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Final de Champions femenina: el Barça no es el único que se pega un baño de realidad
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derrota por goleada en su primera final

Final de Champions femenina: el Barça no es el único que se pega un baño de realidad

El Barcelona perdió por 4-1 ante el Lyon en su primera final de Champions. La noruega Ada Hegerberg, Balón de Oro, marcó tres goles. El canal de telvisión Gol conectó diez minutos tarde

Foto: Es la cuarta Champions seguida que gana el Olympique. (Reuters)
Es la cuarta Champions seguida que gana el Olympique. (Reuters)

El FC Barcelona cayó con estrépito (4-1) en la final de la Champions femenina ante el Olympique de Lyon. Ha sido un baño de realidad para un equipo que reconocía que las francesas eran mucho mejores en todo (presupuesto, individualidades, experiencia, títulos), pero que soñaba con poder dar la campanada en Budapest. Se sabía que el Olympique saldría en tromba y era clave resistir, pero a la media hora de partido Ada Hegerberg ya había marcado su tercer gol, el 4-0. La diferencia sobre el terreno de juego era tan brutal como el marcador; en físico (Toni Duggan frente a Renard, por ejemplo), en duelos, en calidad técnica, pero es necesario darle perspectiva a una derrota tan abultada para que no se nos olvide el que ha sido el lema del Barça: la final es solo el comienzo.

Que el Barça haya llegado a disputar la primera final de la Champions de un equipo español es un triunfo y un regalo. Hasta el presidente Josep María Bartomeu admitió hace unos días que les había llegado "cuatro o cinco años antes de lo esperado". Al fin y al cabo, solo son profesionales desde el 2015 y la temporada ha tenido baches como prueba el cambio de Fran Sánchez por Lluís Cortés en el banquillo, con el Atlético otra vez como campeón de Liga y eliminadas en febrero de la Copa.

placeholder Las jugadoras del Barcelona tras recibir las medallas de subcampeonas de Europa. (Reuters)
Las jugadoras del Barcelona tras recibir las medallas de subcampeonas de Europa. (Reuters)

Enfrente, el todopoderoso Olympique, que ha conseguido su cuarta Champions consecutiva, la sexta en total. Un equipo imbatido esta temporada que ha ganado 13 ligas consecutivas y siete copas, que reúne a las mejores jugadoras del continente y que tiene el mayor presupuesto del fútbol femenino mundial con 8 millones de euros, por los 3,5 del Barça. Una locomotora implacable, un grupo insaciable que no se cansa de ganar y a la que la poca oposición que se encuentra no le adormila. Pero para el equipo culé esta final solo es el principio y gracias a ellas esta última semana se ha hablado más de fútbol femenino que nunca. Y eso, ya es un triunfo.

El Barça no ha sido el único en llevarse un baño de realidad. El fútbol femenino sigue a años luz del masculino. Se ha avanzado, y esta última temporada los llenazos en San Mamés y el Wanda Metropolitano lo atestiguan, pero las diferencias no se aguantan y producen cierto sonrojo. Sin ir más lejos: el Olympique recibirá un premio de 450.000 euros por su sexta Champions. El 1 de junio, el vencedor del Liverpool-Tottenham se llevará 15 millones de euros. ¿Más? Ada Hegerberg ganó el primer Balón de Oro femenino este año y tuvo que aguantar la broma del presentador de la gala, que le preguntó si sabía bailar 'twerking'. Gana 50.000 euros al mes siendo una de las mejor pagadas, más o menos lo que cobra Leo Messi en un día, y ha dado una lección de compromiso al renunciar a asistir al Mundial de Francia que se celebrará este verano.

placeholder La Balón de Oro Ada Hegerberg marcó tres de los cuatro goles del Olympique de Lyon. (Reuters)
La Balón de Oro Ada Hegerberg marcó tres de los cuatro goles del Olympique de Lyon. (Reuters)

El desafío de Ada Hegerberg

Más allá de las grandes frases, las palmaditas en la espalda y la permanente condescendencia, la noruega ha pegado un portazo en los morros a su federación y a la FIFA. El mejor torneo del mundo no contará con la mejor jugadora porque Hegerberg ha decidido pasar a la acción y desafiarles a todos. No es solo cuestión de dinero, sino también de infraestructuras, de planificación, de desarrollo y de alojamientos en las concentraciones con el mismo caché y confort que los de los hombres.

En una entrevista que concedió al diario ‘Sport’ este viernes, Hegerberg declaraba al respecto: "Debemos ser capaces de tener una mirada crítica si queremos intentar reducir las diferencias que sigue habiendo y no solo pensar y reflexionar sobre ello, sino también actuar. Convertir ese pensamiento en acción para mejorar las cosas". Su ausencia es un grito que dirá más que muchas frases de nevera, anuncios publicitarios y sesudos estudios de género relacionados con el deporte.

placeholder Asisat Oshoala marcó el único gol del Barcelona en la final contra el Olympique. (Reuters)
Asisat Oshoala marcó el único gol del Barcelona en la final contra el Olympique. (Reuters)

Once minutos de retraso

El fútbol femenino sigue sin ser tratado con el respeto que se merece en los medios de comunicación. Y sí, se ha avanzado. En España ha contribuido a ello Iberdrola porque los periódicos se vieron obligados económicamente a informar sobre la liga femenina, lo que a muchos colegas les producía pereza ya que no tenían ningún interés. En esta final, por ejemplo, Gol, que tenía los derechos, conectó con el partido en el minuto 10:52 cuando el marcador ya era de 1-0. Hasta que no se terminó el Sevilla-Athletic no hubo imágenes del partido.

¿Cuántas veces han escuchado que el fútbol femenino ni es fútbol, ni es femenino? Yo muchas, así que la cobertura mediática de la última semana contando las historias de las culés, pero también el potente ejemplo del Olympique y el abismo que aún existe entre el fútbol femenino y el masculino ya es, efectivamente, un progreso. Eso sí, si se ha producido no ha sido por un golpe de conciencia general, sino porque la cita lo merecía. Porque un equipo español había hecho historia al clasificarse por primera vez para una final de la Champions y había que contarlo. Ni más, ni menos.

Para que esta final sea solo el comienzo muchas tendrán que seguir peleando. Pero ya tienen una referencia, un espejo en el que mirarse para poder pasar a la acción.

El FC Barcelona cayó con estrépito (4-1) en la final de la Champions femenina ante el Olympique de Lyon. Ha sido un baño de realidad para un equipo que reconocía que las francesas eran mucho mejores en todo (presupuesto, individualidades, experiencia, títulos), pero que soñaba con poder dar la campanada en Budapest. Se sabía que el Olympique saldría en tromba y era clave resistir, pero a la media hora de partido Ada Hegerberg ya había marcado su tercer gol, el 4-0. La diferencia sobre el terreno de juego era tan brutal como el marcador; en físico (Toni Duggan frente a Renard, por ejemplo), en duelos, en calidad técnica, pero es necesario darle perspectiva a una derrota tan abultada para que no se nos olvide el que ha sido el lema del Barça: la final es solo el comienzo.

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