El cerebro de la España de Luis Enrique pasa por el Real Madrid y no por Koke
Isco tendrá que coger el papel de Iniesta, y eso obligará a modificar la manera de entender el fútbol. Koke y Ceballos demuestran que las listas no tienen nada predefinido; todo está sujeto a cambio
La idea futbolística de Luis Enrique se verá en el campo, aunque ya desde la lista todo seleccionador manifiesta una declaración de intenciones. Las explicaciones, en este caso, fueron parcas. Tiene el asturiano fama de lenguaraz, de echado para adelante, de no tener miedo a nada. Desde la primera pregunta en su rueda de prensa, sin embargo, señaló que no iba a comentar nada de todos esos jugadores que no viajarán con el equipo para jugar en Wembley. Solo habla de los elegidos, no de los represaliados. La decisión, por lo tanto, solo está contada a medias, porque es evidente que los que están le gustan, la propia llamada ya lo muestra, pero quedan siempre dudas de qué ha pasado para que algunos habituales se hayan quedado fuera.
Con su renuncia a explicarlo, abre la puerta a que las decisiones no tengan que ver solo con lo futbolístico. Con Koke no hay ojeriza porque tampoco había trato previo. Con Jordi Alba las alarmas saltan por el carácter y la mala relación previa, pero en el caso del madrileño no se puede encontrar nada de eso. Primero porque Luis Enrique y él no han coincidido más que circunstancialmente, se conocen como se conocen los rivales, de darse la mano al final del partido y verle en vídeo. Más aún si, para hacer esta primera convocatoria, el técnico ha decidido no coger el teléfono y hablar con los jugadores. Con Koke la ausencia se explica solo desde el fútbol, porque nunca ha sido polémico, es un buen chico, noble, siempre querido por los compañeros y por sus técnicos, tanto en su club como en la Selección.
El contraste es mayor con Ceballos, que en su juventud, y con margen de mejora, no ha demostrado nunca ser la cabeza más asentada. No es carácter, es fútbol, y el hecho de llevar al madridista y no al rojiblanco es toda una declaración de intenciones. Una trazo de lo que quiere y no quiere en su equipo Luis Enrique, la Selección que él se ha imagina que es, en buena lógica, diferente a lo que se ha visto hasta ahora. Ceballos, muy técnico, amplio en el campo, en los días buenos es capaz de hilvanar mucho fútbol.
Cuando tiene que verbalizar la nueva era, el seleccionador elige con cuidado un término, evolución. "No he tenido la intención de hacer una revolución, pero evolucionar lo que ha sido el estilo creo que es necesario. A partir de aquí, nada más., no me he fijado en la edad ni en si son altos o bajos, si me caen bien o mal…", explicaba Luis Enrique. El asturiano se enfrenta a un nuevo tiempo en el que el equipo, que fue brillante y reinó, está de capa caída y con la necesidad de nuevas propuestas. No es un entorno nuevo, ya le pasó en el Barcelona. Y ya ahí marcó la diferencia, de un equipo más creativo a otro más intenso. Con toque, sí, no se puede negar la esencia más básica del grupo, pero también buscando nuevas maneras de atacar y de defender.
Ceballos e Isco, en una lista que puede apaciguar a esos madridistas que pensaban que el técnico les tenía gatos, son dos nombres de los que están llamados a definir el nuevo tiempo. El primero tiene que asentarse, tanto en su club como en su equipo. Llega casi como representante de la selección sub-21, para ver como liga con los clásicos. "Ceballos está jugando muchos minutos, ha sido importante en la sub-21, es importante que esos jugadores nos puedan ayudar en la Selección absoluta, tiene mucha calidad, creo que puede aportar muchas cosas", decía, como línea general, el nuevo técnico.
El andaluz es un virtuoso, cubre campo, es intenso. Acompaña a otro joven, Rodri, que ya apuntaba hace meses que su lugar era este, sin importar quién fuese el que proyectase la lista. Y el motivo hubiese sido el mismo para cualquiera que lo hubiese explicado: es el jugador más similar que ha producido España a Busquets. "Tiene una gran visión de juego, gran personalidad, muy pocas pérdidas, es un jugador con visión periférica continua, solución perfecta para centrales ¿está claro que me gusta, no?", contaba Luis Enrique en la que fue, quizá, su más elogiosa definición.
La selección victoriosa y los remedios de Luis Enrique siempre contarán con la presencia de un ancla. Busquets ha sido durante años el jugador más admirado por todos los entrenadores, quizá porque a ellos les gusta señalar lo que no siempre es tan evidente para el aficionado. La capacidad de Rodri para suplir a uno de los jugadores más seguros del mundo le dará siempre un hueco en España.
La importancia de Isco
Es cierto que en esta nueva medular hay decisiones que han tomado otros por Luis Enrique. Iniesta, incluso Silva, son jugadores sistémicos, de esos cuya sola presencia obliga a una manera concreta de entender el fútbol. Sublimes ambos, su retirada de la Selección es el golpe más fuerte para pensar en un tiempo nuevo. Jugadores como ellos, asociativos y sencillos, no abundan. Por eso hay que buscar otros remedios, que son diferentes. En esta España no se dudará de Sergi Roberto, por su versatilidad y por su simpleza, pero si tiene que definirla alguien será probablemente, Isco.
"Es un jugador muy completo, de los más decisivos de la Selección, puede jugar en banda, por dentro, ser uno de los interiores. Es una realidad, pero tengo depositadas muchas ilusiones, creo que el estilo le beneficia, tiene llegada a gol, ultimo pase, desborda, buen comportamiento defensivo… es muy completo", señalaba Luis Enrique. El malagueño tiene mucho de todo eso y nadie le puede negar una capacidad innata para jugar al fútbol. Su manera de entenderlo, sin embargo, no se parece a la que en su día definió a España. Porque esto no es solo una cuestión de ser o no un buen futbolista, también de la manera de afrontar el juego.
Isco no la da de primeras, traslada el balón. Isco puede ser más bonito que bueno. Isco no simplifica. Isco, en definitiva, no es Iniesta, pero en ausencia de Iniesta -o de Silva- es probablemente el jugador español más capacitado para marcar el ritmo de un equipo. Luis Enrique lo sabe y, por eso, le señala como clave para lo que venga y cree que puede dar con él más incluso de lo que se le ha visto. Tiene lógica, Isco engarza mejor en el Barcelona del asturiano que en el de Guardiola, un equipo en el que pesaban más los individuos -Messi, Neymar e incluso Suárez- que una idea colectiva en el que se jugase siempre a un toque.
El examen empieza ahora, pero a Luis Enrique, quizá por precaución, le gusta contar que él no coge un equipo ganador sino uno de resultados bastante mediocres. " España no está al nivel de clasificación en la lista de las mejores es evidente, pero queremos recuperar el sitio que nos corresponde. Van a ser dos partidos importantes para ver dónde estamos y el hambre que tenemos", cuenta. Esto entronca con la aceptación del reto, que quizá es más posible ahora que el equipo llega de tres pescozones que antes, cuando la costumbre de la derrota era tanta que el crecimiento simplemente no era posible.
El asturiano incide en que España es la novena del ránking mundial. Es una lista en la que él cree, quizá porque le llena de argumentos para señalar que el equipo no es para tanto. En el fútbol de selecciones tiene un punto de tocomocho, porque los criterios juzgados no son tan estables como un campeonato de clubes. Ese ránking siempre fue anecdótico, pero de repente se ha tomado como una lista de verdad útil. "Hay que trabajar mucho para no ser noveno, eso implica mucho sacrificio, mucho esfuerzo y la pizca de suerte. Pero la realidad, novenos"
Esta es la lista de España
Porteros: De Gea, Kepa, Pau López
Defensas: Carvajal, Azpilicueta, Albiol, Llorente, Nacho, Sergio Ramos, Íñigo Martínez, Marcos Alonso, Gayá
Centrocampistas: Busquets, Sergi Roberto, Rodri, Saúl Ñíguez, Thiago, Ceballos
Delanteros: Isco Alarcón, Marco Asensio, Álvaro Morata, Diego Costa, Suso, Rodrigo
La idea futbolística de Luis Enrique se verá en el campo, aunque ya desde la lista todo seleccionador manifiesta una declaración de intenciones. Las explicaciones, en este caso, fueron parcas. Tiene el asturiano fama de lenguaraz, de echado para adelante, de no tener miedo a nada. Desde la primera pregunta en su rueda de prensa, sin embargo, señaló que no iba a comentar nada de todos esos jugadores que no viajarán con el equipo para jugar en Wembley. Solo habla de los elegidos, no de los represaliados. La decisión, por lo tanto, solo está contada a medias, porque es evidente que los que están le gustan, la propia llamada ya lo muestra, pero quedan siempre dudas de qué ha pasado para que algunos habituales se hayan quedado fuera.