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El final más amargo de Deulofeu en el Barcelona por sentirse ninguneado
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El final más amargo de Deulofeu en el Barcelona por sentirse ninguneado

Gerard Deulofeu entró con 9 años a la cantera del Barcelona y el final es el peor que podía imaginar. No quiere seguir pese a que le queda una temporada de contrato

Foto: Deulofeu, con los brazos en la cabeza, se lamenta en un partido del Barcelona en el Camp Nou. (Reuters)
Deulofeu, con los brazos en la cabeza, se lamenta en un partido del Barcelona en el Camp Nou. (Reuters)

Llegó más joven que Iniesta y abandonará el Barcelona en la misma fecha. No se puede comparar un caso con otro, lógicamente, pero por las venas de Gerard Deulofeu corre sangre azulgrana desde que entró a la cantera a la edad de los 9 años y apuntaba como una de las joyas cuando le hizo debutar, con 17 años, Pep Guardiola en el primer equipo. Fue el 29 de octubre de 2011 en un partido entre el Barça y el Mallorca en el Camp Nou y, desde esa aparición, en el club se frotaban las manos por la irrupción de un futbolista especial por su forma de encarar y eliminar rivales. Lo más difícil en el fútbol es el regate y el gol y Deulofeu tenía ambas virtudes. Asombraba con su fútbol vertical y descarado. De esto hace ya más de siete años y el final es el más triste para el futbolista. No quiere volver al Barcelona porque se ha cansado de no encontrar su sitio con los siguientes entrenadores que sucedieron a Guardiola y la puntilla se la ha dado el club cuando se olvidó de inscribir su nombre en la camiseta conmemorativa para celebrar el título de Liga.

Deulofeu, de Ruidarenas (Gerona), es muy culé. Pero quedó ninguneado por error, despiste o falta de tacto por el club, pese a que horas más tarde se quisiera reparar el daño con una nueva camiseta y su nombre como el de otros futbolistas que habían caído en el olvido (Mascherano, Arda Turan…) Deulofeu no se calló con lo que consideraba una injusticia o un menosprecio. Un mensaje en las redes sociales sacó los colores a los responsables de la dichosa camiseta y no se cortó para recordar que, pese a que tuvo que salir en el mercado de invierno al Watford, él se siente parte de los títulos conseguidos por el Barcelona. Pese a que Ernesto Valverde le retirara progresivamente la confianza y Bartomeu estuviera más pendiente de gastar y apostar por los fichajes de Paulinho, Semedo, Dembélé y Coutinho. Demasiadas puertas cerradas para un canterano de cuna que regresó el verano pasado de una cesión del Everton, con paso por el Milan, y por el que parecía que el Barcelona volvía a confiar en su fútbol cuando le recompró por 12 millones de euros. No sirvió de nada porque no consiguió conectar con Ernesto Valverde y cayó en el olvido más absoluto.

Foto: Andrés Iniesta, entre lágrimas, en el momento de anunciar que deja el Barcelona. (Efe)

A Gerard Deulofeu le queda una temporada más de contrato en el Barcelona (2019) y ya tiene claro que no quiere regresar para volver a intentarlo. Llegó el final. Se marchará dolido, frustrado y con rabia por no haber comprendido qué ha fallado para que no tuviera sitio en el primer equipo. Se irá un canterano sin las lágrimas de Iniesta, pero con el corazón partido por culpa suya y de una política de club cada vez más enfocada a fichar a golpe de talonario que apostar por los de la casa. Ni Luis Enrique, que formó su tridente con la llegada de Neymar, ni Ernesto Valverde, que lo intentó pero tiró la toalla le han querido o comprendido. Ha tenido una vida de trotamundos con una venta al Everton por la que el Barcelona ingresó 6 millones de euros y diferentes cesiones: Milan, Sevilla y Watford. Muchos viajes, demasiada inestabilidad en un chico presionado por demostrar su enorme talento y todo ello ha conducido a que tuviera pocas oportunidades en el primer equipo que lleva en el corazón. Pone punto y final uno de los canteranos más prometedores del Barça.

Es el final más amargo de Deulofeu. Desde los 9 años haciendo diabluras en las categorías inferiores del Barça, para ser nombrado mejor jugador de la Segunda división en la temporada 2012-13, del que recuerdan un gol olímpico al Almería (18 de agosto de 2012), su magnífica progresión por todas las categorías inferiores de la selección española y ese debut mencionado con el primer equipo azulgrana con 17 años. Un diamante, a ojos de los técnicos, que no han podido o sabido pulir. Para otros un genio incomprendido. Un futbolista que estaba en los planes del seleccionador Julen Lopetegui para entrar dentro de su guardia pretoriana y estar en el Mundial de Rusia. Al que convocó para un partido de la clasificación contra Israel en El Molinón y lo puso, días después, en el amistoso ante Francia en Saint-Denis y marcó un gol. Pero Deulofeu (24 años) se ha ido quemando y quedando por el camino y quiere una nueva vida que pasa por olvidarse definitivamente de un Barcelona en el que se queda con la sensación de haber sido ninguneado.

Llegó más joven que Iniesta y abandonará el Barcelona en la misma fecha. No se puede comparar un caso con otro, lógicamente, pero por las venas de Gerard Deulofeu corre sangre azulgrana desde que entró a la cantera a la edad de los 9 años y apuntaba como una de las joyas cuando le hizo debutar, con 17 años, Pep Guardiola en el primer equipo. Fue el 29 de octubre de 2011 en un partido entre el Barça y el Mallorca en el Camp Nou y, desde esa aparición, en el club se frotaban las manos por la irrupción de un futbolista especial por su forma de encarar y eliminar rivales. Lo más difícil en el fútbol es el regate y el gol y Deulofeu tenía ambas virtudes. Asombraba con su fútbol vertical y descarado. De esto hace ya más de siete años y el final es el más triste para el futbolista. No quiere volver al Barcelona porque se ha cansado de no encontrar su sitio con los siguientes entrenadores que sucedieron a Guardiola y la puntilla se la ha dado el club cuando se olvidó de inscribir su nombre en la camiseta conmemorativa para celebrar el título de Liga.

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