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El demérito de España en el Mundial femenino o por qué Alemania ganó (lógico)
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"Estos errores no se pueden cometer más"

El demérito de España en el Mundial femenino o por qué Alemania ganó (lógico)

La selección tuteó a toda una campeona del mundo y olímpica, pero la falta de gol y un gran error defensivo lastraron sus opciones. Vilda cumplió el mandato de Hermoso, pero el experimento falló

Foto: Lucía García, en un duelo contra la alemana Popp. (Reuters)
Lucía García, en un duelo contra la alemana Popp. (Reuters)

La España de Jorge Vilda sigue respondona. Esta tarde, en el Estadio Hainaut de la localidad de Valenciennes, solo la falta de gol le ha condenado ante la todopoderosa Alemania, campeona olímpica, bicampeona del mundo y ocho veces de Europa; casi nada. La España de las 60.000 licencias de fútbol femenino, contra un país con más de un millón. En España no hay ningún conjunto que haya ganado la Champions League, aunque el Barça ya disputó la final este curso, en Alemania hay cuatro equipos que se han repartido hasta nueve 'orejonas' desde que se iniciara esta competición a principios de siglo (Frankfurt, Turbine, Duisburgo y Wolfsburgo).

El fútbol femenino español y su Liga Iberdrola, todavía lejos de la Bundesliga, ha mirado de frente a unas renovadas teutonas, en pleno proceso de reestructuración, y durante muchos minutos se ha permitido el lujo de soñar con la victoria por primera vez en cinco partidos, pero no ha podido ser. La gran favorita del grupo ha cumplido todos los pronósticos y se ha llevado el duelo más por demérito ajeno que otra cosa. Sandra Paños, la portera alicantina del Barça, repelió de forma felina una pelota dificilísima, a bocajarro, bien rematada por Popp. El cuero quedó muerto en el área y Marta Torrejón, la experimentada capitana, cometió un error de novata: esperó de más a que su guardameta, que estaba en el suelo, se levantara para interceptar la pelota y por detrás apareció como un misil Däbritz, pilla como ninguna, que metió la pierna y embocó a gol ante la perplejidad de la propia Torrejón y también del resto de jugadoras españolas, que no se creían lo que había pasado.

Alemania se puso por delante y tiró de físico y experiencia para mantener el resultado a su favor. España hizo todo lo que pudo: controló la posesión, tuvo una excelente actitud, juego y voluntad, pero se topó con el problema que le persigue desde antes del mundial, el gol. Llovía sobre el campo, no sobre las portería de Schult. España tuvo sus opciones, pero no mojó. Jennifer Hermoso, vital ante Sudáfrica, pidió esta semana la presencia de Nahikari en la delantera: "Es una jugadora especial, me gusta que esté en el campo". Jorge Vilda captó la indirecta y alineó a la guipuzcoana (16 goles este curso) para que su estrella estuviera mejor acompañada. El madrileño debilitó ligeramente el medio, pero, a cambio, añadió más dinamita arriba. No titubeó, se la jugó y la verdad es que podía haberle salido muy bien. Un empate no tenía que ser malo, pero la posibilidad de hacer historia pesaba más. Hermoso es más feliz si juega con más libertad, tipo Messi, pudiendo salir del área para bajar al centro del campo y poder divisar desde ahí los desmarques de sus compañeras. Vilda así lo propuso.

placeholder El momento en el que Nahikari pudo adelantar a España, pero cruzó en exceso con el exterior. (Reuters)
El momento en el que Nahikari pudo adelantar a España, pero cruzó en exceso con el exterior. (Reuters)

La conexión Hermoso-Nahikari

En el minuto quince Nahikari la tuvo para darle la razón a Hermoso y hacer buena la propuesta de su entrenador, sin embargo la de la Real Sociedad falló inexplicablemente cuando lo tenía todo a favor. Lo vio tan fácil y lo quiso hacer tan bonito que la pelota se le marchó. La conexión Hermoso-Nahikari dio sus frutos cuando la colchonera levantó la mirada y vio la entrada perfecta de Nahikari, que se había escapado de su par. La joven controló un envío milimétrico, corrió como una descosida hacia el marco rival y, prácticamente sola, la tocó con el exterior de su bota izquierda. Ese balón, en condiciones normales, hubiera entrado pegado al palo, pero la guipuzcoana disparó demasiado cruzado y la pelota se perdió por línea de fondo. El gesto de la guardameta rival lo decía todo. Alivio. Jenni se llevaba las manos a la cabeza, también el banquillo español. Fue quizás la oportunidad más clara de España en todo el partido, pero no la única. La Selección perdonó y concedió siempre la opción de levantarse a Alemania, que no falla ni con escopeta de feria. Por supuesto, acabó pagando el pato en el único despiste serio de Torrejón. "Las dudas hacen que te equivoques. Estos errores no se pueden volver a cometer", reconocía la capitana al final del partido a GOL.

Hasta siete saques de esquina provocó España, ninguno rematado con intención de hacer daño. Alemania disparó más entre los tres palos, sobre todo al final del partido, cuando el equipo español arriesgó y descuidó su marco. La distancia entre los dos países se ha recortado mucho, pero sigue faltando un punto de madurez y sangre fría en los partidos importantes. Nahikari, el gran deseo de Hermoso y la apuesta de Vilda, no fue contundente y esa oportunidad acabó pesando. Se cayó de pie y con dignidad. En cualquier caso, que Alemania gane (segunda en el ránking FIFA) no debe sorprender a nadie, era lo esperado. Ante China, el próximo lunes, no queda otra que ganar, cualquier tropiezo puede suponer el adiós. Si se logra el billete a octavos con solvencia, mejor, aunque no será fácil. Alemania ya sufrió ante las asiáticas en el primer partido del grupo. España ganó a los puntos, no a los goles ante las teutonas. Se escapó una oportunidad, pero la batalla sigue.

La España de Jorge Vilda sigue respondona. Esta tarde, en el Estadio Hainaut de la localidad de Valenciennes, solo la falta de gol le ha condenado ante la todopoderosa Alemania, campeona olímpica, bicampeona del mundo y ocho veces de Europa; casi nada. La España de las 60.000 licencias de fútbol femenino, contra un país con más de un millón. En España no hay ningún conjunto que haya ganado la Champions League, aunque el Barça ya disputó la final este curso, en Alemania hay cuatro equipos que se han repartido hasta nueve 'orejonas' desde que se iniciara esta competición a principios de siglo (Frankfurt, Turbine, Duisburgo y Wolfsburgo).

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