Las cuatro cruces que no pueden solucionar Griezmann y Messi
Diego Costa y Kalinic no hacen goles. Lemar tiene que completar un gran partido. La defensa del Barça es un coladero. El castigo de Dembélé... El Atleti-Barça tiene miga
En el Atlético de Madrid no encuentran una explicación a los problemas de la sequía o falta de eficacia de sus delanteros y en el Barcelona se quejan de la cantidad de goles que reciben. Los problemas estructurales e individuales que tienen Simeone y Ernesto Valverde no los pueden solucionar la calidad de las dos estrellas. Ni Griezmann es capaz de dar abasto, como se comprobó en el último partido de Liga contra el Athletic Club con el gol del ‘cojo’ Godín sobre la bocina, y Messi no es suficiente para tapar los desarreglos defensivos de un Barça que es un coladero. La derrota en el Camp Nou contra el Betis (3-4) encendió las alarmas en una plantilla que busca culpables a los errores.
Griezmann y Messi son una garantía, pero no lo solucionan todo. Hay averías en dos de los aspirantes al título. Muchas cosas, a nivel táctico y disciplinario, que arreglar. Los problemas más importantes tienen que ver con el bloqueo ofensivo del equipo rojiblanco y la fragilidad de los azulgranas. Son las cuatro cruces que no pueden solucionar Griezmann y Messi.
Diego Costa y Kalinic están secos
El Atlético de Madrid ha marcado 18 goles menos que el Barcelona en las 12 jornadas de Liga –34 para los azulgranas y 16 para los rojiblancos–. La explicación a la falta de gol está en la sequía de sus dos delanteros. Ni Diego Costa ni Kalinic han logrado estrenarse en lo que va de campeonato. Están secos. Un dato preocupante y alarmante en un equipo en el que Griezmann ha aportado solo tres goles en la Liga. Entre Luis Suárez y Messi han marcado 18 goles –nueve cada uno–. Lo que preocupa es que Diego Costa lleve sin marcar en 18 partidos consecutivos en la Liga entre la pasada y la actual temporada. El último fue al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. Las lesiones y un mal inicio de la temporada son el talón de Aquiles del equipo del Cholo. El problema se agrava cuando el delantero fichado esta temporada, el croata Nikola Kalinic, tampoco ha sido capaz de poner remedio a la sequía.
Lemar no da el paso al frente
El fichaje más caro de la historia del Atlético de Madrid ha ido de más a menos. Thomas Lemar es un caso especial porque fue una petición de Griezmann y una apuesta del club. Simeone ha tenido más paciencia con este futbolista que con cualquier otro recién aterrizado. Ha disfrutado, desde el primer minuto, de la titularidad. Pero le toca dar un golpe en la mesa. Demostrar en un partido del nivel contra el Barcelona que vale los 70 millones de euros que se pagaron por él. Hay que comprobar hasta qué punto Lemar encaja en un sistema que está provocando que haya dudas en el estilo de juego de Simeone. Calidad le sobra, pero para triunfar en el equipo de Simeone hay una regla básica: el equipo está por encima de cualquier individualidad.
Los agujeros del Barcelona
El Barcelona tiene graves problemas defensivos que reconocen públicamente Ernesto Valverde y los jugadores. Esta temporada ha encajado 22 goles en los 18 partidos que ha disputado en todas las competiciones. Más del doble que por estas fechas con respecto a la anterior. Los agujeros defensivos se deben a la falta de solidez por una descoordinación en la presión cuando toca recuperar el balón, la separación entre líneas, el mal repliegue y una bajada de intensidad. "Nos llegan con demasiada facilidad y no controlamos el juego", dijo Valverde tras los cuatro goles encajados ante el Betis. Un partido en el que las cámaras de televisión captaron la desesperación del entrenador con Piqué porque el central decidió hacer la guerra por su cuenta e irse arriba. El chileno Arturo Vidal apunta a la titularidad en el Wanda Metropolitano –Rakitic es baja por sanción– para solucionar este problema. El Barcelona busca ser más agresivo y compacto.
El castigo del indisciplinado Dembélé
El tormento en el Barcelona tiene un nombre: Dembélé. Un asunto extradeportivo mantiene enrarecido el ambiente en el equipo de Ernesto Valverde. Al entrenador se le ha dicho de todo. Que si es blando por no haber multado al francés después de saltarse un entrenamiento, que el castigo de no jugar ante el Betis no tendrá efecto y la necesidad de recuperarle cuanto antes porque es un fichaje que costó 105 millones de euros más otros 40 en variables. En el club tendrán que decidir si conviene quitárselo de encima antes de que sea más tarde y valga menos dinero. Pero, de momento, es un problema para Valverde y el juego del Barcelona. Un futbolista que ha cogido fama de indisciplinado por sus impuntualidades y que cuando juega muestra un fútbol anárquico. Compañeros como Piqué y Luis Suárez han recriminado su comportamiento públicamente y le han pedido que madure y sea más responsable.
En el Atlético de Madrid no encuentran una explicación a los problemas de la sequía o falta de eficacia de sus delanteros y en el Barcelona se quejan de la cantidad de goles que reciben. Los problemas estructurales e individuales que tienen Simeone y Ernesto Valverde no los pueden solucionar la calidad de las dos estrellas. Ni Griezmann es capaz de dar abasto, como se comprobó en el último partido de Liga contra el Athletic Club con el gol del ‘cojo’ Godín sobre la bocina, y Messi no es suficiente para tapar los desarreglos defensivos de un Barça que es un coladero. La derrota en el Camp Nou contra el Betis (3-4) encendió las alarmas en una plantilla que busca culpables a los errores.
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