El ardor en la lengua de Quique Setién, generador de odio en el fútbol español
Quique Setién no se muerde la lengua, le quema. Si debe 'disparar' desde el micrófono a uno de los suyos lo hará, así como si debe apuntar hacia el enemigo, por mucho que sea colega de profesión
Quique Setién (60 años), entrenador del Real Betis, no es hombre de medias tintas. El técnico de un equipo que ha ganado a los pesos pesados de la Liga tampoco hace amigos en la competencia. El último de ellos, el argentino Mauricio Pellegrino, entrenador del Leganés que hizo un jaque/mate con tres goles a los verdiblancos este domingo, sufrió un latigazo de la lengua caliente del cántabro, que ha recibido andanadas desde varias esquinas y despertado a viejos enemigos, entre ellos Javier Clemente.
Tras el Waterloo bético en la cancha de Butarque, Quique Setién no ocultó su furia por la derrota de su equipo y dijo: “El equipo de Pellegrino ha leído el partido como siempre, otra cosa es que nosotros no lo hayamos hecho igual. Ellos han hecho bien las cosas, las cosas que hacen habitualmente, unas veces les salen y otras no, por eso están ahí abajo”. Enterado, Mauricio Pellegrino respondió: “Estamos muy orgullosos de ser el Leganés y de lo que tenemos. No sentimos ninguna vergüenza”.
Un técnico como Javier Clemente, en las antípodas de la concepción futbolística de Setién, le pegó duro en Twitter: “Que equipos hayan conseguido siendo económicamente modestos una clasificación brillante y desahogada... Yo no tengo nada contra Setién, pero creo que se tiene que preocupar de lo suyo. Hablar de lo bonito es fácil. Lo hiciste bonito en Las Palmas y no bajaste de casualidad”. También por Twitter, Joseba Etxeberria, exfutbolista del Athletic y ahora entrenador, no se ha quedado callado: “Si para defender tu forma de jugar tienes que atacar las otras, pierdes credibilidad”.
Sarabia, a muerte con Quique
Manu Sarabia, excompañero de Setién, comentarista de Movistar y amigo íntimo del entrenador del Real Betis (Eder, su hijo primogénito, es segundo entrenador del club heliopolitano), señaló a El Confidencial: “Yo no tengo que salir en defensa de Quique, porque él se sabe defender solito y, por cierto, muy bien. Es un gran técnico y una extraordinaria persona. Ya cuando era jugador demostró que era un líder dentro y fuera del campo. Una persona muy preparada a todos los niveles”.
Sarabia coincidió con Setién en el Logroñés de Marcos Eguizabal y entre ambos surgió una amistad muy fuerte. “Ambos confesamos nuestra admiración por el talento en el fútbol y en el Logroñés disfrutamos mucho”, recuerda Sarabia.
Quique Setién ha leído varias veces el 'Quijote' (y el que escribe da fe de ello), es amante de clásicos y empedernido jugador de ajedrez. El pasado año cumplió uno de sus sueños: jugar una partida contra el ruso Anatoly Karpov, que regresó a Sevilla con motivo del 30 aniversario de la mítica partida de campeones contra su íntimo enemigo Kasparov. “Debido a su gran conocimiento del ajedrez, Quique tiene una gran capacidad de reflexión y análisis, lo que muestra tanto en el fútbol como en la vida misma”, asegura Sarabia.
Todavía con el disgusto encima por las tablas a domicilio de la Copa (empate a dos del Valencia), las palabras de Quique Setién aguijonearon las partes más sensibles de la planta noble y pensaban hablar con el técnico para, de alguna forma, obligarle a disculparse con su colega del Leganés. No sería la primera vez, ya tuvo que poner freno de mano y dar marcha atrás por unas desafortunadas declaraciones con su jugador Bartra, con el que se tuvo que excusar: “Algo no estarás haciendo bien para que estés aquí en el Betis, un equipo que en teoría es menor que los otros dos donde has estado y con menos potencial”. Al poco, y asesorado por el club, se excusó: “Suelo tratar de decirles a los futbolistas todo lo que debo para que mejoren, para que den lo mejor de sí mismos... Tengo una gran comunicación con él [Bartra]”.
La venganza de Ramírez
Ya en Las Palmas, su anterior club, el entrenador, hombre metódico y obseso del peso de sus jugadores (se enzarzó con Jonathán Viera, que le hizo un par de desplantes, con Aythami y hasta con el presidente de la entidad, Miguel Ángel Ramírez), no consintió que nadie se pasara de la raya, ni los intocables. Ramírez enfiló a Setién y, una vez que supo que no iba a renovar por el club canario, llamó a varios colegas de otros equipos de la máxima categoría avisando sobre “las malas artes” de Setién.
En el Betis no hicieron caso del canario y contrataron a Quique Setién, que tras unos comienzos dubitativos puso al equipo en órbita con una segunda vuelta espectacular, lo que hizo que el club verdiblanco regresase a Europa.
Todavía vivo en las tres competiciones y vencedor este año de los cuatro primeros clasificados de la Liga (Barcelona, Real Madrid, Atlético y Sevilla), el Betis de Setién es tan imprevisible como genial, pues también ha caído derrotado por conjuntos inferiores sobre el papel. Eso, la derrota, le sienta a Quique Setién como una quemadura en el pescuezo. Y le quema también la lengua.
Quique Setién (60 años), entrenador del Real Betis, no es hombre de medias tintas. El técnico de un equipo que ha ganado a los pesos pesados de la Liga tampoco hace amigos en la competencia. El último de ellos, el argentino Mauricio Pellegrino, entrenador del Leganés que hizo un jaque/mate con tres goles a los verdiblancos este domingo, sufrió un latigazo de la lengua caliente del cántabro, que ha recibido andanadas desde varias esquinas y despertado a viejos enemigos, entre ellos Javier Clemente.