El fútbol, en medio de la batalla diplomática entre Reino Unido y Rusia
En las dos últimas décadas han sido varios los empresarios rusos que han invertido en el fútbol inglés. El más importante es Roman Abramovich, aliado de Vladimir Putin
El envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia ha provocado una crisis diplomática entre el Reino Unido y Rusia. El gobierno británico acusa al ruso de estar detrás del ataque con un agente nervioso que mantiene a ambos en estado crítico desde el 4 de marzo. "Creemos muy probable que fuera suya (de Vladimir Putin) la decisión de usar un agente nervioso en las calles del Reino Unido, en las calles de Europa, por primera vez desde la II Guerra Mundial", dijo este viernes Boris Johnson, ministro de exteriores británico. El ejecutivo ruso niega estar involucrado, y mientras los dos bandos se han enzarzado en una batalla diplomática que ha alcanzado al fútbol.
Entre las represalias tomadas por el gobierno británico están la cancelación de los contactos a alto nivel con Kremlin y la expulsión de 23 diplomáticos rusos (Rusia ha respondido con medidas similares). También es poco probable que miembros del gobierno y la familia real viajen a Rusia el próximo verano durante el Mundial. El Reino Unido se prepara para posibles problemas para los británicos que ya residen en el país y para los aficionados que viajen. La primera ministra, Theresa May, dijo que el gobierno velará por "la seguridad y la protección" de aquellos que lo hagan.
Sin representación oficial en el Mundial
Hace unos días, durante el anuncio de la lista de convocados para los dos próximos amistosos, el seleccionador inglés, Gareth Southgate, se mostró tranquilo e intentó despejar cualquier duda sobre la presencia de la selección en el torneo. "Es un asunto realmente importante que está evolucionando muy rápido, pero mi trabajo como seleccionador de Inglaterra es concentrarme en el fútbol y preparar al equipo", dijo Southgate, quien dijo no sentir miedo de viajar a Rusia.
Este viernes también se conoció que la policía ha abierto una investigación por homicidio en la muerte de Nikolai Glushkov, empresario que huyó de Rusia tras salir de la cárcel en 2004 y que pidió asilo político en Reino Unido. Los casos de Glushkov y Skripal no son aislados: son numerosos los empresarios y exagentes rusos que en las dos últimas décadas se han establecido en Reino Unido, algunos tras huir de su país (Skripal llegó al país británico en 2010 en el considerado el mayor intercambio de expías desde el fin de la Guerra Fría) y otros porque se han establecido allí por temas de negocios.
El caso es que el dinero ruso está por todas partes en Londres, en proyectos inmobiliarios y también en el fútbol. Algunas de las paradas del 'Cleptotour' que recorre Londres para mostrar las mansiones de los millonarios rusos son residencias de importantes hombres de negocios con intereses en el fútbol. El más importante, con mucha diferencia, es Roman Abramovich, cuya compra del Chelsea en el año 2003 abrió una senda seguida después por otros proyectos multimillonarios como el Manchester City y el PSG.
La relación de Abramovich y Putin
Aunque se ha mantenido en un segundo plano y apenas ha concedido entrevistas desde que compró el equipo londinense, Abramovich es una figura muy cercana a Putin. En su libro 'The Billionaires Club. The unstoppable rise of football's super-rich owners' (El club de los billonarios. El imparable crecimiento de los dueños superricos del fútbol), el periodista James Montague relata cómo se enriqueció Abramovich y cómo durante todos estos años se ha mantenido al lado Putin y a otra figura importante de su gobierno, el primer viceministro Igor Shuvalov, cuya residencia en Londres también está incluida en el 'Cleptotour'.
Como otros muchos oligarcas, Abramovich amasó su fortuna tras la caída de la URSS, en una Rusia donde los activos estatales pasaron a manos privadas para enriquecimiento de unos pocos. Ya en 1996 apoyó económicamente a Boris Yeltsin para su reelección, y luego trasladó ese apoyo a su sucesor en la presidencia, Vladimir Putin. "En mi opinión, todo lo que hace lo hace sin cometer errores", dijo en 1999 de Putin, según recoge el citado libro. En 2016, un documental de la BBC reveló que Abramovich y otros empresarios regalaron a Putin un yate antes de asumir la presidencia, pero el dueño del Chelsea lo negó.
Lo que no ha podido negar es su intervención a favor de Putin para obligar a otro empresario ruso, Boris Berezovsky, a vender su participación en el canal de televisión ORT. Los dos fueron a juicio en 2011, con Berezovsky solicitando 3.000 millones de libras al dueño del Chelsea por una disputa sobre Sibneft, la petrolera por cuya venta a Gazprom se hizo aún más rico Abramovich (y Shuvalov, que tenía el 0,5%). En ese juicio, Nikolai Glushkov declaró en contra de Abramovich. Años después, Glushkov aseguró que la muerte de Berezovsky en 2013 no había sido un suicidio, como se creía, sino un asesinato.
Antes de su muerte, Berezovsky fue otro millonario ruso con intereses en el fútbol. Junto con el georgiano Badri Patarkatsishvili, fallecido en 2008, estuvo detrás de la operación que transformó al Corinthians en 2004 y que dos años después llevó a Carlos Tévez y Javier Mascherano al West Ham, en uno de los mayores escándalos en los 26 años de historia Premier League.
Parlamentarios del Partido Laborista y del Partido Liberal Demócrata están presionando para que el Gobierno obligue a los millonarios rusos a desvelar el origen de su dinero, informa 'The Guardian'. En la actualidad, además de Abramovich, hay otros dos millonarios rusos con participaciones importantes en clubes de la Premier. Uno es Maxim Demin, que controla el 75% del Bournemouth, y el otro es Alisher Usmanov, dueño del 30% del Arsenal.
El envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia ha provocado una crisis diplomática entre el Reino Unido y Rusia. El gobierno británico acusa al ruso de estar detrás del ataque con un agente nervioso que mantiene a ambos en estado crítico desde el 4 de marzo. "Creemos muy probable que fuera suya (de Vladimir Putin) la decisión de usar un agente nervioso en las calles del Reino Unido, en las calles de Europa, por primera vez desde la II Guerra Mundial", dijo este viernes Boris Johnson, ministro de exteriores británico. El ejecutivo ruso niega estar involucrado, y mientras los dos bandos se han enzarzado en una batalla diplomática que ha alcanzado al fútbol.
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