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El Real Madrid - Barcelona de béisbol o todo lo que el fútbol arrasó en España
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HISTORIA DE OTROS DEPORTES en grandes CLUBES

El Real Madrid - Barcelona de béisbol o todo lo que el fútbol arrasó en España

Las entidades de fútbol no siempre han sido tan poderosas en el ámbito del balompié, sino que otras disciplinas deportivas habían tenido un espacio mucho mayor al actual

Los clubes de fútbol no siempre han sido organizaciones dedicadas única y exclusivamente al deporte rey. Durante el siglo XX, antes y después de la Guerra Civil, miles de hombres y mujeres compitieron en diferentes modalidades con el escudo de su equipo de balompié bordado en el pecho. Eran otros tiempos y las entidades deportivas apostaban por estrategias multidisciplinares con las que expandir su marca a un público más amplio.

No fue hasta que el fútbol empezó a cobrar relativa importancia como instrumento político y propagandístico durante el franquismo, especialmente con los éxitos de la Selección española, que el panorama dio un vuelco. Así, por falta de rentabilidad económica y escaso apoyo institucional, numerosas secciones fueron echando el cierre ante el boyante mercado futbolístico, ya internacional, que demandaba inversiones a todos los niveles.

Al mismo tiempo que el fútbol pasaba de los campos de tierra a los grandes estadios, el resto de deportes sufría un forzoso retroceso hasta el olvido. La gimnasia, la natación, la halterofilia, el boxeo, el tenis y otras tantas actividades que se habían labrado un prestigio en el seno de muchos clubes, compartiendo espacio con el cuero, desaparecieron de la noche a la mañana, dejando un profundo vacío entre sus seguidores.

placeholder La plantilla del Real Madrid campeón de Liga y Copa de voleibol en 1977. (Foto cedida por Jaime García)
La plantilla del Real Madrid campeón de Liga y Copa de voleibol en 1977. (Foto cedida por Jaime García)

El voleibol, un deporte de equipo que siempre ha gozado de gran popularidad en España, fue una de ellas. Aunque el mayor logro hasta la fecha haya sido reciente, el título en el Campeonato de Europa en Rusia 2007, su momento pasó. Se quedó en los setenta, cuando los derbis entre Real Madrid y Atlético acapararon gran atención mediática. Cómo son las cosas que 35 años después de su disolución, en 1983, el Madrid sigue siendo el club con más Copas del Rey en su haber (12) y el segundo con más ligas (7). Los rojiblancos, que desaparecieron a la par, tampoco pueden quejarse de palmarés: cinco ligas y copas gestadas a base de partidos memorables contra el gran rival.

El Madrid-Atleti de alta tensión en voleibol

“Era un vóley diferente, muy técnico, con menos fuerza, pero de gran colocación”, explica Daniel Virumblares, presidente del Club Voleibol Madrid. En la actualidad, su entidad es la única de toda la capital que dispone de equipo sénior en la máxima categoría, en este caso el femenino. Precisamente, con motivo del debut de las chicas en Liga Iberdrola el 13 de octubre, Virumblares homenajeó a las antiguas secciones de Madrid y Atlético mediante la organización de un partido en el que estuvieron presentes algunos de los veteranos más ilustres de aquellas plantillas. Se trata de hombres como Luis Hernández, un extraordinario colocador que pasó por ambas formaciones. “Que se hayan acordado de nosotros tras tanto tiempo y de esta manera nos hace especial ilusión. Estamos encantados, todos nos conocemos y somos amigos”, dice.

Internacional absoluto con la selección, guarda en su memoria numerosas vivencias, como los coloquios con Vicente Calderón, al que define como un “caballero de los pies a la cabeza”; los partidos en La Concepción y el Palacio de los Deportes; y la tensión que se respiraba en los derbis. “Cuando nos enfrentábamos los dos grandes era una fiesta. La rivalidad del fútbol se trasladaba aquí, con banderas, pancartas, cánticos e incluso aficionados que se quedaban fuera del pabellón, sin entrada. El ruido era increíble y el ambiente, caliente”, recuerda con nostalgia.

placeholder La plantilla del Atleti de voleibol, gran rival del Madrid en los años 70. (Foto cedida por Jaime García)
La plantilla del Atleti de voleibol, gran rival del Madrid en los años 70. (Foto cedida por Jaime García)

Pese a alternarse el dominio en las competiciones domésticas, ninguno pudo conseguir la tan preciada Copa de Europa, aunque, cómo no, el Madrid sigue siendo el conjunto español que más lejos ha llegado. Concretamente, a las semifinales de 1977, donde cayó contra el Starlift Blokkeer neerlandés. “Eran partidos muy duros, los equipos del norte tenían mayores ingresos, mejor estructura y más calidad. Viéndolo con retrospectiva, lo que hicimos tuvo mucho mérito. A falta de talento y altura le echamos pasión e imaginación”, declara un Hernández al que aún le pesa no haber conquistado el trofeo.

Pronto llegaría el golpe. “Fue muy duro, justo cuando mejor estábamos. Ni en aquel momento ni ahora el gasto para mantener estas secciones precisaba de grandes esfuerzos. Es una pena que aquello muriera. Si volvieran recuperaríamos la grandeza perdida”, indica Virumblares, que trabaja a destajo en sectores como el 'marketing' y la publicidad para atraer a futuros inversores. “Si Madrid o Atlético decidieran retomar su sección a través de mi club, sería todo un honor. Mientras nos dejen mantener nuestra filosofía no habría problema”, señala poco esperanzado dado lo caro que se ha vuelto el mercado futbolístico y la escasa rentabilidad que aún lastra al voleibol. “Aun así, ahí está el Barça”, puntualiza.

El Rayo Vallecano de béisbol

El Barcelona pasa por ser la entidad polideportiva más importante del mundo y, de lejos, la que más ha cuidado su producto, pero por el camino también ha renunciado a secciones tan llamativas como la de béisbol, que tocó a su fin en 2011 tras 70 años de existencia y cuatro títulos nacionales. En número, el Real Madrid le supera con nueve y a cola quedan el Atlético y el Espanyol, con tres y dos, respectivamente. Más tarde, en 1970, el Rayo Vallecano ampliaría la lista de ‘futboleros’ célebres. Las gestas de ‘la franja’ le llevarían incluso hasta semifinales europeas, donde el Europhont italiano apeó a los españoles de reinar en el Viejo Continente.

De esta manera, los grandes clubes de Madrid y Barcelona pueden presumir de haber dispuesto de esta modalidad en algún momento de su historia. También el Real Zaragoza, aunque la mayoría con el dudoso honor de haberlas despachado de manera prematura. “Fue un grave contratiempo. Los dirigentes de aquella época no lo llegaron a sobredimensionar, pero solo hace falta que compruebes cuánta gente iba antes al campo y cuánta va ahora”, reflexiona Julio Pernas, presidente de la Real Federación Española de Béisbol, mientras repasa crónicas donde se recogen asistencias de hasta 4.000 personas. “Hubo contactos para intentar rescatarlas, pero ya no interesa porque no quedan estadios de béisbol en España y construir nuevos es una inversión cara. Los ayuntamientos desean aprovechar los terrenos para otros usos”, precisa.

placeholder El equipo de béisbol del FC Barcelona en 1948. (Foto cedida por la Real Federación Española de Béisbol)
El equipo de béisbol del FC Barcelona en 1948. (Foto cedida por la Real Federación Española de Béisbol)
placeholder El equipo de béisbol del Rayo en los 70. (Foto cedida por la Real Federación Española de Béisbol)
El equipo de béisbol del Rayo en los 70. (Foto cedida por la Real Federación Española de Béisbol)

Tanto el viejo Chamartín como el Metropolitano fueron testigos directos de partidos cuando este deporte apuntaba alto en la península, influenciado por la presencia de estadounidenses en las bases militares y la llegada masiva de cubanos. “Gracias a jugadores de estas nacionalidades podemos decir que tenemos serias posibilidades de clasificarnos para Tokio 2020”, concluye un Pernas que niega que la inclusión de nuevo en el programa olímpico haya servido de empuje.

Otro deporte inminentemente 'yankee' que levantó mucha expectación en la Ciudad Condal a principios de los noventa fue el fútbol americano. Todo gracias a los Barcelona Dragons, el único equipo profesional de España que compitió en la WLAF, la competición internacional creada por la NFL a principios de los 90. “Los Juegos Olímpicos del 92 fueron clave, logramos gran repercusión y la liga pensó en Barcelona para montar una franquicia dentro de su proyecto de expansión internacional por Europa”, apunta Rafa Cervera, quien fuera director general del equipo durante sus últimos tres años de vida (2000-2003).

Los Dragons practicaron la excelencia de lo que consideramos un evento deportivo a la americana. Contaban con una producción televisiva maravillosa, inconcebible por aquel entonces, con planos desde todos los ángulos, y los jugadores llevando la 'helmet cam' para que el espectador disfrutara de una experiencia totalmente inmersiva. Asimismo, se establecían las correspondientes pausas para que la Fox emitiera sus anuncios. “Sorteábamos camisetas durante la publicidad, metíamos música, la 'kiss cam', salían nuestras 'cheerleaders', utilizábamos el videomarcador… El espectáculo estaba muy bien. Todo lo que hicimos nos lo copió posteriormente la ACB”, aclara con resignación.

placeholder El equipo de fútbol americano Barcelona Dragons existió entre 1991 y 2003. En 1997 ganó la World Bowl. (Imago)
El equipo de fútbol americano Barcelona Dragons existió entre 1991 y 2003. En 1997 ganó la World Bowl. (Imago)

En un principio, los partidos se jugaban en el Estadio Olímpico de Montjuïc, que llegó a acoger a 50.000 personas en un duelo contra Ohio Glory en 1992, hasta que el Barça adquirió el equipo en 2001 y pasó sus encuentros al Mini Estadi. Antes, cuando la liga de desarrollo quedó reducida a franquicias europeas, ya había bajado el interés de la audiencia. “Facturábamos un millón al año, pero gastábamos tres. La mayoría de jugadores y técnicos eran americanos, por lo que había que costearles la manutención, los seguros, etc. La NFL vio que aquello no era rentable y decidió mover el equipo a Alemania. Además, ya solo éramos capaces de meter a 10.000 personas en el estadio”, lamenta el valenciano. Aparte del material y la cesión de instalaciones, Cervera esperaba que el acuerdo con el Barça sirviera de revulsivo, pero cuando llegó Joan Laporta el club tiró por otros derroteros. “Se cambiaron muchas de las cosas que Gaspart venía trabajando con nosotros y dejamos de contar, se desentendieron”.

Fueron los últimos pasos de un equipo que tocó el cielo en 1997, cuando un joven 'quarterback' cedido por los Seattle Seahawks, Jon Kitna, lideró el triunfo en la final de la World Bowl, algo así como la Super Bowl europea, ante los Rhein Fire de Düsseldorf. “Por unas horas le robamos todo el protagonismo a los Rivaldo, Luis Enrique y Figo. Fue un jolgorio total. Nos costó convencer mucho a la liga para que nos dejara organizar el partido en casa porque decían que no llenaríamos”, afirma el afamado director. No lo hicieron, pero lejos de hablar de errores ajenos, también reconoce los propios en un sincero ejercicio de autocrítica: “Nos centramos en vender mucho el espectáculo y dejamos de lado otras actividades que nos podían haber arraigado aquí, como fomentar ligas escolares. Nos faltó convertir al aficionado curioso en hincha de verdad”.

El Barcelona de ciclismo

placeholder Julián Barrendero, ganador de dos Vueltas y una etapa en Tour, corrió en el equipo del Espanyol. (Foto cedida por Secciones Deportivas del Espanyol)
Julián Barrendero, ganador de dos Vueltas y una etapa en Tour, corrió en el equipo del Espanyol. (Foto cedida por Secciones Deportivas del Espanyol)

Al mismo tiempo que Laporta daba carpetazo a esta sección, recuperaba una histórica: la de ciclismo. El cuadro catalán se subió a la bicicleta por primera vez en 1927 y coleccionó un amplio palmarés justo antes de bajar la persiana en 1943. Por sus filas pasaron corredores como Mariano Cañardo o Julián Berrendero, el considerado primer gran ciclista español, poseedor de dos Vueltas y una etapa en el Tour de Francia. Atlético, Espanyol, Deportivo de La Coruña y Real Madrid también tenían presencia en unas carreteras deplorables, por cierto.

La Guerra Civil arruinó el futuro de la sección blanca, la primera que surgió, por lo que los merengues nunca coincidieron con sus rivales. El resto sí, especialmente en la Vuelta, donde protagonizaron legendarias batallas en 1941 y 1942. En ambas fue Berrendero el que se llevó la general: la primera, al frente del Espanyol y la segunda, con el escudo del Dépor. El apodado 'Negro de los ojos azules' por el color de su rostro arrasó por su tremenda calidad, dejando en migajas la oposición culé y colchonera.

La posguerra y el exiguo retorno económico que este deporte tenía para los clubes hipotecaron su futuro. Fue ya en 2004 cuando el Barça decidió resucitarla con ciclistas 'amateurs'. “El equipo funcionó bien durante todos los años que estuvo activo: ganamos infinidad de carreras en nuestro campo, muchos de nuestros chavales debutaron en profesionales e incluso alguno como Eduardo Gonzalo disputó el Tour de Francia”, señala Antoni Pineda, director deportivo de una sección que tenía como mánager a Melcior Mauri, campeón de la citada ronda española. “Jamás he estado en un sitio mejor. En esta profesión hoy estás aquí y mañana allí, vives en la incertidumbre y el Barça aportaba un proyecto a largo plazo y con músculo”, sostiene.

La sección arrancó con un presupuesto de 250.000 euros y expectativas muy altas. Eran tiempos en los que la directiva azulgrana soñaba con implantar una especie de Euskaltel en Cataluña y correr el Tour. El equipo, sin embargo, jamás superó el listón de la categoría élite/sub-23 porque rechazó la posibilidad de formalizar una plaza en continental, lo que le habría dado derecho a poder participar en las vueltas más importantes a nivel nacional. Poco a poco, las cuantías fueron reduciéndose. “No sabría decirte si al final fue una maniobra política para ganarse la confianza del socio, pero había cosas raras. Nos hicimos a la idea de que esto se iba a pique, pero no creo que la culpa fuera solo de Laporta. A mí se me ofreció la posibilidad de dedicarme exclusivamente al equipo y menos mal que decidí no dejar mi trabajo de toda la vida por esto”, cuenta un disgustado Pineda, ya jubilado y ahora responsable del Team Compak tarragonés.

Los azulgranas estaban muy limitados, no contaban ni siquiera con la mínima infraestructura de vehículos auxiliares y Mauri tampoco encontró un segundo patrocinador tras la fuga del primero, Excelent Center, que se hiciera cargo del coste de financiación de los corredores, que solo percibían unas pequeñas dietas en concepto de ayuda. Tres años después, en 2007, la disciplina desapareció con más pena que gloria del seno de un club que ya empezaba a asumir costes desproporcionados con los sueldos de Ronaldinho, Eto’o y Messi.

Si difícil fue la relación fútbol-ciclismo, más lo ha sido el tándem fútbol-atletismo, uno de los deportes milagro en España. Muchos clubes tuvieron esta sección y aportaron integrantes al combinado nacional en diferentes campeonatos, sobre todo tras el decreto publicado por el régimen de Franco en 1959 en el que se instaba a las entidades de fútbol a promover el atletismo tras los fracasos en los Juegos de 1948 y 1952.

Deportivo y Espanyol de atletismo

Curioso es el caso del Deportivo y el Espanyol, pues ambas sociedades nunca alcanzaron tanta notoriedad en otras disciplinas como en esta. Los gallegos, con 46 títulos nacionales a nivel individual, un campeón de Europa como Colomán Trabado y tres atletas olímpicos, rivalizaron durante medio siglo con el Celta de Vigo, que aún la conserva, hasta su disolución en 1988 tras unas pruebas celebradas en el Estadio de Riazor, hoy ya sin pista. En la otra punta del país, a orillas del Mediterráneo, Barcelona y Espanyol también se enfrentaron en el tartán hasta que los pericos se disolvieron en 1972 con las vitrinas igualmente llenas y el honor de haber proyectado a dos atletas a la élite olímpica: Gregorio Rojo y Constantino Miranda.

A nivel colectivo, solo la Real Sociedad, el Barça (vigentes) y el Madrid pueden alardear de haber levantado el título de División de Honor en categoría masculina. De hecho, el conjunto capitalino se quedó con cuatro de las primeras cinco ligas organizadas y por sus filas pasaron algunos de los mejores atletas de la península, como Miguel de la Quadra-Salcedo y José Luis González, ambos olímpicos y, el último, seis veces campeón de Europa en medio fondo.

La UD Salamanca y el Valencia CF fueron los más significativos en la categoría femenina, con uno y dos trofeos de División de Honor, respectivamente. En la historia de los del Turia el atletismo ha sido algo así como el santo grial, pues siempre ha tenido una gran aceptación en la ciudad. Deportistas como Antonio Campos o Rafa Blanquer vistieron una elástica que Paco Roig fusiló en 1994 y que fue la semilla del Valencia Club de Atletismo, conocido durante muchos años por motivos de patrocinio como el Valencia Terra i Mar, claro dominador nacional desde entonces y dos veces campeón de Europa de clubes (2014 y 2015), tal y como especifica Recaredo Agulló, gran historiador del atletismo valenciano.

No son pocos los que en los últimos años han alzado la voz hastiados por los continuos cambios estratégicos de sus entidades –a los atléticos aún les duele la desaparición del balonmano– y cada vez son más los que, en un claro ejercicio de nostalgia, reclaman la vuelta de secciones históricas, así como la apertura de otras nuevas. Una iniciativa que está siendo objeto de estudio es la que ha puesto en funcionamiento el 'espanyolismo', que, al margen de su club, ha constituido una entidad, Secciones Deportivas del Espanyol, con el ánimo de recuperar las modalidades polideportivas que un día les convirtieron en referente nacional.

placeholder El equipo de baloncesto del RCD Espanyol en 1988. (Foto cedida por Secciones Deportivas del Espanyol)
El equipo de baloncesto del RCD Espanyol en 1988. (Foto cedida por Secciones Deportivas del Espanyol)

Sin ninguna subvención pública, pero con un presupuesto de 90.000 euros obtenido a través de patrocinadores y la ayuda de 500 socios, han ido rescatando el hockey patines, el voleibol, el balonmano y el baloncesto. “Todas son reivindicaciones históricas que en su día le presentamos al nuevo accionariado chino, pero no les interesó porque estaban muy centrados en el fútbol”, explica Luis de la Fuente, uno de los arquitectos de esta idea que aspira a consolidarse en Cataluña antes de asaltar objetivos más ambiciosos. “Nos gustaría llegar a primera división con el hockey porque la inversión que se requiere no es excesivamente alta y los mejores jugadores viven aquí”. Los blanquiazules fueron pioneros en España en este deporte y ostentan hasta once títulos nacionales. “El año pasado jugamos contra el Barça C en sénior y nos vinieron muchos recuerdos a la cabeza. Fue bonito retomar la rivalidad y vimos calidad”, cuenta de una plantilla diseñada por el exseleccionador nacional Carlos Feriche.

Esperan seguir creciendo, pero con cabeza. “Las cifras que se manejan en ACB son prohibitivas para nosotros”, contesta cuando se le pregunta por el baloncesto, que retoma su actividad esta temporada a nivel autonómico, pero que durante los años ochenta llegó a jugar en competición europea. Con resultados deportivos y siguiendo unas líneas de absoluta transparencia, esperan llamar de nuevo la atención de su club, que les permite competir con los colores y el escudo, aunque sin la corona. “Más allá de ser un ejercicio justo con nuestra memoria, como estrategia de 'marketing' es algo positivo porque se trata de asentar tu marca y estrechar lazos de unión con la sociedad”, afirma con contundencia De la Fuente.

Algunos no pueden evitar preguntarse cuánto dinero se podría repartir entre el deporte minoritario a través del ahorro en fichas y fichajes de futbolistas. “Estamos hablando de que con un presupuesto de 50.000 euros ya tienes un equipo 'top' montado en béisbol, eso es calderilla para los grandes”, asegura Julio Pernas. “El fútbol es al resto de deportes lo que el Barça y el Madrid al suyo: un monstruo que absorbe todo”, alertan otros. Desde 2016, LaLiga está obligada a destinar el 1% de sus ingresos televisivos al polideportivo, además de dotarles de un espacio para su visibilidad con la plataforma LaLiga4Sports. Es el principio de un camino que podría acortar sus pasos si los clubes grandes volvieran a lucir sus estandartes más allá de los estadios, una causa defendida por muchos. “Ya es hora de que el fútbol nos devuelva parte de lo que nos quitó”.

Los clubes de fútbol no siempre han sido organizaciones dedicadas única y exclusivamente al deporte rey. Durante el siglo XX, antes y después de la Guerra Civil, miles de hombres y mujeres compitieron en diferentes modalidades con el escudo de su equipo de balompié bordado en el pecho. Eran otros tiempos y las entidades deportivas apostaban por estrategias multidisciplinares con las que expandir su marca a un público más amplio.

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