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La dieta espartana de Marcelino que resucitó a Santi Mina
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La dieta espartana de Marcelino que resucitó a Santi Mina

El joven delantero vigués Santi Mina se machaca en los entrenamientos y en el gimnasio, marca goles y es actualmente el máximo goleador del exigente Valencia de Marcelino

Foto: Santi Mina celebrando un gol durante esta temporada. (Reuters)
Santi Mina celebrando un gol durante esta temporada. (Reuters)

A Santi Mina (22) le gustan las natillas de su madre y este postre nunca le faltó en la nevera hasta que llegó Marcelino, su entrenador, obseso compulsivo de la comida sana de un futbolista, y arrasó con todo lo sobrante. Este vigués, anclado en el Mediterráneo desde hace tres años, ahora vuela. El míster asturiano y su dieta para espartanos lo resucitó: es el máximo artillero del Valencia y a golpe de goles quiere derribar las puertas de la Selección.

Santi Mina no es muy hablador, es un joven de gestos y mirada chispeante, que no duda en machacarse lo que fuera menester para alcanzar el nivel de estrella que dictan sus sueños. Lo vio claro Marcelino García Toral, el entrenador del Valencia, un tipo que lleva un peso en el llavero y clava sus ojos en los jugadores que guardan el corazón en una mano. El joven Santi era uno de ellos. Por eso le vació (interpretación libre) la nevera y dictó unas normas para su ejército de espartanos. Santi, hijo de futbolista (su padre, Santiago Mina Vallespín, aragonés, llegó a jugar en el Barça Atlético, pero una lesión grave lo dejó en la cuneta), nunca tuvo un camino fácil, pues su padre, el mejor de los maestros, le enseñó la dirección cuando todavía tenía dientes de leche. “No luches para vivir, vive para luchar”, le dijo y el niño Santi no se salió un milímetro del carril, hasta el punto de llevar tatuada esa leyenda en la espalda.

Jorge Mendes le echó el lazo

Jorge Mendes, magnate futbolístico con justa fama de oler a kilómetros patas negra del balón, viajó a Vigo hace unos años para verlo in situ e incorporarlo de inmediato a su tienda de joyas del balón. Amigo de Peter Lin, el apoderado portugués convenció al dueño del Valencia para que pagara al Celta la cláusula de rescisión de Santi Mina (10 millones de euros), porque, a sus diecinueve años, no era una inversión de futuro, sino una realidad inmediata. El joven futbolista tiene contrato con el club de Mestalla hasta junio de 2021.

Foto: Morata y Lucas Hernández durante un choque en octubre. (EFE)

En plena crisis de resultados y una convulsión social grave, el aterrizaje de Santi Mina en el Valencia tuvo de todo menos amabilidad. Entraba y salía de la formación titular, apretó los dientes, pero no conseguía despegar. En su primera temporada hizo siete goles, los mismos goles en la segunda; pero esta temporada, cuando todavía queda mucho trecho para terminar, ha doblado la cifra y apunta muy alto. Es el máximo goleador del equipo, por encima del italiano Zaza (10 goles en Liga), al que ha arrebatado la titularidad.

En la agenda de Lopetegui

Marcelino (por las buenas o por las malas: el jugador que se salte un kilo en la báscula, sanción de cuatro cifras) tiene a sus futbolistas enchufados, sobre todo a Santi Mina, que ha crecido cuatro centímetros desde que llegó a Valencia (ahora mide 1,82), y cuya explosión goleadora deslumbra (goles decisivos para apuntalar la cuarta posición), hasta el punto de hacer que Julen Lopetegui, el seleccionador, viaje con cierta frecuencia a tierras valencianas.

Foto: Neymar se retuerce de dolor en el césped tras su lesión ante el Olympique de Marsella. (Reuters)

Y es que Santi Mina es uno de los nombres que el seleccionador tiene anotado con lápiz rojo en su cuaderno de planes de futuro inmediato. Lopetegui cuenta con el vigués, lo mismo que también cuenta con Mariano (otro que triunfa en el Lyon) y con el que Santi se batirá el cobre para lograr un puesto de delantero en la lista definitiva de cara al Mundial. Otro que también está en la agenda de Lopetegui es el medio sevillista Pablo Sarabia.

Todo le va de dulce a Santi Mina, ídolo de la afición valencianista que ha sabido valorar la sangre caliente de este futbolista de raza. Y lo atiborra de ovaciones, premio mucho más sano que las natillas.

A Santi Mina (22) le gustan las natillas de su madre y este postre nunca le faltó en la nevera hasta que llegó Marcelino, su entrenador, obseso compulsivo de la comida sana de un futbolista, y arrasó con todo lo sobrante. Este vigués, anclado en el Mediterráneo desde hace tres años, ahora vuela. El míster asturiano y su dieta para espartanos lo resucitó: es el máximo artillero del Valencia y a golpe de goles quiere derribar las puertas de la Selección.

Julen Lopetegui Valencia CF
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