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Los males de Solari y su Real Madrid ante el CSKA que debe corregir (como Keylor Navas)
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Los males de Solari y su Real Madrid ante el CSKA que debe corregir (como Keylor Navas)

El entrenador argentino tiene que dominar una plantilla fuera de forma, con jugadores jóvenes que no dan el paso adelante y veteranos que no encuentran el fútbol que tuvieron

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Santiago Solari tomó una decisión al llegar, respetable, como todas. Él no hace competir a sus porteros, tiene un titular, que es Courtois, y un suplente, Keylor Navas. Podría pensarse incluso que hubiese preferido que el costarricense no fuese parte de la plantilla, aunque postergar al banquillo a un campeón de Europa y guante de oro en el Mundial no es tarea fácil. Pero en fin, es lo que hay, el argentino no ha tomado parte en la confección del equipo, solo puede alinearlo o no. Sorprende, sin embargo, que su decisión llegue hasta las consecuencias más extremas. El partido contra el CSKA, que terminó con una derrota por 0-3 bastante vergonzante, era el típico día en el que salían los no habituales, también el portero. No para Solari, el argentino, tan empeñado en dejar su huella, le relegó al banco en una decisión que solo puede incrementar el mal humor de su portero suplente.

Solari formó parte de muchos vestuarios, pero una cosa es ser miembro y otra dirigirlos. El argentino, además, tiene su primer gran trabajo en la élite en el Real Madrid, un equipo que pide a sus técnicos ciertas cualidades que no son las comunes en un entrenador. Solari no tiene que enseñar a sus jugadores a dar un pase en largo o a controlar un balón, porque con las nóminas que se manejan en la Castellana eso se da más que por sentado. Tampoco va a reinventar el fútbol, las grandes aportaciones tácticas o en el terreno físico son complicadas de implementar si no llegan en la pretemporada. Lo que sí puede hacer es indicar a los suyos la dirección en la que remar para que todos lo hagan al unísono y con la misma cadencia. Eso, más que nada, es su oficio, tratar de que los futbolistas, a veces caprichosos, individualistas o dispersos, crean en el proyecto y en las maneras de llegar al objetivo.

Foto: Isco, durante el partido del Real Madrid contra el CSKA Moscú en el Bernabéu. (EFE)

La tarea no es sencilla, darle a un equipo personalidad. En el mejor de los casos, se puede pensar que trabaja para conseguirlo, pero claramente no lo ha logrado. Porque el Real Madrid de Solari no es un desastre, no siempre al menos, pero sí es claramente inestable. El mismo equipo que puede ganar un sábado puede caer el siguiente, el intento ahora no está en enamorar a la grada, algo que está lejos por el momento, sino conseguir algo que, con los mimbres que tiene, debería no ser tan difícil: un poco de fiabilidad. Perder con estrépito en Eibar o contra el CSKA no vale en el Madrid, ni siquiera con los meritorios.

placeholder Vallejo, contra el CSKA. (EFE)
Vallejo, contra el CSKA. (EFE)

La autopista de Marcelo

El partido contra los rusos deja, de nuevo, una catarata de dudas difíciles de resolver. Algunas, de hecho, son agujeros negros que Solari tiene que lidiar y no serán fáciles. Le ocurre, por ejemplo, con Marcelo. Es un jugador tremendo, a veces el mejor del mundo, pero está pasadísimo de forma. Es evidente para cualquiera que le vea, un jugador fantasioso y fino como él está impreciso, llega tarde y se ha convertido en la autopista preferida de los rivales, que no necesitan un estudio en profundidad para entender algo tan básico. Ahí cae uno de los problemas que tiene Solari y de los que no es culpable: la preparación. Ha habido cambio de dirección en ese sentido, pero nadie debería creer en milagros. Pintus tendrá que recuperar a unos y poner a tono a otros, mientras tanto, las cartas con las que juega el argentino están necesariamente marcadas.

Jugando con eso como base, lo cierto es que no es capaz de atinar con equipos que sean fiables. Es cierto, la llegada del CSKA con el liderato asegurado le permitía hacer un 'casting' para probar jovenzuelos. El resultado, es obvio, no le aclaró las dudas. Sí, Vinícius suena bien, gusta cuando juega. Valverde y Llorente no fueron culpables y por otros partidos se sabe que son piezas a explorar. Es un expediente X lo de Vallejo en el Madrid, pues él parecía ser el siguiente gran central en el fútbol español. Desde que se viste de blanco, bien por lesiones bien por actuaciones, ha sido incapaz de estar a la altura de las expectativas. Tampoco ayuda demasiado jugar con Javi Sánchez, tan inexperto como él.

placeholder Bale se duele del tobillo. (EFE)
Bale se duele del tobillo. (EFE)

Los dolores de Bale

Los jóvenes preocupan, pero tampoco los veteranos que salen enamoran. Benzema está siendo de los mejores del año, pero sigue sin encontrar el camino al gol. Isco, enfadado con el mundo, terminó pitado por la grada e insustancial en el campo. Asensio dio brotes verdes, tuvo ratos de buen fútbol y grandes remates, pero necesita un paso más para recuperar el tono. En su caso falla la moral, se le ve alicaído, igual un par de goles le revigorizan, pero claro, tienen que llegar.

Mención aparte merece Gareth Bale. El galés jugó poco y... se lesionó. Esta vez no pareció muscular, pero es que el extremo va a terminar haciendo quedarse cortos todos los 'memes' que le retratan como un jugador débil. Vive en el miedo, como es normal con su historial, cualquier pinchazo, cualquier dolor, en él es un drama. Tiene el umbral del dolor muy bajo y un futbolista como él, explosivo cuando se pone, necesita un grado de confianza que sus piernas no le permiten tener.

El equipo se retiró entre pitos porque la tarde era menor, intrascendente, pero incluso en esos días el Real Madrid tiene que ser el Real Madrid. Se puede perder, incluso en días como este se puede mirar hacia otro lado, pero una derrota por 0-3 contra un equipo menor nunca es aceptable. Los jóvenes no se ganaron la plaza, los de siempre recordaron por qué este equipo ha penado más que disfrutado esta temporada. Y el portero, tan titular que juega hasta los minutos de la basura, se llevó tres goles para casa cuando bien pudo quedarse en el banquillo. Todo eso está en Solari, que no tiene tarea fácil, pero, en realidad, ¿puede ser fácil ser técnico del Real Madrid?

Santiago Solari tomó una decisión al llegar, respetable, como todas. Él no hace competir a sus porteros, tiene un titular, que es Courtois, y un suplente, Keylor Navas. Podría pensarse incluso que hubiese preferido que el costarricense no fuese parte de la plantilla, aunque postergar al banquillo a un campeón de Europa y guante de oro en el Mundial no es tarea fácil. Pero en fin, es lo que hay, el argentino no ha tomado parte en la confección del equipo, solo puede alinearlo o no. Sorprende, sin embargo, que su decisión llegue hasta las consecuencias más extremas. El partido contra el CSKA, que terminó con una derrota por 0-3 bastante vergonzante, era el típico día en el que salían los no habituales, también el portero. No para Solari, el argentino, tan empeñado en dejar su huella, le relegó al banco en una decisión que solo puede incrementar el mal humor de su portero suplente.

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