasaray, Cuadrat apuesta por el formato eliminatoria: “Hay que seguir con la fórmula de la Superliga india, que está en su quinta edición. Esta ha hecho que los futbolistas indios mejoren más que en la liga anterior, la I-League, ya que tiene mejores extranjeros, campos y entrenadores". El técnico catalán conoce bien los dos torneos, ya que entró en el equipo técnico del Bengaluru cuando el club aún formaba parte de la I-League.

A finales de 2013 se creó la Superliga, una competición al estilo americano, con liguilla entre ocho equipos (diez desde el año pasado) y un 'playoff' final entre los mejores. Su aparición coincide con la década de profesionalización del fútbol indio mediante la I-League, torneo a la europea con una decena de clubes y varias divisiones. La liga tradicional, sin embargo, no ha tenido la popularidad esperada por falta de contratos publicitarios. La Superliga, en cambio, tuvo apoyo de la industria del entretenimiento y de los negocios que permitieron incorporar internacionales ilustres como Del Piero, Pires, Trezeguet, Capdevila o Luis García, atrayendo a más público.

"Los futbolistas ya no están obligados a jugar en dos equipos (de ISL y I-League) por temporada como en los tres primeros años de la Superliga. Y los clubes ya no son franquicias, sino estructuras profesionales", explica Ravi Puskur, director deportivo del Goa FC. Tras el caos inicial, los dos torneos coexisten mientras se baraja una fusión que multiplique las ganancias para la federación y mejore el nivel para que los clubes compitan en la Liga de Campeones Asiática. "Esto atraería ingresos en contratos de emisión y patrocinios. Además, ver a los futbolistas indios jugar en escenarios internacionales activaría una audiencia de más de 300 millones", resume Ravi, que ha fichado a nueve profesionales criados en LaLiga desde que se hizo con la gestión del Goa. De los 70 futbolistas españoles que militaron en equipos indios de los dos torneos, 29 continúan en el país.

Tres de los cuatro entrenadores españoles de los diez equipos que participan en la Superliga fueron acunados en La Masia del FC Barcelona

La Masia en la India

Si el nacimiento del fútbol profesional indio coincidió con del tirón mediático de LaLiga y los éxitos de la Selección española, no extraña que 21 de los 70 fichajes de la pretemporada 2018-19 fuesen españoles —muy por encima de los 8 brasileños; segunda nacionalidad en número—. Así, los medios locales también asocian la presencia española en las filas de equipos del subcontinente a la consagración definitiva de Pep Guardiola en la Bundesliga y, sobre todo, la Premier League, competición de referencia para los tradicionales amantes indios de este deporte. No en vano, tres de los cuatro entrenadores españoles de los diez equipos que participan en la Superliga fueron acunados en La Masia del FC Barcelona.

"Hablar solo de Guardiola o de La Masia es ajustar mucho el foco", apunta Carles Cuadrat, criado en el fútbol base del Barcelona. "Se valora de nosotros que estamos muy bien formados, y que trabajamos con mucha profesionalidad. Allá donde va un entrenador español, el club sabe que esta firmando una manera de trabajar metódica y eficiente", explica el español más veterano en India, donde ha trabajado desde 2016.

Subcampeón de la Superliga india este año, Sergio Lobera también trabajó durante ocho años en las categorías inferiores del Barcelona. "Aunque uno no quiera alejarse de una idea de juego, no en todos sitios se puede jugar como en el Barça. Así que cuando sales de ese entorno es cuando se demuestra tu capacidad de asimilar y adaptación a contextos", dice. Entrenador del Goa desde hace dos años, Lobera cogió las riendas del equipo confiando en que se respetaría la idea del fútbol centrado en el equipo y no en estrellas mediáticas, lo que también resalta Cuadrat: "Aquí los propietarios de los clubes son muy conscientes de que no saben de fútbol y delegan esa responsabilidad en los entrenadores. Algo que debería ser la regla general en todas los países del mundo, aunque no es así”.

Junto con el expreparador del Atlético de Madrid César Ferrando, el último de los españoles en fichar por un equipo de la Superliga india fue Josep Gombau, actual entrenador del Delhi Dynamos FC, donde militan otros siete españoles más, entre futbolistas y miembros del equipo técnico. "Hay cosas diferentes que requieren mayor proceso de adaptación. Pero es algo a lo que, como persona y profesional, hay que adaptarse en vez de intentar que el resto se adapte a ti", explica el mánager del equipo de la caótica capital del país asiático. Último de la tríada de entrenadores de La Masía en India y con más de una década de experiencia en ligas asiáticas, Gombau pronostica un buen futuro al deporte rey en el país del críquet: "Se está creando tradición entre los chicos de manera que, en seis o siete años seguro que el nivel del fútbol indio en general crece".

El éxito del fútbol comenzó con un récord de asistencia (más de 18.000 personas) a la retransmisión pública oficial del El Clásico entre Real Madrid y Barcelona en 2017. Espectadores que crecieron gracias a las retransmisiones gratuitas de LaLiga por Facebook, que alcanzaron los casi seis millones el año siguiente. Aunque la importancia de LaLiga puede haber cambiado ahora que la Premier League parece ser más competitiva y espectacular, el fútbol ha llegado a India para quedarse. Un ejemplo más es la reciente creación con la ayuda de la FIFA de la Baby League, una competición para niños de entre 4 y 13 años que será una futura cantera del deporte en el país llamado a tener la mayor población del mundo en los próximos años.

El 17 de marzo, dos españoles se sentaban en los banquillos de Bengaluru y Goa, enfrentados en la final de la Superliga India (ISL, por sus siglas en inglés). Una semana antes, el Chennai City se proclamaba campeón de la tradicional I-League. En ambas competiciones, los máximos goleadores también eran hispanos, confirmando el dominio del 'tiki-taka' español en el fútbol indio, donde empieza a despuntar. Aún lejos del idolatrado críquet, el deporte rey en Europa era marginal en el subcontinente indio hace una década, cuando se creó la liga nacional (I-League). Esta y la Superliga, su versión 'playoff', cambiaron el panorama en India, donde la audiencia del fútbol ha subido un 50% desde 2016, alcanzando 498 millones de espectadores.

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