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Lucas Digne, el futbolista que hace un año asistió a las víctimas del terrorismo islámico
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un año de los atentados de cataluña

Lucas Digne, el futbolista que hace un año asistió a las víctimas del terrorismo islámico

El pasado 17 de agosto 2017 fue no de los días más negros de las ciudades de Barcelona y Cambrills, donde un grupo de terroristas acabó con la vida de 16 personas

Foto: Lucas Digne en un partido del Barcelona frente al Sporting (REUTERS)
Lucas Digne en un partido del Barcelona frente al Sporting (REUTERS)

Ha pasado un año. Pese a que en aquel momento la sensación era de que se había parado, el tiempo siempre sigue corriendo y son ya 365 días los que separan a la Barcelona de hoy de uno de los días más negros de su historia reciente, el 17 de agosto de 2017.

Tal día como hoy, hace un año un grupo de terroristas aterrorizó a la ciudad de Barcelona, a Cataluña, a España entera e incluso a toda Europa, que tembló al ver cómo en el famoso paseo de Las Ramblas de la Ciudad Condal una furgoneta blanca recorría 530 metros atropellando a todo aquel que se cruzaba en su camino con la única intención de acabar con el máximo número de vidas posible.

[Siga en directo los homenajes a las víctimas de los atentados de Barcelona]

Pero eso no fue todo, el terror alcanzó unas horas más tarde, durante la madrugada que unía el jueves 17 de agosto con el viernes 18, a la turística localidad de Cambrills (Tarragona), donde en plena temporada alta un grupo de cinco terroristas atropellaron a seis personas para después intentar sin suerte marcharse a la fuga.

El balance fue de 16 muertos, 15 de ellos en la ciudad de Barcelona y el último una mujer en Cambrills, cuya vida se apagó una hora después de ser arrollada por el vehículo que conducían los terroristas pese a los esfuerzos de los equipos sanitarios. Además, el terror dejó en Cataluña más de 130 heridos de 34 nacionalidades distintas, algunos de ellos en estado crítico y obligó a innumerables ciudadanos a enfrentarse a él convirtiéndose después en héroes anónimos de la jornada.

Ese día fallecieron 16 personas y más de 130 resultaron heridas entre Cambrills y Barcelona


Entre los centenares de personas que acudieron a socorrer a los heridos, destacó un nombre, el del francés Lucas Digne, un jugador por entonces del FC Barcelona que ante el estruendo de la mortífera acción reaccionó rápido y no dudó en lanzarse a la calle a ayudar a quienes habían sido víctimas del terrorismo.

Digne, que desde hace menos de un mes pertenece al el Everton Football Club y que durante la próxima temporada jugará en la liga inglesa, vivía en la Plaça Catalunya junto a su esposa e hijos, justo el lugar en el que termina La Rambla y donde se materializó el atentado de la capital catalana.

Según informó la prensa entonces, Lucas Digne se encontraba en casa disfrutando de una jornada de descanso pautada por la rutina de entrenamiento del FC Barcelona, donde ocupaba la posición de lateral y con quien había disputado la noche anterior la final de la Supercopa de España ante el Real Madrid, partido que finalizó con la victoria de los blancos.

Fue así como, durante su jornada sin entrenamientos, que hasta el momento el jugador pasaba en casa junto a su familia, cuando Digne escuchó los gritos en la calle producidos por los atropellos y no dudó en bajar rápidamente a atender a los heridos, a quienes asistió con toallas y botellas de agua prestando su apoyo con primeros auxilios a aquellos que lo necesitaban.

Días después el jugador lució el brazalete negro en señal de condolencia, como lo hizo también el resto del equipo blaugrana, durante la primera jornada de La Liga. En señal de duelo, las banderas del Camp Nou ondearon a media asta durante el encuentro contra el Betis, un partido que según apuntan publicaciones recientes del Periódico de Catalunya, pese a no haber confirmación oficial, podría haber sido el primer objetivo de los terroristas, que finalmente adelantaron su plan para matar durante el fatídico 17 de agosto.

Ha pasado un año. Pese a que en aquel momento la sensación era de que se había parado, el tiempo siempre sigue corriendo y son ya 365 días los que separan a la Barcelona de hoy de uno de los días más negros de su historia reciente, el 17 de agosto de 2017.