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Las cicatrices de Sergio Canales y su nueva vida en el Betis (de comida macrobiótica)
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QUIQUE SETIÉN LE SACA EL MEJOR DE LOS JUGOS

Las cicatrices de Sergio Canales y su nueva vida en el Betis (de comida macrobiótica)

El ídolo de los béticos lleva una vida hiperprofesional, cambió su rutina alimenticia, tiene un preparador personal; todo bajo la tutela de Quique Setién, su 'padre deportivo'

Foto: Sergio Canales celebrando un gol. (Reuters)
Sergio Canales celebrando un gol. (Reuters)

Sergio Canales (27 años) vive la vida en verde. Desde Santander a Sevilla, de norte a sur, su presente se dibuja con sonrisas y solo mira atrás (tres durísimas lesiones) para caminar con más firmeza. Ídolo de los béticos, hoy es bandera del Real Betis Balompié, se ha convertido en un dolor de muelas de los grandes (le ha marcado al Real Madrid, Barcelona y Atlético); de sus días de sol intenso, mucha culpa la tiene su paisano, Quique Setién, entrenador de los béticos, al que considera como su padre deportivo. Aunque hay otras claves en su éxito.

Tres lesiones de caballo, según expresión de los especialistas, que dejaron las rodillas de Sergio Canales con más cicatrices que (el torero) José Tomás. Pero el santanderino, lejos de salir corriendo a esconderse debajo de la cama, encaró la vida con el hambre de un maletilla. Por eso vio amanecer en San Sebastián (rechazó renovar por la Real) y, ofertón por delante (cinco temporadas y jugosa prima de fichaje), fichar por el Betis y reunirse con Quique Setién, al que Sergio califica de “padre deportivo, porque en el fútbol nadie me conoce mejor que él. Nunca estuve bajo sus órdenes, pero era mi ídolo en el Racing, sabe de mí desde que tenía diez años. Yo lo considero un entrenador top, un placer ser dirigido por alguien que ve el fútbol como yo lo veo”.

Su tocayo Sukunza, su preparador

Sergio sabe que la vida concede segundas oportunidades, solo que uno tiene que andar con las redes preparadas para cazar los momentos de oro. Para ello, desde hace varias temporadas tiene un preparador personal, su tocayo Sergio Sukunza (de Osasuna y alma de Sport Clinic), que le otorga un plus físico inestimable, condición que vigila Marcos Álvarez, preparador físico del Real Betis, que solo tiene palabras de elogio para Canales: “Es tan exigente consigo mismo que algunas veces tenemos que pararlo en las sesiones de trabajo para que no se cargue demasiado”.

placeholder Joaquín y Canales celebrando un gol. (EFE)
Joaquín y Canales celebrando un gol. (EFE)

Los aficionados que tardaron en abandonar las gradas del Benito Villamarín tras el partido, pudieron percatarse cómo en la cancha correteaban Canales y Sukunza y realizaban ejercicios de estiramiento. Porque las astas de una lesión son muy afiladas y un futbolista de su dramático historial debe fortalecer sus muros para evitar disgustos. También cuida de la comida con la delicadeza de un chef. Simpático y de una humanidad digna de elogio, Sergio siempre se para firmar un autógrafo o hacerse una foto. No es hombre de barras y sí de casa. Le encanta visitar las calles que rezuman historia en la Sevilla judía y mora, pero no le verán mucho por bares. Para andar en el pelotón de los mejores ha de cuidar la forma. Su mujer, Cristina Llorens, supervisa su comida que es macrobiótica, exenta de gluten y lactosa, y rica en nutrientes.

Admira a Modric

Admirador de Luka Modric, los béticos ya comienzan a ver al cántabro como una especie de reencarnación del mítico Cardeñosa, aunque con unos centímetros más. Canales ha hecho goles a los grandes de la Liga, pero no quiere acuñar el éxito en sus botas sino compartirlo con sus compañeros, en especial con “Carvalho, Lo Celso y Guardado, con los que mi entendimiento dentro del campo es total. Con ellos disfruto del fútbol dentro de la cancha. Ellos lo hacen todo más fácil”. Y la afición verdiblanca vitoreando enfebrecida al equipo: “Es que la afición del Betis es una pasada”, asegura.

Lector empedernido (novelas históricas, ensayos sobre fútbol, biografías…), la vida deportiva de Sergio Canales es casi una novela. Un ídolo que irrumpió con 17 años con una fuerza inusitada en el Universo Fútbol, llegó al Real Madrid y sufrió un duro y doloroso frenazo. Lesión grave de rodilla. Valencia, dos lesiones más. Y vuelta a empezar. Casi desde cero. Por eso, Sergio valora cada día y mira con ojos de hermano mayor a los chavales de la cantera, a los que les busca un hueco en el vestuario. O al juvenil Diego Laínez. El mexicano, al margen de Andrés Guardado, su paisano, siente especial predilección hacia Canales. “Es un futbolista de mucho talento”, afirma el manito.

En el Betis no tienen ninguna duda: “Es uno de los mejores fichajes que hemos realizado en los últimos años”, asegura un miembro de la dirección deportiva que maneja el veterano Lorenzo Serra Ferrer. Otros afirman que se trata del mejor fichaje de esta temporada en la Liga. Llegó a coste cero y su valor, a los 27 años, se ha quintuplicado. Seleccionable por Luis Enrique. Es futbolista que tiene visado exclusivo del entrenador para moverse por todo el campo, el hombre diez para Quique Setién, su padre deportivo, alguien que sonríe orgulloso cuando la toca Canales, su mejor apuesta, su mejor experimento. Cosa de montañeses. Ahora, Setién volverá a tocar la vara mágica con otro mago apagado: Jesé. Pero esa es otra historia.

Sergio Canales (27 años) vive la vida en verde. Desde Santander a Sevilla, de norte a sur, su presente se dibuja con sonrisas y solo mira atrás (tres durísimas lesiones) para caminar con más firmeza. Ídolo de los béticos, hoy es bandera del Real Betis Balompié, se ha convertido en un dolor de muelas de los grandes (le ha marcado al Real Madrid, Barcelona y Atlético); de sus días de sol intenso, mucha culpa la tiene su paisano, Quique Setién, entrenador de los béticos, al que considera como su padre deportivo. Aunque hay otras claves en su éxito.

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