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Historias para no dormir de Mágico González, el genio que hace soñar a Cádiz
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Historias para no dormir de Mágico González, el genio que hace soñar a Cádiz

Jorge 'Mágico' González está de vuelta en Cádiz. El salvadoreño fue recibido este jueves en el Ayuntamiento y este viernes jugará un partido con varios de sus excompañeros

Foto: Mágico González se enfundó de nuevo la camiseta del Cádiz en el partido de este viernes en el Ramón de Carranza. (Foto: Cádiz CF)
Mágico González se enfundó de nuevo la camiseta del Cádiz en el partido de este viernes en el Ramón de Carranza. (Foto: Cádiz CF)

Jorge 'Mágico' González (San Salvador, 1958) hizo esperar a José María González, alcalde de Cádiz, una hora y 15 minutos. Pero al Kichi, que así llaman a la primera autoridad de la Tacita, le importó un rábano la espera. Él, cadista hasta las trancas, quería abrazar a su ídolo de niño, hacer posible un sueño. Y el mito, con su cabellera plateada, rizos para la eternidad, abrazó al alcalde, dio otros mil abrazos, se hizo diez mil fotos y perdió la cuenta de los autógrafos que firmó. Un ídolo con 'jet lag' que no tiene un monumento en el Carranza, aunque todos saben quién es el rey Mágico.

“Me han encargado que organice todo y ya ando de cabeza, porque el Mago (así llaman al exjugador sus compañeros) es imprevisible. Lo mismo viene que no, lo mismo te llama a una hora que no esperas y te pide unos pantalones para la visita. O unas zapatillas. Es que es así. Siempre lo será”, me cuenta Hugo Vaca, excompañero de Mágico González en los tiempos del Cádiz en Primera, que también lo ha sido todo en el club amarillo. Hugo no piensa en en las tribulaciones y se queda con la esencia: “Ha sido el único jugador diferente que ha jugado conmigo. No tuvo la brillantez y el esplendor de un Maradona o un Pelé, pero no no le iba muy lejos en el talento. El Mago era como era. Prefirió siempre vivir a su manera. Como él siempre ha querido. Y ser feliz así. Muy pocos pueden decir lo mismo”.

Pepe Mejías, el mayor de los hermanos Mejías (una institución en el Cádiz y que también jugó en Zaragoza; el otro, Salvador, jugó en el Cádiz y en el Murcia), siempre tuvo una relación estrecha con el genial artista salvadoreño. “Y la sigo teniendo —dice— porque cada tiempo nos hablamos por el Facebook o nos escribimos. En Chiclana, que es donde vivo y trabajo, también reside Jorge, uno de los hijos del Mago, con el que siente mucho cariño y mantiene contacto. Era un futbolista genial. Tú le dabas el balón y él hacía fútbol, un fútbol que ahora se ve muy poco”.

Sobre su antiguo compañero cuenta una reveladora anécdota el mayor de los Mejías. “Nos concentrábamos el día de partido. Había una charla antes de la comida y luego nos íbamos a la siesta. Después al estadio. Jorge no se presentó en la charla. Y a la hora de comer, el míster, muy atribulado, me dijo: 'Anda, sube a su habitación que a Rovira (el masajista) ni le abre ni le contesta'. Subí a la habitación y de dos patadas tiré la puerta. Y allí estaba el Mago, reliado a las sábanas, sin atenderme. Le levanté los pies y no me contestaba. Le zamarreé y por fin me dijo algo: 'Déjame dormir, no voy a comer, despiértame a la hora del partido'. '¿Qué estás diciendo?', le respondí con un zapatazo. 'Tú te vienes conmigo'. Lo agarré por la cintura y lo llevé al lavabo y le pude echar agua. 'Vale, vale, ahora bajo'. 'No, yo bajo contigo'. Era tremendo el Mago. Un genio que ha vivido la vida a su manera”.

Descalzo por la Tacita

Recuerdo que hace bastantes años, el entrañable y recordado Rovira, mítico masajista del Cádiz, me contó algo sobre el vivir y la forma de ser de Mágico González. “Era el tío más generoso y desprendido que yo conocí. Vivía en la avenida, muy cerca del estadio. Una mañana llega el Mago a entrenarse al Carranza y lo que vi me dejó a cuadros. Iba con una camiseta, sus calzonas Adidas, y la bolsa de aseo bajo el sobaco. Venía descalzo. Yo le pregunté: '¿Y eso, Mágico? ¿Te olvidaste de las zapatillas?'. Él me respondió sonriendo, como si tal cosa: 'No, que venía un chaval que no tenía zapatos y yo le di mis zapatillas'. Así era, un genio. No he visto nada igual”.

Juan José, lateral en el Cádiz, en el Real Madrid y en la Selección, lo dice sin dudarlo un segundo: “El mejor futbolista que he visto jugar en mi vida ha sido Jorge 'Mágico' González. Como el Mago no he visto a ninguno. Ponlo así”.

Mágico y los Pachines

Tras la recepción abrasiva del Ayuntamiento de Cádiz, Mágico dio una rueda de prensa. En la misma, el legendario futbolista contestó con palabras de afecto hacia la ciudad. Y desveló una breve conversación que tuvo con el alcalde. “Aquí me siento como en casa”, dijo. El Kichi le respondió: “Claro, es que esta es tu casa”. Un periodista preguntó al genial exfutbolista si no temía quedarse dormido y llegar tarde al partido. Mágico le respondió con una media sonrisa: “Eso sí que sería un pelotazo”.

Mágico aterrizó en Cádiz la noche del miércoles, bien entrada la madrugada. No viaja solo. Lo hace acompañado de un séquito de unas 50 personas. Forman parte de la comitiva el equipo de cadetes de su escuela de El Salvador, junto a los respectivos entrenadores. También su equipo de fútbol de San Salvador, llamado Los Pachines. Los cadetes se enfrentaron este viernes a los juveniles del Cádiz. Y Los Pachines lo hicieron después contra los veteranos del Cádiz, en especial los compañeros que compartieron horas, alegrías y tristezas con el Mágico: los Mejías, Carmelo, el Chico Linares, Dieguito el de la Margara, Mané, Juan José, Hugo Vaca, Manolito, Chano… Mágico jugó un rato con cada equipo. Y marcó. La fiesta fue redonda en Cádiz.

Jorge 'Mágico' González (San Salvador, 1958) hizo esperar a José María González, alcalde de Cádiz, una hora y 15 minutos. Pero al Kichi, que así llaman a la primera autoridad de la Tacita, le importó un rábano la espera. Él, cadista hasta las trancas, quería abrazar a su ídolo de niño, hacer posible un sueño. Y el mito, con su cabellera plateada, rizos para la eternidad, abrazó al alcalde, dio otros mil abrazos, se hizo diez mil fotos y perdió la cuenta de los autógrafos que firmó. Un ídolo con 'jet lag' que no tiene un monumento en el Carranza, aunque todos saben quién es el rey Mágico.

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