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Infantino quiere una liga mundial de naciones para fortalecer el fútbol femenino
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no tiene, de momento, el apoyo del consejo

Infantino quiere una liga mundial de naciones para fortalecer el fútbol femenino

Estos días se ha conocido el plan para una competición anual en la que competirían 16 equipos. El presidente de la FIFA, que busca la reelección, enfatizó la importanta de la mujer en el fútbol

Foto: El equipo estadounidense campeón del último Mundial. (Reuters)
El equipo estadounidense campeón del último Mundial. (Reuters)

El Consejo de la FIFA, una especie de reunión de ministerios del organismo, está pasando la semana en Bogotá (Colombia) para discutir el futuro del fútbol mundial. A Gianni Infantino se le pueden achacar unas cuantas cosas, pero entre ellas no está la inactividad. Más bien al contrario, su catarata de propuestas y matices tiene hartos a unos cuantos, porque además en el fútbol todo entra en una lucha de contrapesos, en muchas ocasiones la presencia de la FIFA no hace más que reducir el poder de otros actores. No es sencillo el tema para el suizo, entre otras cosas porque en el encaje de bolillos de su presidencia también tiene que pensar en la reelección que pretende conseguir el próximo año.

La última propuesta es una liga femenina de naciones. Infantino, en su campaña electoral de 2015, enfatizó la importancia de incluir a la mujer en el fútbol. Su discurso, muy loable, le permitía además dejar en evidencia al jeque Salman, su principal rival en la carrera, que como miembro de la familia real bareiní se veía directamente atacado con el tema. Los derechos humanos y la posición de la mujer en la sociedad —en el fútbol, en este caso— siempre son un problema para los aspirantes de los países del golfo, bien financiados y poderosos, pero con evidentes problemas en sus historiales personales.

Foto: Hope Solo, con la selección. (EFE)

Infantino prometió que la mujer tendría una posición mejor en el fútbol y, más o menos, va cumpliendo. Una de sus primeras decisiones, de hecho, fue nombrar a Fatma Samoura como secretaria general de la institución, el segundo cargo en importancia. Ahora intenta expandir la competición. Es algo necesario: más allá del dinero que la FIFA pone en el empeño y el seguimiento de algunas grandes federaciones, principalmente la de Estados Unidos y algunas del norte de Europa, el fútbol femenino no tiene el desarrollo que sería de esperar.

"Estamos pensando en crear una liga de fútbol femenino mundial en la que todas las federaciones puedan participar, porque no podemos perder de vista el hecho de que el 50% de la población mundial son mujeres", decía hace unos meses Infantino en Nuakchot, la capital de Mauritania. Los planes para esa competición los ha desvelado esta semana 'The New York Times', que ha contado que 16 equipos conformarán una primera división del fútbol mundial y existirán cuatro grupos cuyos campeones se cruzarán en semifinales y final. Una ventana en el calendario en noviembre será clave en un torneo que, en principio, será anual.

Actualmente se juegan varios torneos pequeños anuales femeninos, como la Copa Algarve, pero pocos han conseguido enraizar con fuerza. Muchas federaciones, de hecho, no son capaces de invertir en programas específicos para el desarrollo del deporte y la mujer, y el desarrollo es escaso, tanto que ahora mismo existe una Copa Libertadores y una Copa de Europa femenina, pero el resto de confederaciones no se han preocupado de llevar a cabo torneos femeninos, cosa que por supuesto no pasa en el caso de los hombres.

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FIFA President Gianni Infantino during a news conference after a FIFA Council meeting in Bogota, Colombia March 16, 2018. REUTERS Jaime Saldarriaga

La dificultad para encontrar patrocinios

La FIFA tiene ya dos eventos cuatrienales importantes en el fútbol femenino, el Mundial y los Juegos Olímpicos, que a diferencia de los hombres si que es un torneo de categoría absoluta. Una de las críticas que ha suscitado la propuesta de Infantino es, precisamente, que un evento de este calado podría rebajar la importancia de las competiciones ya existentes, algo problemático porque la dificultad para encontrar patrocinadores en estos eventos ya es bastante problemática.

El Consejo, de todos modos, no parece tenerlo claro. Se esperaba algo mucho más detallado de lo que han presentado en las conclusiones de la reunión. "El equipo estratégico de la FIFA acuerda, en principio, que hay una necesidad crucial de apoyar el fútbol femenino y de fortalecer el actual escenario internacional de competiciones. Sin embargo, se necesita examinarlo más y el tema será revisitado en próximas reuniones". Nada específico, castillos en el aire.

La competición tenía, además, otro efecto positivo en la mente de Infantino. Las primeras fases se podrían jugar en países que, normalmente, no pueden acceder a grandes competiciones. El presidente de la FIFA, en su intento de reelección, está intentando cortejar el mayor número de países posibles, especialmente los africanos, que están sobrerepresentados en el Congreso. Todos los países miembros de la institución tienen un voto, sin importar el tamaño de cada uno o la importancia del fútbol en los mismos. Es por eso que ese tipo de gestos sean tan importantes en una elección así.

Entre las decisiones que sí ha tomado el Consejo estos días está la incorporación del VAR al próximo Mundial de Rusia, la posibilidad de hacer un cuarto cambio en caso de prórroga o la aceptación de comunicación entre el banquillo y otros técnicos situados en otros lugares del campo por medio de métodos informáticos. También se ha discutido el proceso de elección de la sede del Mundial de 2026 y se han aceptado los diferentes informes económicos del último ejercicio contable.

El Consejo de la FIFA, una especie de reunión de ministerios del organismo, está pasando la semana en Bogotá (Colombia) para discutir el futuro del fútbol mundial. A Gianni Infantino se le pueden achacar unas cuantas cosas, pero entre ellas no está la inactividad. Más bien al contrario, su catarata de propuestas y matices tiene hartos a unos cuantos, porque además en el fútbol todo entra en una lucha de contrapesos, en muchas ocasiones la presencia de la FIFA no hace más que reducir el poder de otros actores. No es sencillo el tema para el suizo, entre otras cosas porque en el encaje de bolillos de su presidencia también tiene que pensar en la reelección que pretende conseguir el próximo año.

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