¿Cómo se apañará el Atlético para ocupar el importante hueco de Fernando Torres?

Queda tiempo y partidos para ir preparando una buena despedida a Fernando Torres por parte del club y de los aficionados que, tengan por seguro, se van a volcar con el ídolo en cada uno de los encuentros que se dispute en el Wanda Metropolitano. Habrá momentos para emocionarse y rendirle un buen tributo desde la grada, para corear su nombre y disfrutar cada uno de los minutos que dispute con la camiseta rojiblanca. Cada momento que juegue el ‘Niño’ en su casa se transformará en una ceremonia que servirá para devolver todo el sentimiento de club que ha sido capaz de arraigar entre los aficionados. Pero después, qué va a suceder. ¿Cómo será un Atlético de Madrid sin Fernando Torres? Y, lo más importante, quién será capaz de llenar el vacío tan inmenso que va a dejar el último icono en la historia del club rojiblanco.

No hay, todavía, un jugador en la primera plantilla que esté cerca de lo que representa y hace sentir Fernando Torres. El agujero que va a provocar su marcha va a ser de dimensiones considerables. Pero no sólo en los corazones de una afición que le considera parte del escudo, sino también en otras áreas como, por ejemplo, la comercial, porque el Atleti no sólo pierde a un futbolista. También un activo. El jugador franquicia que abre mercados, que permite montar toda una estrategia de mercadotecnia apoyado en su figura y que, pese a que siga habiendo otros activos, va a salir perjudicado económicamente.

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La solución no es fácil ni para los aficionados más nostálgicos ni para unos dirigentes que están en continua búsqueda de patrocinadores y socios que sigan apostando por la marca Atlético de Madrid. En lo sentimental hay que buscar al ‘nuevo Fernando Torres’ y no vale cualquiera. Lo fácil sería nombrar como su sucesor a Griezmann o Diego Costa por su rol de estrellas. Pero ni el francés tiene el 100% del cariño de la afición y el hispanobrasileño, mejor aceptado, tampoco es de cuna rojiblanca. Son sentimientos muy diferentes y poco románticos. Con lo que hay que mirar a otros jugadores y enfocar a Koke y Saúl. Quizás el primero reúna un perfil más aproximado a lo que construyó Fernando Torres, aunque le falte ese gancho tan importante que es el de hacer o haber hecho goles importantes. No es un goleador. Saúl sí tiene de su lado este factor que ayuda a ganar más adeptos, además de su carácter guerrero.

Las lágrimas de Koke en su renovación

Una de las últimas imágenes más valoradas de Koke fueron sus lágrimas en el acto de renovación (24 de mayo de 2017) con el Atlético de Madrid. “Seré de por vida del Atleti”, dijo agradeciendo el esfuerzo de numerosas personas y familiares que habían estado cerca de él desde los siete años, edad en la que ingresó en las categorías inferiores. Firmó hasta 2024 y a sus 26 años tiene cuerda para rato. Sus valores de compromiso, fidelidad y amor por el escudo pueden servir para paliar el dolor que deja la marcha de Fernando Torres. Koke (hoy tercer capitán) ha sido pieza fundamental en el ciclo ganador del Atleti de Simeone y lo será en la España de Lopetegui.

Saúl (23 años) tiene algo especial. Esos goles tan espectaculares que le hacen diferente y que consigue en partidos de buen cartel, además de un arraigo importante al sentimiento atlético. Porque, si bien pasó dos años por la cantera del Real Madrid, a los 13 dio el paso para irse a la del Atlético y siempre ha perseguido su sueño de triunfar con el primer equipo. Por medio hubo una cesión al Rayo Vallecano (2013-14) para volver al Atleti y ser hoy otra de los baluartes del ‘Cholo’.

Opinión

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Disfrutemos de lo que le queda al ‘Niño’ porque no solo se va del corazón de los atléticos sino también de la Liga española y es de esos jugadores que tienen un cariño universal porque es, entre otras cosas, el héroe de la final en la Eurocopa de 2008 ante Alemania. Habrá un antes y un después de Fernando Torres por todo lo que representa como símbolo. Un vacío que no sabemos cuánto tiempo durará, pero que no es eterno porque regresará al club y volverá a ser un referente.