"No me toques los coj...": la bronca de Lucas y Casemiro o los nervios del Real Madrid

"No me toques los cojones", respondió Lucas Vázquez a Casemiro en una jugada en la segunda parte del partido contra el Athletic Club. Una acción en la que el brasileño le recriminó que no estuviera atento y provocó que ambos se encararan. Reproches que son consecuencia de la tensión y los nervios que se viven en el vestuario del Real Madrid después de una temporada que se está haciendo larguísima e interminable para los jugadores. Los coletazos de las frustraciones individuales en una plantilla que tiene que convivir con la incertidumbre sobre su futuro. Salen nombres de jugadores que vendrán a reforzar el equipo, la reconstrucción está en marcha y Zidane, que quiere ir con tacto y no lo consigue, anuncia que habrá cambios y hasta se permite poner más de los nervios a la plantilla cuando avisa de una modificación del dibujo.

No se dan las mejores circunstancias para que los jugadores que tienen que llevar el equipo hasta el final de la temporada estén tranquilos, con confianza y seguridad. Es el problema que late en el vestuario del Real Madrid. Se hace más complicado cuando en el descanso contra el Athletic llega otra reprimenda de Zidane para que mejoren el juego y tengan más profundidad y peligro. La primera parte del equipo contra el equipo bilbaíno no fue mala en actitud, pero sí en efectividad. No logró disparar ni una sola vez a portería y en el vestuario, como en el césped, surgen las discrepancias. Benzema se lamentaba en el descanso. El francés lleva un tiempo con reproches a sus compañeros por cómo tiene que jugar el equipo en ataque y el paso adelante que debe dar en una coyuntura de crisis.

Dos trabajadores del Real Madrid

En este ambiente de reproches, estalló Lucas Vázquez contra Casemiro. El momento de tensión no fue a más porque se trata de dos futbolistas que hablan el mismo idioma sobre el campo: trabajadores, de brega y sacrificados por el equipo. No son individualistas ni egoístas. Cuando Lucas Vázquez fue sustituido (minuto 69), fue Marcelo, segundo capitán, el que se acercó a él para darle una palmada y calmarle. La reacción de Lucas Vázquez fue la de salir del césped aplaudiendo a la grada. Entró en ese momento Gareth Bale y se llevó una pitada. Seguidamente lo hizo Isco y pasó desapercibido.

La segunda tormenta sobre el césped la protagonizó el galés. Pitado desde el primer momento que entró en contacto con el balón por un sector de los aficionados, que le señalan como el culpable de una mala temporada. No le pasan una. La reacción de Bale fue peligrosa. En ese momento de pitos, el galés levantó el brazo con el puño cerrado y el pulgar hacia arriba. Un gesto difícil de interpretar, pero por sus antecedentes, se temía lo peor. Bale ya tuvo una reacción extraña cuando en el derbi del Metropolitano contra el Atlético de Madrid marcó un gol e hizo un corte de mangas. Ese día estaba en el banquillo Solari, pero el galés demostró —como le sucede de nuevo con Zidane— que no está de acuerdo en ser suplente y lo hace saber.

Son los nervios que hay en el vestuario del Real Madrid y en unos jugadores que sienten que tienen que pasar un examen en cada partido cuando lo que están pidiendo es más respeto. Si ya están señalados por la crítica y su propia afición, lo que no permiten es que unos se señalen a otros, y menos a vista de todos y en el Bernabéu. Como sucedió entre Lucas Vázquez y Casemiro.