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"No es un accidente": el Barcelona vuelve a señalar a Ernesto Valverde
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la derrota contra el leganés escuece

"No es un accidente": el Barcelona vuelve a señalar a Ernesto Valverde

Ernesto Valverde dijo que era un accidente, pero en la junta deslizan que no lo consideran como tal y vuelven a ponerle en duda, como ya hicieran antes de la final de la pasada Copa

Foto: Ernesto Valverde. (Reuters)
Ernesto Valverde. (Reuters)

“Ha sido un accidente”, declaró Ernesto Valverde en la sala de prensa de Butarque después de que su equipo cayera derrotado ante el Leganés. “No es ningún accidente”, le contradicen hoy desde la junta directiva en un mensaje deslizado a los medios de comunicación que evidencia las diferencias, y la preocupación, con que el club está viendo el comienzo de temporada del Barcelona, que ha perdido cinco puntos en las dos últimas jornadas y encajado siete goles cuando en toda la primera vuelta de la última temporada fueron nueve. Valverde vuelve a estar señalado y la reacción debe llegar inmediatamente, aunque la solución no es fácil.

El Barça, cuando se la pega, se la pega pero bien, cae en mayúsculas, con todo el equipo. Así sucedió la pasada campaña con la eliminación en la Champions contra la Roma, que ya hizo tambalear el puesto del entrenador cuando el mismo día en que se disputaba la final de la Copa del Rey, ‘Mundo Deportivo’ publicó una información en la que se ponía en duda la continuidad del técnico. Y así vuelve a pasar ahora tras el batacazo en Leganés. Lo curioso es que, hace una semana, su agente se reunió con el club en una primera toma de contacto para hablar de su renovación; pero así es el Barça, del blanco al negro, del cero al 100, en un pestañeo. O, mejor dicho, así funciona la junta directiva, que es capaz de poner al técnico en entredicho y luego, públicamente, hacer como si nada hubiera pasado y asegurar que está encantada con él.

Foto: Valverde, en el banquillo azulgrana. (EFE)

Valverde lo sabe, claro que lo sabe, pero ahora mismo es la menor de sus preocupaciones. Porque una cosa es que no quisiera dar palos en la rueda de prensa y otra que no esté dándole vueltas para revertir la situación. “Estamos en un momento muy difícil e inesperado” reconoció también. Pero la gran cuestión ahora es: ¿cómo?

placeholder Gerard Piqué se lamenta durante el encuentro ante el Getafe. (EFE)
Gerard Piqué se lamenta durante el encuentro ante el Getafe. (EFE)

Un problema coral

Gerard Piqué no está bien. Falló contra el Girona y sobre todo en Butarque de forma tan grosera que resulta imposible no señalarle. Umtiti tampoco es que le esté ayudando mucho, y Vermaelen, que debutaba esta temporada y en la posición de lateral izquierdo, tampoco tuvo el día, pero el problema no está solo en la defensa. No hay un solo responsable ni culpable, y el equipo ya había enviado malas señales en partidos anteriores, como en Anoeta, donde Ter Stegen fue clave, o en Valladolid, donde por muy mal que estuviera el césped le salvó el VAR del empate en tiempo de descuento. El problema es coral, es de fútbol, es de juego. Es un Barça vulgar, incapaz de proponer nada que no sea esperar a que haya una falta al borde del área para ver si Messi la enchufa y que baja los brazos en casa del colista, sin recursos ni energía cuando la cosa se tuerce, abandonándose a un destino fatal como si fuera irremediable, sin capacidad de reacción.

Busquets, que acaba de renovar su contrato con el Barça en una estupenda bomba de humo de manual por parte del club, fue el único jugador que habló en Madrid. “No hay ninguna excusa”, afirmó. “Tenemos que empezar a ser más sólidos y trabajar un poquito más en defensa”, avisó. Para lograrlo, la opción más lógica es reforzar el centro del campo y cambiar el 4-3-3 por un 4-4-2. Y aquí está el dilema: ¿quién se queda fuera?

Para jugar con cuatro centrocampistas sobra un delantero, es de perogrullo. Hasta el momento, Valverde en su once ideal ha optado siempre por Coutinho junto a Busquets y Rakitic, y por Dembélé acompañando a Messi y Luis Suárez. Y no se puede obviar que ambos son los fichajes más caros del club azulgrana en su historia.

placeholder El delantero argentino del FC Barcelona Lionel Messi. (EFE)
El delantero argentino del FC Barcelona Lionel Messi. (EFE)

Demasiadas pérdidas

Coutinho y Dembélé pierden demasiadas pelotas y en su genética está la portería contraria, no la propia. Los desajustes defensivos son evidentes y ninguno de los dos está diseñado para remar. Arthur, bendecido por Messi y Luis Suárez, que aseguraron al principio de temporada que les recordaba a Xavi por su capacidad para guardar el balón, solo fue titular ante el Girona, donde no brilló y fue sustituido cuando Lenglet enfiló el camino de vestuarios después de ser expulsado. También Arturo Vidal. Los dos cambios fueron a la vez por Rakitic y Coutinho.

Dembélé ha sido titular en todos los partidos esta temporada, y clave en la Supercopa, ante el Valladolid y la Real Sociedad, lo que indica a las claras que Valverde confía en él, así que quitarle del once debería escocerle. Hay otra opción: Luis Suárez, pero aquí el asunto se complica aún más. Por una parte, porque su recambio, Munir, no ofrece las garantías del ‘9’ uruguayo. Por otra, porque es uña y carne con Messi, y si algo tienen claro en el club y en el vestuario es que enfadar a Messi es una pésima idea.

Foto: Aimar y Messi coincidieron en la selección argentina entre 2005 y 2009. (EFE)

Al argentino, que estrelló un balón en el larguero con el 0-1 de Coutinho en el marcador, se le vio impotente en la segunda parte. Igual que en Roma. Calcado a cuando juega con la selección argentina. Si hay curvas, cuando el equipo no funciona, Messi se desespera y, en lugar de rebelarse, se rinde. Hoy no se ha entrenado. Está tocado, sobre todo anímicamente, y esa es una malísima señal para el Barça. El capitán, que señaló como objetivo la Champions, se fue de Butarque cabizbajo y así sigue.

Lo mejor que le pasó al Barça el miércoles fue que al Madrid le dieron una zurra en Sevilla, pero no sirve de consuelo porque el juego es plano, funcionarial, aburrido. Y ahora llegan el Athletic, el Tottenham y el Valencia. La reacción debe ser inminente, pero la solución, se mire por donde se mire, no será fácil. Sobre todo para Valverde, que debe tomar decisiones ya.

“Ha sido un accidente”, declaró Ernesto Valverde en la sala de prensa de Butarque después de que su equipo cayera derrotado ante el Leganés. “No es ningún accidente”, le contradicen hoy desde la junta directiva en un mensaje deslizado a los medios de comunicación que evidencia las diferencias, y la preocupación, con que el club está viendo el comienzo de temporada del Barcelona, que ha perdido cinco puntos en las dos últimas jornadas y encajado siete goles cuando en toda la primera vuelta de la última temporada fueron nueve. Valverde vuelve a estar señalado y la reacción debe llegar inmediatamente, aunque la solución no es fácil.

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