Cómo el Madrid ha cambiado su modelo de negocio para frenar a los 'Jeques FC'

En el verano de 2013 Florentino Pérez, el hombre que marcaba la pauta del mercado futbolístico desde su atalaya como presidente de Real Madrid, rompió la barrera histórica de los 100 millones de euros en un traspaso con el fichaje de Gareth Bale. Desde el club se restó importancia al hecho, maquillando el precio de la compra del galés por debajo de los 94 millones que costó Cristiano Ronaldo cuatro años antes para no molestar al susceptible ego del portugués.

Un año más tarde, el Real Madrid pagó 84 millones por el colombiano James Rodríguez, la gran irrupción en el Mundial 2014. Fue la última vez que Florentino marcó su territorio ante los petrodólares de los jeques y los exóticos multimillonarios que compraban los grandes clubes de Inglaterra e Italia.

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Han pasado cuatro años desde entonces. El mercado futbolístico se ha inflacionado y para frenar ese despilfarro se han reforzado métodos de control como el Fair Play Financiero. Pero ni siquiera esos mecanismos reguladores han frenado la escalada de sueldos y traspasos del mercado. La prueba irrefutable de ello es que los cinco fichajes más caros de la historia se han producido en los últimos 12 meses. Los 222 millones de euros de la cláusula de Neymar que pagó el PSG al Barcelona lideran la lista. El segundo también lo desembolsó el jeque Al-Khelaifi el pasado verano, al pagar 180 millones para llevar a Mbappé al PSG. El Barcelona pagó 160 por Coutinho y 150 por Dembélé en dos controvertidas operaciones para tapar la huida de Neymar. Finalmente la Juventus ha pagado 117 millones para vestir de 'bianconero' este verano a Cristiano, una operación que cierra este nómina de traspasos.

Casualmente ninguna de esas operaciones se ha producido en la Premier, donde se encuentran los clubes con las arcas más rebosantes gracias a los suculentos ingresos por sus derechos televisivos. El Liverpool pagó hace unos días 75 millones de euros por un portero, el brasileño Alisson Becker, y se gastó 84 en un central semidesconocido como Virgil van Dijk. Pep Guardiola ha conformado la defensa más cara de la historia con fichajes como los de Walker (56,7), Stones (58), Mendy (58,2) y Laporte (70), mientras Mourinho gastó 85 millones en Lukaku y 60 en Fred, por los 80 que pagó el Chelsea por Morata. El mismo Chelsea que acaba de pagar 80 por Kepa.

Mientras todo esto ocurría, el Real Madrid se mantenía inmune a la inflación del mercado. Hasta el Atlético de Madrid ha tirado de billetera para fichar a Lemar, por el que ha pagado 70 millones, y recuperar a Diego Costa por 55 más 10 en variables. Florentino 'solo' ha 'invertido' en dos promesas brasileñas: Vinicius y Rodrygo. Cuarenta y cinco millones de euros en cada uno de estos jóvenes que llegan estigmatizados por la estela de Neymar, el legado de Pelé y la sombra de Robinho. Detrás de ambos fichajes emerge la figura de Juni Calafat, el jefe de 'scouting' internacional del club blanco.

Patrocinios, ingresos y el estadio

La burbuja del fútbol no deja de crecer y el Real Madrid parece haber perdido poderío en el mercado, pese a que año tras año Forbes le sigue encaramando a lo más alto en la clasificación de ingresos. El club de Concha Espina no tiene problemas de tesorería ni de liquidez por la buena gestión de Pérez, que ha limitado el gasto en fichajes en los últimos veranos sin que repercutiese en sus inmejorables resultados deportivos y ha implantado una escala de sueldos en la plantilla que controla el desembolso en la masa salarial.

Desde 2014, año en que Bartomeu se hizo cargo de la presidencia del Barça, los culés han gastado 789,7 millones de euros y ha ingresado 393,6. En el mismo periodo, el Real Madrid ha gastado 360 millones y ha ingresado por ventas 407, con un balance a favor de 47 millones de euros.

Sin embargo, la nueva situación del mercado obliga al Real Madrid a aumentar sus ingresos para competir con sus pudientes adversarios. Florentino afronta su segundo desafío inmobiliario en el club, tras la venta de los terrenos de la antigua ciudad deportiva y la construcción de la nueva en Valvedebas. En este caso se trata de la remodelación del estadio Santiago Bernabéu, coliseo de enorme valor histórico, pero muy disfuncional a la hora de generar ingresos. Mientras resuelve en la Corte de París el contencioso con IPIC (ahora Mubadala), la empresa con la que firmó un acuerdo para ceder los 'naming rights' a cambio de 400 millones para remodelar el estadio, busca otros inversores.

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Otro de los ámbitos en los que trabaja el club es en los patrocinios. La pasada temporada facturó 202,8 millones, cifra que superará notablemente con la renovación que negocia con Adidas, con quien tiene un acuerdo hasta 2019-2020 que le permite ingresar 42 millones anuales y 10 millones adicionales por merchandising. Una cantidad que se disparará con el nuevo contrato, alcanzando cifras cercanas a las que ingresa el Barcelona con Nike. A eso se añade el acuerdo con Emirates, que seguirá luciendo en la camiseta del primer equipo hasta 2021-22 tras firmar un acuerdo que se acerca a los 70 millones de euros, triplicando la que tenía firmada.

Los éxitos en la Champions están permitiendo al club renegociar al alza sus acuerdos con marcas como Movistar, Microsoft, Nivea Men, Audi, Hankook, Mahou, Exness, EA Sports o Hugo Bosss. Y a todo eso se sumará el aumento de los ingresos derivados del Santiago Bernabéu una vez se produzca la remodelación del mismo. Eso permitirá a Florentino volver a colocarse en primera línea en el mercado futbolístico europeo y competir con jeques y multimillonarios desde una posición estable con el club saneado y a salvo de los efectos que ha producido la burbuja del fútbol en clubes como el Barcelona.