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Berizzo, el tipo despelucado que se ganó al Sevilla trae frito a Jesús Navas y Nolito
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SU CÁNCER HA GOLPEADO AL CLUB

Berizzo, el tipo despelucado que se ganó al Sevilla trae frito a Jesús Navas y Nolito

A diferencia de su antecesor, Jorge Sampaoli, es un tipo cercano y perfil bajo, que no tira de galones, siempre devuelve el saludo y escucha a todo el mundo. Por eso le quieren todos en el Sevilla

Foto: El Toto Berizzo, durante un entrenamiento del Sevilla. (EFE)
El Toto Berizzo, durante un entrenamiento del Sevilla. (EFE)

Duro como una roca, al menos en la apariencia, con los estertores de la clamorosa demostración épica de los suyos en Champions, Eduardo 'Toto' Berizzo, entrenador del Sevilla, volvió a su rutina diaria “como si tal cosa”, aunque esa “cosa” pinta seria, porque se trata de un cáncer de próstata, enfermedad que, según los médicos del club, se le ha detectado pronto y dentro de la natural alarma se acometerá con firmeza. Pero será Berizzo el que marque los tiempos. El Sevilla, en palabras de su presidente, José Castro, se ha puesto a su disposición. Todo el pensamiento para el entrenador, que no quiere bajarse del barco, aunque ese barco, inesperadamente, ha sufrido un arreón de agua.

El Toto, un tipo afable y cordial, bromeó este miércoles como hace todos los días con los utileros y auxiliares, con la gente de su cuerpo técnico, con sus jugadores (trae frito a Jesús Navas y a Nolito, a N´Zonzi; da la brasa a los que, como el alemán Geis, son más tímidos y no terminan de entrar en el calor del ambiente). Los jugadores llevan la procesión en las entrañas. Apoyan de manera incondicional a su entrenador; como dicen en una entrañable nota que han publicado en las redes, van a muerte con Berizzo.

Foto: Jugadores del Sevilla celebran el gol de Pizarro que supuso el empate. (Reuters)

La diferencia de Berizzo y Sampaoli

El Toto, a diferencia de su antecesor y compatriota, Jorge Sampaoli, es un tipo cercano y perfil bajo, que no tira de galones, siempre devuelve el saludo y escucha a todo el mundo. Por eso, tanto en la Ciudad Deportiva del Sevilla como en las tripas del estadio Sánchez Pizjuán, la noticia de la enfermedad de Berizzo caló muy hondo y las caras de todos los empleados es de tristeza.

El palmetazo del entrenador

Antes de un partidillo entre el filial y aquellos que no tuvieron una participación activa en la noche de Champions, charla amigable con Luis Tevenet, el entrenador del Sevilla Atlético, al que el Toto trata como un compañero más, al igual que hace con Paco Gallardo y Carlos Marchena, entrenadores del Sevilla C, con los que ríe y cuenta confidencias. Berizzo fue durante años rival de Marchena y Gallardo, y ahora son amigos. El miércoles, con los rostros distendidos, hablaron de la noche y el día en que, en demasiadas ocasiones, el fútbol muestra sus contrastes. Alguien dijo que el deporte rey es un estado de ánimo y el técnico, a sabiendas de los focos concentrados en él, se explayó a pura sonrisa.

Sabe y agradece mucho que el Sevilla se desviva por complacer a su entrenador. Según confirmó José Castro, el club conoce la situación de Berizzo desde hace veinte días y ha puesto las herramientas necesarias para encarar con garantías la enfermedad. También ha desvelado Castro que el Toto anunció a sus jugadores que padecía cáncer de próstata en la mañana del domingo, al día siguiente del partido contra el Celta. A ellos les pidió que apretasen los dientes, que venían curvas en lo deportivo y él estaría con ellos. A más de uno se les atragantó el desayuno y tuvo que ser el técnico el que les diese un palmetazo.

“Nos lleva por el buen camino”

Frente al Liverpool, tras la primera mitad más infame de los últimos tiempos, Berizzo ejerció de 'coach' tipo Popovich, sentó a los suyos y les sacó el corazón. El Sevilla realizó una segunda mitad escrita para imprimir en el libro de las épicas de Champions. Al finalizar, Éver Banega, una de las figuras del Sevilla y hombre de fina sensibilidad, lo exponía con la transparecencia del agua: “Fue un partido de locos. Había que salir con otra actitud por los hinchas y también por el técnico, que ha revertido la situación. Es el máximo exponente de todos, nos lleva por el buen camino y estamos con él siempre”.

Cuando le preguntaban al Toto, el técnico contestó con esa rudeza tierna del pampero: “Vivimos un partido memorable, hubo valentía. Les dije a los jugadores que debían jugar con el alma”, y con el alma se fueron los suyos a celebrar la gesta con el entrenador, que formó parte de una montonera inolvidable. Al filo de la medianoche, se descubrió lo que hace días era un rumor que picaba, y durante todo el día el mundo del fútbol se ha volcado con el entrenador del Sevilla.

Jugadores de todo el mundo, entrenadores, clubes, asociaciones, federaciones… Todos con Berizzo (un hastag en Twitter sobrevuela como el ave más poderosa: #AguanteToto ). Josep María Bartomeu, presidente del Barcelona, llamó en la mañana del miércoles a su colega José Castro y le brindó toda la infraestructura médica del club azulgrana, con la dura experiencia del caso de Tito Vilanova.

Asiste a todos los actos

Berizzo está meditando para tomar la mejor decisión. Moverá ficha próximamente, pero tratará por todos los medios de no quebrar su rutina. Seguirá dirigiendo los entrenamientos y asistiendo a los actos que le demande el club. La semana pasada asistió al acto inaugural del curso de entrenadores en Andalucía y también a la entrega del Dorsal de Leyenda del Sevilla al legendario Enrique Montero. El Toto va siempre donde le inviten, como en el arroz que le montaron en la peña sevillista de Puebla del Río, con asistencia de Enrique Lora y Manolo Cardo.

Toca madera, bromea con Ernesto Marcucci, su segundo, paisano de Cruz Alta, compañero de habitación en el instituto de secundaria de Rosario, que abandonó la abogacía para seguir la estela futbolística de su amigo. Marcucci, como ya ocurriera en el partido de Champions frente al Maribor, sustituiría al Toto en las futuras ausencias. Y, como todos los sevillistas, toca madera, aprieta los puños y fuerza la sonrisa. También toca madera, porque nada es igual sin su gran amigo, el tipo despelucado que se ganó a los sevillistas.

Duro como una roca, al menos en la apariencia, con los estertores de la clamorosa demostración épica de los suyos en Champions, Eduardo 'Toto' Berizzo, entrenador del Sevilla, volvió a su rutina diaria “como si tal cosa”, aunque esa “cosa” pinta seria, porque se trata de un cáncer de próstata, enfermedad que, según los médicos del club, se le ha detectado pronto y dentro de la natural alarma se acometerá con firmeza. Pero será Berizzo el que marque los tiempos. El Sevilla, en palabras de su presidente, José Castro, se ha puesto a su disposición. Todo el pensamiento para el entrenador, que no quiere bajarse del barco, aunque ese barco, inesperadamente, ha sufrido un arreón de agua.

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