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Las agallas de Isco corrigen la táctica 'a calzón quitado' de Lopetegui
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el gol del malagueño evita la derrota

Las agallas de Isco corrigen la táctica 'a calzón quitado' de Lopetegui

Lopetegui tuvo que sacar en la segunda parte a Isco y Casemiro para evitar su primera derrota. En Bilbao es difícil jugar sin dos jugadores que dan músculo y gol

Foto: Isco celebra el gol del empate en el estadio San Mamés. (EFE)
Isco celebra el gol del empate en el estadio San Mamés. (EFE)

A Lopetegui hay que reconocerle que tuvo agallas para salir de inicio en Bilbao sin el músculo y el equilibrio que da Casemiro y la inspiración de Isco. Su valentía tenía red. Tuvo que tirar de los dos en la segunda parte para conseguir un empate (1-1) que le aleja un poquito del Barcelona, pero que sirve por la dificultad del rival y el campo. Fue un partidazo en la segunda parte. Lopetegui dejó a dos de los supuestos jugadores que tienen que estar en el once de gala en el banquillo en el primer partido de nivel medio-alto en la Liga para apostar por una táctica 'a calzón quitado'. Armó un once con un centro del campo con Kroos, Ceballos y Modric. Por delante Marco Asensio, Bale y Benzema en lo que es una apuesta por un tridente que se tiene que ir acoplando para dar soluciones al déficit de goles que deja Cristiano y al que no le ha ido mal en las tres primeras jornadas. Pero San Mamés es una de esas plazas grandes en las que se tiene que demostrar cuál es el potencial de un aspirante al título.

Los riesgos que asumió Lopetegui fueron dejar al equipo sin ancla —Casemiro— entre los centrales —Sergio Ramos y Varane— para apostar por un equipo dinámico y un ritmo alto en la circulación del balón. Ceballos, Modric, Kroos, Asensio y Benzema se metían por dentro para hacer superioridad en el centro del campo. El juego cogía alta velocidad y no había calma ni pausa. Un planteamiento valiente para agitar y provocar que el Athletic no tuviera marcas fijas. Pero cuando uno va 'a calzón quitado' tiene que saber que se descubre en algún momento. Y esto le sucedió al Madrid. Se desnudó atrás y mostró debilidad defensiva. El Athletic salió del tráfico madridista para pillarle por la banda derecha en una jugada que remató Iker Muniain para hacer gol —minuto 32—. Courtois salió a tapar y desprotegió la portería. El belga había salvado minutos antes un disparo lejano de Yeray.

Foto: Marco Asensio muestra su nombre y dorsal tras marcar un gol contra el Bayern de Múnich. (Efe)

Reacción tibia del Madrid

La reacción del Madrid tras el gol fue tibia y le entraron las dudas. Esa velocidad y dinamismo produjo atasco en la cabeza de los jugadores. Creció el Athletic, cogió seguridad el equipo de Berizzo y desnudó el sistema de Lopetegui. El equipo blanco se quedó con el culo al aire, en cueros, cuando había salido a no guardarse nada y a jugar sin especular. Al dinamismo, la velocidad y el ritmo no le acompañaba la profundidad ni la pegada.

Lopetegui se comió sus agallas en la segunda parte para darle más normalidad y empaque al once. En las dificultades tienen que aparecer los mejores y el entrenador quitó a Ceballos para meter a Casemiro. Empezó a ser otro Real Madrid. Ganó en equilibrio y carácter en el centro del campo. El brasileño tiene jerarquía, protege a los centrales y libera a Kroos. Empezó la reacción con Casemiro encarándose con Raúl García. El equipo comenzó a dar pasos con más seguridad hacia delante. Pasó de ir a gatas a caminar y llevar peligro a la portería de Unai Simón. Pero faltaba algo más: el gol. Llegó el empate con la salida de Isco y un cabezazo en un centro con la derecha de Bale.

placeholder Casemiro y Raúl García se encaran. (EFE)
Casemiro y Raúl García se encaran. (EFE)

Ataque de entrenador

El peligro de los partidos después de un parón de selecciones tiene consecuencias como las que se han visto en esta jornada. A Lopetegui le dio por rotar y experimentar y tuvo que corregir el planteamiento para sumar un punto en San Mamés. A Isco y Casemiro no se les puede dejar en el banquillo en citas como las de Bilbao, en las que los partidos tienden a romperse con más pelea que finos y frágiles jugadores. Lopetegui supo rectificar su error y evitar la primera derrota en la Liga y, aunque cede dos puntos tras la victoria del Barcelona en Anoeta, coge un punto en un campo hostil y ante un rival incómodo. El mismo ataque de entrenador que tuvo Lopetegui le sucedió a Ernesto Valverde antes contra la Real Sociedad cuando dejó a Busquets en el banquillo y tuvo que tirar de él para conseguir la remontada. Al Madrid no le llegó para la victoria, pero evitó una derrota que suma en la regularidad que tiene que mostrar un equipo aspirante a la Liga.

De las decisiones de Lopetegui hay que apuntar que no confió en Mariano para tener un delantero más en el campo que pudiera rematar la remontada. El tercer cambio fue introducir a Lucas Vázquez por Bale —minuto 74—. No fue una buena noche para Benzema ni Bale, pese a que el galés diera el pase del gol a Isco. Mariano sigue sin debutar. ¿No quería un '9'? Julen Lopetegui cede dos puntos, pero salva la derrota: "El Madrid nunca da por bueno un empate y creo que merecimos ganar en la segunda parte porque fuimos mejores. Tuvimos más ocasiones en un partido intenso y un campo complicado".

Foto: Florentino Pérez se dirige a los socios durante una Asamblea General Ordinaria. (Efe)

A Lopetegui hay que reconocerle que tuvo agallas para salir de inicio en Bilbao sin el músculo y el equilibrio que da Casemiro y la inspiración de Isco. Su valentía tenía red. Tuvo que tirar de los dos en la segunda parte para conseguir un empate (1-1) que le aleja un poquito del Barcelona, pero que sirve por la dificultad del rival y el campo. Fue un partidazo en la segunda parte. Lopetegui dejó a dos de los supuestos jugadores que tienen que estar en el once de gala en el banquillo en el primer partido de nivel medio-alto en la Liga para apostar por una táctica 'a calzón quitado'. Armó un once con un centro del campo con Kroos, Ceballos y Modric. Por delante Marco Asensio, Bale y Benzema en lo que es una apuesta por un tridente que se tiene que ir acoplando para dar soluciones al déficit de goles que deja Cristiano y al que no le ha ido mal en las tres primeras jornadas. Pero San Mamés es una de esas plazas grandes en las que se tiene que demostrar cuál es el potencial de un aspirante al título.

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