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La amargura de David de Gea: de Pedro Sánchez a Kepa
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el guardameta se niega a hacer declaraciones

La amargura de David de Gea: de Pedro Sánchez a Kepa

Le negó la mano (y el aplauso) al presidente del Gobierno y a partir de ahí ha transitado en un mar de dudas, sobre todo con la Selección. Ha perdido el puesto frente a Kepa

Foto: David de Gea, en un partido con el Manchester United esta temporada. (Reuters)
David de Gea, en un partido con el Manchester United esta temporada. (Reuters)

Le negó la mano (y el aplauso) al presidente del Gobierno. La Selección mantenía un encuentro privado en La Rozas con el recién nombrado máximo dirigente del país. El entonces portero titular de la Roja, roto de rencor, preso de revancha, ajustició públicamente a quien lo señaló de una crueldad. Hablamos de las inoportunas declaraciones del aspirante a gobernar España reflexionando sobre una información relacionada con el guardameta. De Gea, el señalado, nunca ha salido de aquel bucle de hace tres años. Sánchez diagnosticó que se sentía incómodo viendo al cancerbero como meta de la Roja "después de ver su nombre salpicado y denunciado por una menor". La metedura de pata del político se ha enterrado…excepto en la memoria del portero, quien parece perseguido por una amargura cada vez que actúa con el equipo nacional.

De Gea parece no haber superado aquella circunstancia. Todo estalló durante la Eurocopa de Francia en 2016, cuando Del Bosque explicó aquello de la dulce transición que nadie creyó, porque Iker Casillas no cedía con gusto su trono mientras el del Manchester United alcanzaba de puntillas una portería que contaba con nuevo inquilino y cuyas actuaciones serían observadas con lupa. Pero Vicente se mostró arrojado y lo lanzó al frente evocando un cambio de guardia que le costó al seleccionador la relación con el hasta entonces incontestable titular. Desde entonces, con esa determinación polémica para parte de la opinión pública, han concurrido tres mandamases que han mantenido al chico de Illescas al frente. Lopetegui, Hierro y Luis Enrique lo han sujetado como número uno hasta que Robert Moreno, el seleccionador interino, ha optado por el relevo. ¿Crueldad? Gran parte de la España futbolística reclamaba que De Gea debía perder el puesto tras discutir algunas de sus actuaciones.

Gran parte de la España futbolística reclamaba que David de Gea debía perder el puesto tras discutir algunas de sus actuaciones con la Selección

El estado anímico del portero titular ha ido decayendo en función del correr del almanaque. Su lenguaje no verbal ha provocado, en gran medida, el relevo en el partido ante Suecia en el Bernabéu. En la concentración terminada, el meta anticipó su regreso para trabajar con tiempo y con ganas. Pero aterrizaba con las mismas sombras que presenta cuando acude a defender la portería de España, De Gea ha culminado una pobre temporada, con su club ha perdido los puestos de honor entre los mejores de la Premier League. Por sorpresa, con dosis de valentía, Moreno, el ayudante de Luis Enrique, dejó caer que cierta comodidad y relajación podrían haber influido en el cambio de portero, para terminar apoyándose en el concepto de que el final de curso precipitó la decisión definitiva en favor de Kepa.

No es de hoy que algunos compañeros de la Roja han dudado, con gestos públicos incluidos sobre el césped, de algunas acciones de De Gea bajo los palos. Esto ha molestado al portero. Pero la cuestión es que esa ineficacia se ha trasladado hasta Inglaterra, donde ha perdido ese canon de fortaleza pública. El curso de Alisson Becker, Ederson o el propio Kepa lo han relegado de los puestos de privilegio de la Premier hasta una consideración menor, que incluso ha hecho dudar al Manchester United ante la ausencia de respuesta para renovar. La decisión de Moreno/Luis Enrique se considera como un golpe de efecto a quien mantenía el sitio de Casillas durante tres años. Hasta el propio Iker se aventuró a proponerse como alternativa ante la dudas mostradas por De Gea.

placeholder Kepa y De Gea durante un entrenamiento de la Selección en la última concentración. (Reuters)
Kepa y De Gea durante un entrenamiento de la Selección en la última concentración. (Reuters)

El eco popular lo ha cerrado Moreno, pero desde aquellas críticas de Sánchez al guardameta la secuencia no parece detenerse. La imagen del portero sufre un desgaste mediático entre aquellos que mantienen el pulso pertinente de reconocimiento y los que se asoman desde un crítico rendimiento que admite el mal progreso. Ya no sirve que los hombres de confianza de De Gea imploren súplica a miembros poderosos de influencia global frente a la escasa aptitud mostrada por quienes manejan su comunicación. Porque el protagonista, que se sostiene sobre una preocupante imagen de silencio, es incapaz de cambiar su suerte. Desde aquel suceso previo a Francia 2016 ha transcurrido un trienio donde lo peor es que no sabemos qué piensa de verdad de todo esto.

De Gea, dicen sus defensores, es un portero sin prensa. Pero, ¿qué es un portero sin prensa? El guardameta se ha sujetado sobre un potente gabinete de comunicación donde habitan periodistas formados, periodistas en activo, periodistas expertos en comunicación asociada con la UEFA. En resumen, gente sabia que debe experimentar cómo convencer a quien se niega sistemáticamente a realizar declaraciones. Y sí, De Gea es el culpable, el único culpable de no parar las que le han tirado…pero nunca desde el visor de los periodistas. Por eso, en el Manchester United transitan con preocupación sobre el futuro del meta. Sin renovar, admite en privado que le debe algo a los ‘reds devils’, la prensa inglesa explica que el club está dispuesto a hacer caja. Incluso, el ‘Daily Mail’ informaba que la entidad estaría decidida a entregarle un tercio de la cantidad de una futura venta. Mientras tanto, en septiembre regresará a la Selección. Veremos si ya con Luis Enrique en la dirección y en qué condición: titular o suplente.

Le negó la mano (y el aplauso) al presidente del Gobierno. La Selección mantenía un encuentro privado en La Rozas con el recién nombrado máximo dirigente del país. El entonces portero titular de la Roja, roto de rencor, preso de revancha, ajustició públicamente a quien lo señaló de una crueldad. Hablamos de las inoportunas declaraciones del aspirante a gobernar España reflexionando sobre una información relacionada con el guardameta. De Gea, el señalado, nunca ha salido de aquel bucle de hace tres años. Sánchez diagnosticó que se sentía incómodo viendo al cancerbero como meta de la Roja "después de ver su nombre salpicado y denunciado por una menor". La metedura de pata del político se ha enterrado…excepto en la memoria del portero, quien parece perseguido por una amargura cada vez que actúa con el equipo nacional.

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