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Rodrygo no eligió el Madrid o cómo seguir tu adolescencia cuando pagan por ti 45 M
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UNA PROMESA BRASILEÑA MÁS QUE EMIGRARÁ

Rodrygo no eligió el Madrid o cómo seguir tu adolescencia cuando pagan por ti 45 M

Tras el parón mundialista, el último fichaje precoz del Real Madrid retoma los partidos con el Santos. Su caso es una nueva muestra de la vorágine de millones que invierte Europa en jóvenes brasileños

Foto: Rodrygo, con la camiseta del Santos. (Foto: Iván Storti)
Rodrygo, con la camiseta del Santos. (Foto: Iván Storti)

Besará la camiseta, cuando llegue, si es que finalmente consigue llegar, y si es que cuando llegue se queda y juega al menos un rato, pero lo cierto es que Rodrygo no eligió el Real Madrid. A sus 17 años, no tuvo oportunidad de escoger. Su caso es una nueva muestra de la vorágine de millones que invierte Europa en jóvenes estrellas brasileñas que vuelan del país antes incluso de acabar de aterrizar en la hierba de Morumbi, Pacaembu, Maracanã o Mineirão.

Su padre y su representante solo le hicieron llegar la oferta blanca, la única que satisfacía a todas las partes. Estuvo al margen de todas las negociaciones. Hasta junio de 2019 se quedará en el Santos, algo parecido a la estrategia blanca con Vinícius Jr (quien, por cierto, prefería haberse quedado hasta final de año en Brasil... pero tampoco pudo elegir y está en España). La duda es cómo afecta esto a una cabeza en desarrollo. La pregunta es si alguien está preparado para esto.

placeholder ¿Cuándo aterrizará en Madrid?
¿Cuándo aterrizará en Madrid?

“La mayor operación en el fútbol de las Américas”, se enorgullecía José Carlos Peres, presidente santista, en la rueda de prensa en la que oficializaban el traspaso al Real Madrid. A su izquierda estaba el jugador, que aún no ha finalizado el instituto pero también tiene las cuentas claras: “Hemos peleado con todos los clubes europeos que venían para que el Santos recibiera la parte a la que tenía derecho, la parte que merecía. Creo que es lo mínimo que puedo hacer”.

Enésimo sucesor de Pelé

Nació el enésimo sucesor de Pelé en una familia futbolera. Sus padres, adolescentes como él es ahora, fueron aprendiendo sobre la marcha. Eric, el padre, construyó una seria aunque humilde carrera como lateral derecho. Disputó el Campeonato Paulista, fue campeón del Campeonato Cearense, y se hizo un clásico de las series B y C del Brasileirão en las filas de equipos como el Guaraní o el Ceará. Su madre, Denise, pegó con celofán en el armario de su hijo una serie de normas de obligatorio cumplimiento: “Prohibido decir palabrotas, enfadarse con los amigos, creerse mejor que los compañeros o protestar en entrenamientos y partidos”. Desde bien pequeño tiene que “rezar al despertarse y saludar a todos cuando llega al club”.

Foto: Hazard, con el Chelsea. (Reuters)

Toda la familia de Rodrygo es evangélica. Pronto se acostumbró a ir a los cultos con su padre. Ahora van también con su hermana Ana Julia, recién nacida. En el Santos siempre se encontró un ambiente muy cercano, con sus grandes amigos y compañeros Lucas Lourenço y Yuri Alberto a su lado —va a clases con él, cuando le dejan sus compromisos futbolísticos—, y el aspecto religioso tampoco lo echó de menos. En el plantel profesional todos escuchaban la palabra del veterano delantero Ricardo Oliveira —exjugador de Real Betis, Valencia CF y Real Zaragoza—, que hace unos años se convirtió en pastor evangélico.

Tan a gusto está en el Santos que los goles han ido llegando poco a poco y sin forzar. El más importante de todos hasta la fecha lo firmó contra Nacional en la Copa Libertadores. Salió al galope desde su propio campo, se escapó de dos defensas uruguayos por la banda izquierda y definió con la zurda —la menos buena, aunque maneja ambas con soltura— por debajo del guardameta. Este gol le situaba al frente de la clasificación de los más jóvenes goleadores en el máximo torneo continental en Sudamérica. En la lista aparecen desperdigados otros juveniles que ya saltaron el charco, como el propio Vinícius Jr, James Rodríguez, Gabriel Jesus, Ángel Correa, Oscar, Gastón Pereiro o el también santista Neymar. “Uno de mis sueños es vestir la camiseta amarilla junto a Neymar”, repite Rodrygo siempre que puede, por si le escucha el seleccionador Tite. También ha dado muestras de afrontar el área rival como un matador avispado, curioso y puntual.

placeholder Rodrygo, celebrando un gol. (Foto: Iván Storti)
Rodrygo, celebrando un gol. (Foto: Iván Storti)

Lanzado desde el fútbol sala

Su carrera va lanzada desde los nueve años. Como muchos otros, ya arrasaba en el fútbol sala —el São Paulo le dejó escapar—, la diferencia es que en cuanto llegó al fútbol 11 del Santos, con 10 años, comenzó a dejar los ojos como platos a propios y a extraños. Nike le firmó un contrato a los 11, el Real Madrid le seguía desde los 13. A los 16 llegó la oferta del Liverpool, con la cual el Santos tuvo que mover ficha y dejarle contento: primer contrato como profesional, incluyendo un apartamento para sus padres. “Lo llevo como una cosa normal y voy a seguir siempre así”. La estructura del Santos tiene cosas que mejorar, pero toda la armadura de sus categorías formativas funciona a las mil maravillas en lo que llevamos de siglo. La lectura es vertiginosa, pero a Rodrygo le está dando tiempo por lo menos a enterarse de los capítulos más importantes. “Todo para lo que me vengo preparando está sucediendo, pero muy rápido”, reconocía en la televisión brasileña.

Foto: Andres Iniesta debuta con el Vissel Kobe | EFE

Tiene por delante casi 12 meses de posgraduación acelerada, con mentalidad de profesional adinerado en cuerpo de muchacho aún por dar el estirón final. Para mejorar esta concentración y prepararse ante los retos europeos, sin duda de otro calibre, Rodrygo solo habla de salir hacia Madrid habiendo dado algún título al Santos. Neymar lo hizo, salió a lo grande, pero estuvo más tiempo en la primera plantilla. Al exigirse levantar trofeos, Rodrygo se coloca el listón a una altura tremendamente complicada: en el Brasileirão han llegado al primer tercio de la competición ya descolgados. Le quedan la dureza de la Copa Libertadores —se cruzan en octavos de final con Independiente—, la oportunidad de la Copa do Brasil —se cruzan en cuartos de final con el Cruzeiro— y el Campeonato Paulista de los primeros meses de 2019.

Por el camino ha quedado, cosas de la vida, una apuesta entre Rodrygo y su padre que nunca podrá ni siquiera plantearse. Con una diferencia de edad tan corta —Eric Goes nació en 1984— era bien posible un enfrentamiento sobre los terrenos de juego. El lateral derecho estaba preparándose para frenar a la perla, pero ha preferido retirarse y dedicarse a estudiar cómo puede su chaval seguir con su adolescencia cuando el Real Madrid ha pagado por él 45 millones de euros.

Foto: Cristiano en un evento reciente. (EFE)

Besará la camiseta, cuando llegue, si es que finalmente consigue llegar, y si es que cuando llegue se queda y juega al menos un rato, pero lo cierto es que Rodrygo no eligió el Real Madrid. A sus 17 años, no tuvo oportunidad de escoger. Su caso es una nueva muestra de la vorágine de millones que invierte Europa en jóvenes estrellas brasileñas que vuelan del país antes incluso de acabar de aterrizar en la hierba de Morumbi, Pacaembu, Maracanã o Mineirão.

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