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Retrato-robót del técnico idóneo para el Madrid: así debe ser el sucesor de Zidane
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pochettino y guti, entre los candidatos

Retrato-robót del técnico idóneo para el Madrid: así debe ser el sucesor de Zidane

Zinedine Zidane se ha marchado del banquillo blanco sin sucesor designado. Se busca técnico que pueda seguir su senda exitosa y estas son las cualidades que han llevado a los blancos a los títulos

Foto: Zinedine Zidane, en una conferencia de prensa. (Reuters)
Zinedine Zidane, en una conferencia de prensa. (Reuters)

Zinedine Zidane se marcha del Real Madrid y, entre sus múltiples éxitos, también está el haber disipado todas las dudas que hubo cuando cogió el banquillo. Dos años y medio después de aquello, con tres Champions más en la vitrina del Bernabéu, nadie duda que su paso fue brillante y su nombre es parte de la leyenda blanca no solo como jugador sino también, y con de manera destacada, como entrenador. Ser técnico de fútbol requiere una serie de cualidades personales y profesionales, pero estas no son necesariamente las mismas que se necesitan para entrenar al Real Madrid. Esto es lo que enseñó Zidane -y otros entrenadores de éxito antes de él- sobre el retrato-robót del técnico perfecto para el club blanco.

Foto: zidane-real-madrid-cristiano-keylor-navas-benzema

Hombre de fútbol, mejor exfutbolista

Las seis últimas Champions League del Real Madrid llegaron de la mano de tres entrenadores que compartían carreras sólidas como jugador de fútbol. Vicente del Bosque pasó años en el club blanco y terminó su tiempo como futbolista en el Castellón. Carlo Ancelotti, antes de convertirse en un muy exitoso técnico, mandó en el centro del campo del Milan de Sacchi, uno de esos equipos de leyenda de los que siempre salen grandes pensadores del fútbol. De Zidane no hay mucho que decir, campeón del mundo, de Europa, con club y selección, Balón de Oro... es uno de los más grandes futbolistas de su generación. Del lado contrario se puede señalar a Mourinho o Benítez, que tuvieron pasos por el Madrid bastante menos exitosos.

Esto tiene una explicación técnica más allá de la casualidad. El entrenador del Real Madrid se tendrá que enfrentar a algunos de los mejores futbolistas del mundo, campeones de todo y estrellas mediáticas. Por su perfil, son mucho más dados a escuchar a un técnico que puedan admirar como futbolista, o al menos que sepan que ha estado en situaciones similares a ellos, que a otros que nunca conocieron el césped. Bien conocida es una anécdota de un jugador con Benítez al que el técnico madrileño intentaba explicar como golpear el balón. Puede ser que el entrenador tuviese razón, pero el futbolista de este nivel se cree en ocasiones en un plano de superioridad técnica cuando su jefe no tiene pasado en el campo.

placeholder Zidane y Ancelotti. (Reuters)
Zidane y Ancelotti. (Reuters)

Mano izquierda

Hay dos filosofías básicas en lo que a entrenadores se refiere, los sargentos y los comprensivos. No es difícil identificar a unos y a otros, tampoco suelen esconderse demasiado en estas cuestiones. Siempre que un equipo grande falla, especialmente cuando eso ocurre en el Real Madrid, nace una corriente que pide mano dura, que entiende que el vestuario se ha desmadrado. La reacción habitual a esos momentos, en la directiva blanca, es buscar una figura autoritaria, que casi de miedo. Los éxitos recientes del club, sin embargo, no llegaron tras esas decisiones.

Zidane, como Ancelotti o del Bosque, y a diferencia de Mourinho, Benítez o Capello, es un tipo tranquilo. Su manera de tratar con el grupo es pedagógica, no busca el miedo o el uso radical de la autoridad sino la sugestión y el convencimiento de los jugadores de sus capacidades. Es cierto que, en este tipo de casos, el exceso puede llevar a la anarquía, pero con el tiempo el Real Madrid se ha demostrado que tiene más recorrido con este tipo de figura más que buscando un perfil duro.

Es difícil saber cuál es el estado actual de la plantilla, aunque algo ha tenido que ver Zidane para querer macharse de modo apresurado. Cuando los fracasos se suceden, que no es el caso, es más probable que se busque un entrenador rígido. Ahora las opciones son más amplias.

Foto: Mauricio Pochettino. (Reuters)

Fútbol ofensivo

En el Real Madrid no funciona tanto como en el Barcelona la retórica de un estilo concreto. Los blancos tienen un objetivo claro, la victoria, y los modos de conseguirla pueden ser importantes, pero en ningún caso pasan por encima del horizonte final. Aunque se asuma eso, igualmente hay ciertos requisitos estéticos y futbolísticos adheridos al Madrid y casi todos ellos pasan por un fútbol vistoso y ofensivo.

Porque el Bernabéu es un lugar exigente, muy capaz de pitar al equipo si lo que ocurre en el césped no está funcionando. No exigirán una cadena interminable de pases cortos, como ocurre en el eterno rival, pero si los encuentros se convierten en pesados, la velocidad se reduce y no hay ocasiones de gol los aficionados del Real Madrid apuntarán su pulgar hacia abajo pidiendo un relevo en el banquillo.

Zidane, como Ancelotti, no son técnicos que llamen la atención por su originalidad táctica. Aunque su éxito sea indudable, no tienen el prestigio que puede tener Guardiola en la construcción de un estilo de juego propio. Ellos deben ser capaces de ensamblar los recursos que se les concedan, que serán casi ilimitados, y construir con ellos un equipo alegre, con ocasiones, con velocidad y, a ser posible, con una defensa acorde con todo aquello, que no siempre es sencillo.

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Soccer Football - Real Madrid - Zinedine Zidane Press Conference - Valdebebas, Madrid, Spain - May 31, 2018 Real Madrid president Florentino Perez and coach Zinedine Zidane pose after the press conference REUTERS Juan Medina

Asumir la presión

El entrenador elegido por Florentino Pérez, poder real en todo lo deportivo del club, tiene que ausmir que su vida será desde ese momento más complicada. Ser técnico del Real Madrid supone convertirse en una figura escrutada al milímetro, una cierta pérdida de privacidad y pasar a ser la cabeza visible de una institución enorme y con unos niveles de exigencia desmesurados. Para eso también hay que valer, José Antonio Camacho, madridista por los cuatro costados, dimitió en dos ocasiones del cargo por diversos motivos.

La presión no viene de un solo lugar, las ruedas de prensa son como las que da un jefe de estado, atestadas de micrófonos; tiene un presidente con cinco Champions que no duda en apretar el gatillo si las cosas no funcionan, lo ha demostrado sobradamente; una afición siempre dividida que será capaz de criticar casi cualquier decisión tomada; y una plantilla de millonarios no siempre dispuesta a aceptar cualquier cosa. El consenso no existe en el Real Madrid y eso también hay que saber navegarlo. Los diferentes grupos de presión, además, tienen intereses contrapuestos, lo que en la práctica hace imposbile que todos estén contentos al unísono.

La mano izquierda necesaria con el banquillo también es obligatoria para tratar con los diferentes grupos de presión que se encontrará el nuevo entrenador del Real Madrid. A todos ellos puede adularlos y defraudarlos, pero es difícil saber qué teclas tiene que tocar para llegar a una armonía sin duda necesaria para dirigir un transatlántico como el equipo blanco. En todo caso, alguien que no aguante la presión no podrá ser exitoso en un ecosistema así.

Zinedine Zidane se marcha del Real Madrid y, entre sus múltiples éxitos, también está el haber disipado todas las dudas que hubo cuando cogió el banquillo. Dos años y medio después de aquello, con tres Champions más en la vitrina del Bernabéu, nadie duda que su paso fue brillante y su nombre es parte de la leyenda blanca no solo como jugador sino también, y con de manera destacada, como entrenador. Ser técnico de fútbol requiere una serie de cualidades personales y profesionales, pero estas no son necesariamente las mismas que se necesitan para entrenar al Real Madrid. Esto es lo que enseñó Zidane -y otros entrenadores de éxito antes de él- sobre el retrato-robót del técnico perfecto para el club blanco.

Zinédine Zidane
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