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Lo que se ha ganado a pulso Joaquín Caparrós en el Sevilla
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AMADO POR EL SEVILLA Y 'ODIADO' POR EL BETIS

Lo que se ha ganado a pulso Joaquín Caparrós en el Sevilla

Joaquín Caparrós es un utrerano con un trozo de corazón madrileño (jugó en la cantera del Real Madrid), un pedazo grande de Cuenca (su mujer, Rosa, es de allí) y otro en la parte de Huelva

Foto: Joaquín Caparrós en el Sánchez Pizjuán. (EFE)
Joaquín Caparrós en el Sánchez Pizjuán. (EFE)

El sevillismo de Joaquín Caparrós (63 años) hierve. Es la persona más querida por los sevillistas, pedestal que comparte con su amigo Monchi. Con el de Utrera, el Sevilla se levantó con bríos tras una aciaga racha que se llevó por delante a Pablo Machín. Con Caparrós, los números vuelven a sonreír al Sevilla: 12 puntos de 15. El hombre más amado de media parte de Sevilla y 'odiado' por la otra media parte, ha sido noticia por una leucemia que él dice que vencerá. Caparrós, el hombre del 'Mostachón de oro' (galardón con el que Utrera premia a sus personalidades), todavía resoplándole los ecos de la victoria frente al Betis, asegura que piensa dar mucha guerra.

Con más de 500 partidos en Primera, el pasado año se hizo cargo del Sevilla en las últimas cuatro jornadas. Se jugaba el equipo un puesto para Europa y con el timón de Caparrós, el equipo ganó tres partidos y solo empató uno, ante el Betis. Al rival eterno le tiene tomada la matrícula, confiesa este utrerano con un trozo de corazón madrileño (jugó en la cantera del Real Madrid), un pedazo grande de Cuenca (su mujer, Rosa, es de allí), otro en la parte de Huelva. Ha ganado al Betis en 4 ocasiones, empatado en 5 y solo una vez ha hincado la rodilla frente a los verdiblancos.

La visita a la Virgen de Consolación

Estos días, con el alma loca por la pasión futbolera y el viento a favor, Joaquín Caparrós rebaja adrenalina entre su casa de Simón Verde y visitas frecuentes a Utrera, a ver a sus amigos de Casa Alonsi, el bar donde se suele reunir con su primo Joaquín Camino y Rafael Sierra. Y también gira una visita llena de recogimiento a su Virgen de Consolación, a la que reza siempre para que no le falte salud y tampoco le falte a su gente.

placeholder Caparrós, Monchi y Castro, este martes en Sevilla. (Foto: SFC)
Caparrós, Monchi y Castro, este martes en Sevilla. (Foto: SFC)

Está pendiente de los mínimos detalles que acontecen en el día a día del Sevilla. Derrite horas hablando con Monchi, con Carlos Marchena, con Paquito Gallardo, con Pepe Castro, el presidente y amigo que lo llamó para que apagase un incendio la temporada pasada y ahí sigue. Castro, feliz como una perdiz, decía esta semana: “En estos días siempre se pide por salud, para Joaquín y para todas las personas. Pero quiero mandar un mensaje de tranquilidad, los médicos están tranquilos y solo tiene que vigilarse. Él está tranquilo, contento y disfrutando de su club”. Guarda la ropa Castro cuando habla de la continuidad de Caparrós en el banquillo la temporada próxima: “Hay que esperar a ver qué pasa, pero no descubro nada si el propio Monchi dice que Joaquín ha evolucionado mucho y que puede ser una opción. No solo por lo que consigue, sino también por lo que transmite".

Volcados con el de Utrera

Después de unos días de sustos y convulsión, Joaquín ha visto cómo un aluvión de personalidades del mundo del deporte (Pau Gasol, Nadal…) se ha volcado con él. Se emocionó con las camisetas que el domingo pasado sacaron sus chicos del Athletic, que no olvidan al entrañable Jokin andaluz que no dejaba de mascar chicle en los partidos y era una ametralladora de consignas durante los entrenamientos. Tampoco olvida a la gente de Cuenca, donde fue técnico en el ayuntamiento conquense, entrenador del equipo de la ciudad, y alguien que se ha devanado los sesos por poner a la ciudad en el mapa futbolístico. Por eso, el estadio municipal lleva el nombre “Joaquín Caparrós Camino”, un Quijote con acento de Utrera que ruge en rojiblanco.

El pasado domingo, durante el duelo matinal entre el Real Betis y Sevilla por la Liga Iberdrola, un sector de los ultras del club bético cantó “Esta noche se muere Caparrós”, que fue afeado por otro sector y, sobre todo, por la gente del fútbol. Durante la noche, el entrenador tuvo un baño de multitudes. Nervión entero no dejó de cantar el clásico: “Caparrós, Caparrós… Caparrós, te quiero”.

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Joaquín se ha postulado como entrenador del Sevilla “para el tiempo que quieran los jefes”. Desde luego queda claro, y así lo desea buena parte de la afición, que el puesto será suyo si el Sevilla consigue hacerse con el disputado cuarto puesto que dé acceso a jugar la próxima Champions, el gran objetivo del club.

Lo que sí está clarísimo es que, pase lo que pase de aquí al final de la Liga, Joaquín Caparrós Camino seguirá en el club, en el puesto que le designen. Se lo ha ganado a pulso (aseguran en la planta noble nervionense), y nadie lo discutirá. Hay Caparrós para rato.

El sevillismo de Joaquín Caparrós (63 años) hierve. Es la persona más querida por los sevillistas, pedestal que comparte con su amigo Monchi. Con el de Utrera, el Sevilla se levantó con bríos tras una aciaga racha que se llevó por delante a Pablo Machín. Con Caparrós, los números vuelven a sonreír al Sevilla: 12 puntos de 15. El hombre más amado de media parte de Sevilla y 'odiado' por la otra media parte, ha sido noticia por una leucemia que él dice que vencerá. Caparrós, el hombre del 'Mostachón de oro' (galardón con el que Utrera premia a sus personalidades), todavía resoplándole los ecos de la victoria frente al Betis, asegura que piensa dar mucha guerra.

Joaquín Caparrós
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