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La crisis del Barcelona: un polvorín con limpia de jugadores y Bartomeu tocado
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la hora del presidente

La crisis del Barcelona: un polvorín con limpia de jugadores y Bartomeu tocado

El presidente del Barcelona se enfrenta a la toma de importantes decisiones para dar un cambio de rumbo a un proyecto que está cuestionado en todas las áreas

Foto: Josep María Bartomeu, presidente del Barcelona. (Efe)
Josep María Bartomeu, presidente del Barcelona. (Efe)

El Barcelona es un polvorín en manos de un presidente que está señalado por ser condescendiente con los jugadores, blando con el entrenador y cómplice de una mala gestión en la planificación deportiva. Josep María Bartomeu tiene que gestionar la crisis de un proyecto que necesita profundos cambios pese a haber ganado la Liga. La responsabilidad recae en Bartomeu después de ratificar a Ernesto Valverde y no liderar un club que pierde la esencia del estilo que reclaman los aficionados y la hegemonía en Europa. El verano en la casa azulgrana será movidito por las decisiones que tiene que tomar un presidente que se limita a ganar tiempo para enfriar la crisis provocada por el batacazo en Anfield y la derrota en la Copa del Rey contra el Valencia.

A Bartomeu –marcado desde que Neymar le hizo el lío para marcharse al PSG– se le exige que ejerza de presidente con autoridad y tome decisiones importantes para dar un cambio de rumbo a un equipo que aspiraba al triplete y en 19 días perdió dos títulos. La Liga no le va a servir de cortafuegos. La decepción es mayor que la satisfacción de haber dejado, por ejemplo, al Real Madrid a 19 puntos. A un Real Madrid que no es referencia por ‘rendirse’ en el campeonato nacional en los meses de noviembre y diciembre e ir a la deriva y sin rumbo de entrenador en entrenador. La Liga se daba por descontada en Barcelona. El sueño, gran objetivo y reto estaba en ganar una Champions que se resiste desde la conseguida por Luis Enrique en 2015. Y que sea convertido en una obsesión desde que el Real Madrid encadenó una racha triunfal de tres consecutivas.

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Se espera que las decisiones de Bartomeu sean contundentes y acertadas para recuperar la ilusión de una afición que está tocada. El presidente pierde crédito. Se ve obligado a cortar cabezas y dar un golpe de efecto. Un impulso a una plantilla que vive bajo el paraguas de Messi. Son varios los frentes abiertos que tiene el presidente del Barcelona. El primero de todos es Pep Segura. El manager y máximo responsable en la parcela deportiva que está señalado por el desacierto en la política de fichajes y dar la espalda a la cantera. El Barcelona no tiene suplente para Jordi Alba ni Luis Suárez. El error en el puesto de delantero ha sido muy grave. Se dejó marchar a Munir para reforzarse con Prince Boateng, cedido, irrelevante y lesionado. El Barça jugó sin delantero en la final de Copa. Al fracaso del fichaje de Boateng se une el del central Murillo. La planificación de Pep Segura –hombre de confianza del presidente– está siendo criticada desde diferentes sectores del barcelonismo.

La limpia de jugadores

Hay que tomar importantes decisiones con futbolistas que no han dado el nivel que se esperaba. Empezando por Coutinho. El brasileño volvió a decepcionar contra el Valencia. Salió malparado de Anfield. Se ha enfrentado a la grada del Camp Nou. El fichaje más caro de la historia del club está en venta si llega una oferta que se acerque a los 100 millones de euros y, de esta forma, poder recuperar gran parte de la inversión. En la lista de transferibles están otros futbolistas con elevado status. Es el caso de Umtiti. El francés ha tirado la temporada por no querer operarse. Perdió la titularidad. Ivan Rakitic es una de las peores noticias de la debacle. En el centro de la polémica por ser cazado en la Feria de Abril de Sevilla tras la goleada del Liverpool. El croata pide una mejora salarial en una de sus peores temporadas. No ha tenido energías ni frescura para hacer compacto el centro del campo junto a Busquets. El fichaje de Frenkie de Jong le abre la puerta de salida, pese a que se resista.

Si Bartomeu se decide por acometer una revolución profunda más que unos simples cambios puede haber hasta nueve bajas. A las de Coutinho, Umtiti y Rakitic se unirían la de Cillessen –se quiere marchar–, Rafinha, Vermaelen, Murillo, Boateng y Malcom. Es la primera lista de bajas que se maneja en el Barcelona. El objetivo es rejuvenecer la plantilla y hacer caja para los refuerzos: De Ligt, Griezmann… Y un delantero. El Barcelona necesita, como prioridad, un sustituto para Luis Suárez. Un jugador que haga competencia al uruguayo, que también es protagonista de la polémica por operarse de la rodilla el día después de Anfield y no esperar a la final de la Copa del Rey. Se le acusa de borrarse y dar preferencia a llegar en buenas condiciones a la Copa América, pese a que él lo ha desmentido en un comunicado.

placeholder Ernesto Valverde en el banquillo durante la final de Copa. (Efe)
Ernesto Valverde en el banquillo durante la final de Copa. (Efe)

Bartomeu y Pep Segura –si el manager no pierde el puesto– tienen que empezar a definir cómo mejorar un Barcelona en el que la primera gran decisión es la continuidad de Ernesto Valverde. El presidente ratifica al entrenador. No queda claro si está convencido de ello o espera a que el Txingurri flaquee y presente su dimisión. Algo que le ahorraría los más de 40 millones de euros brutos que tiene que cobrar en las dos temporadas de contrato que le quedan. Candidatos tienen que tener en previsión de que no siga Valverde. Si finalmente se queda habrá que analizar qué problema tiene el equipo para fallar en grandes citas como Roma, Liverpool y la final de la Copa del Rey. Messi apuntó, antes de jugar contra el Valencia, que no supieron competir en Anfield. Es un toque serio a sus compañeros y a un entrenador que se le reprocha la falta de carácter y un mensaje que enchufe a los jugadores en situaciones bajo presión.

Igual que Pep Segura como Ernesto Valverde están cuestionados se pone el foco en jugadores que han defraudado en los días claves. Además de los mencionados –Coutinho, Rakitic…– se han caído Jordi Alba y Dembélé. Tan cierto es que el lateral izquierdo no ha tenido un recambio como que ha sufrido despistes serios y graves en Anfield y contra el Valencia en la final de Copa. Superado. Las lesiones de Dembélé son la gota que colma el vaso de un jugador señalado por llevar una vida desorganizada y propenso a recaer porque no se cuida. Mucho trabajo tiene Bartomeu para tomar las decisiones, en frío, de una temporada que ha sido peor que la anterior.

El Barcelona es un polvorín en manos de un presidente que está señalado por ser condescendiente con los jugadores, blando con el entrenador y cómplice de una mala gestión en la planificación deportiva. Josep María Bartomeu tiene que gestionar la crisis de un proyecto que necesita profundos cambios pese a haber ganado la Liga. La responsabilidad recae en Bartomeu después de ratificar a Ernesto Valverde y no liderar un club que pierde la esencia del estilo que reclaman los aficionados y la hegemonía en Europa. El verano en la casa azulgrana será movidito por las decisiones que tiene que tomar un presidente que se limita a ganar tiempo para enfriar la crisis provocada por el batacazo en Anfield y la derrota en la Copa del Rey contra el Valencia.

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