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Las corbatas de Paco Jémez en el Rayo Vallecano con el nudo en la garganta
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la difícil misión de salvar al equipo

Las corbatas de Paco Jémez en el Rayo Vallecano con el nudo en la garganta

De ejercer de comentarista y estar aburrido en casa a tener que salvar al Rayo del descenso. Regresa a Vallecas el entrenador del heavy metal con su elegancia y nervio

Foto: Paco Jémez, a gritos, durante un partido para dar instrucciones a los jugadores. (Efe)
Paco Jémez, a gritos, durante un partido para dar instrucciones a los jugadores. (Efe)

Estaba deseando dejar los palos de golf, el gimnasio y ha consumido toda la cartelera de estrenos de cine. Paco Jémez ocupaba el tiempo entre la familia, el ocio y de comentarista en la radio y la televisión. Estaba tan aburrido sin la adrenalina de los banquillos que bromeaba con su situación: “En mi casa ya no me aguanta nadie”. El descanso que se tomó después de su aventura en México con el Cruz Azul se le ha hecho eterno y el Rayo Vallecano le llama ahora con las urgencias de hacer el milagro para salvar el equipo en las diez jornadas que quedan por disputar en la Liga.

Jémez acepta el reto. Como no podía ser de otra forma y firma para diez jornadas y una temporada más, aunque el equipo baje a Segunda división. Lo necesitaba. Se le caía la casa encima y eso de ejercer de comentarista en los platos de televisión y con los cascos de la radio era como tener a un pura sangre enjaulado. Regresa a Vallecas el heavy metal de los banquillos. Una personalidad ardiente e impulsiva. Un apasionado de la vida que disfruta con cada momento y dice que “cada vez que pasa un día, me jode”.

Foto: Vinicius gesticula durante un partido contra el Barcelona en el Camp Nou. (Efe)

Afronta su segunda etapa en el Rayo. Otro que regresa –como Zidane al Real Madrid– para frenar una crisis. La misión de salvar al Rayo Vallecano –penúltimo en la clasificación y a seis puntos de la permanencia– tiene una enorme complejidad. El precipicio se ve en Vallecas y el presidente Martín Presa ha tenido que tomar la decisión tan dolorosa de despedir a un icono –Michel– para poner en su lugar a otro. Paco Jémez entrará al vestuario y les dirá, como está en su manual de supervivencia, otro de sus lemas: ‘Si hay que morir, se muere, pero nosotros elegimos como’. Una frase que rescata de una de sus películas favoritas: El último Samurai.

Tiene esa pasión que le hace diferente y generar debates con polémica. Un entrenador al que se le cuestiona los riesgos que asume para jugar de tú a tú a todos los equipos. Incluso a los grandes. Un suicida que se declara un admirador de la escuela del toque y la posesión como Quique Setién y con este registro lleva al límite a sus equipos. Al Rayo Vallecano le toca arriesgar para ganar y salvarse. No cambiará. Lo dice el ambicioso y pasional Paco Jémez, al que volveremos a ver en los banquillos lucir una corbata diferente en cada partido –tiene una colección que supera el centenar–. Ese perfecto nudo de corbata que luce con elegancia el técnico canario con sangre cordobesa. Un nudo en la garganta diferente al que tienen en el Rayo Vallecano con las angustias de salvar la categoría para no volver a sufrir el pozo de la Segunda división.

Estaba deseando dejar los palos de golf, el gimnasio y ha consumido toda la cartelera de estrenos de cine. Paco Jémez ocupaba el tiempo entre la familia, el ocio y de comentarista en la radio y la televisión. Estaba tan aburrido sin la adrenalina de los banquillos que bromeaba con su situación: “En mi casa ya no me aguanta nadie”. El descanso que se tomó después de su aventura en México con el Cruz Azul se le ha hecho eterno y el Rayo Vallecano le llama ahora con las urgencias de hacer el milagro para salvar el equipo en las diez jornadas que quedan por disputar en la Liga.

Paco Jémez Rayo Vallecano México
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