Florentino Pérez se aferra al sillón presidencial del Real Madrid

Puño de hierro en guante de terciopelo. Así gobierna Florentino Perez el Real Madrid, tras renovar su presidencia en el club madrileño de forma incontestable. En estos años al mando del portaaviones blanco ha aprendido mucho. Lo primero, que el enemigo más feroz del club es la prensa, esos periodistas de los que afirma “son del Real Madrid aunque no lo sepan, visto su antimadridismo”.

Hay Florentino para rato. El “ser superior” no tiene prevista cerrar su estancia en el despacho presidencial de Concha Espina a la conclusión del mandato que recién inicia. “Estaré aquí mientras los socios quieran que siga trabajando para el Real Madrid”, confirmó en 'El Larguero' a Manu Carreño.

Atraviesa por un momento dulce que achaca al trabajo realizado en la primera etapa. Entonces instauró un modelo, el galáctico, que sirvió para revertir la dinámica económica del club: “El Real Madrid perdía dinero y pasó a ganarlo. Era el objetivo y lo conseguimos. Eso nos permitió traer a jugadores como Figo, Ronaldo o Zidane”, de quien afirma “es la inversión más rentable de la historia del Real Madrid. Su balance como jugador y entrenador es inigualable. Ahí están los datos”.

Las renovaciones de Zidane e Isco

Pérez no reniega de aquel modelo, en el que Messi “habría podido ser objetivo blanco, de haber existido entonces”, pero aquellos años han pasado. Ahora la gestión pasa por “mantener lo que funciona. No hemos tocado el vestuario que ha ganado tres Copas de Europa en cuatro años. No quería que se fuese Morata, pero es respetable que se marchase buscando su espacio en el Chelsea. Cuando marca en la Premier me alegro, como lo hago si marca Higuaín”. Otro tema es Pepe, “al que ofrecimos un año de renovación a sus 34 años y prefirió irse”.

El dirigente ha confirmado, como adelantó El Confidencial, que Zidane e Isco pasarán por su despacho en las próximas semanas para renovar sus contratos. Y tras ellos se producirá el aumento de la cláusula de Asensio y las renovaciones de Ramos y Marcelo. “El año pasado tocó a unos (como Modric, Kroos o Cristiano) y este año toca a otros”, afirma con normalidad.

Su defensa cerrada de Bale esconde el aprecio que tiene al galés, aunque puntualiza que “Gareth es tan fichaje mío como Isco”. El galés es ampliamente criticado por la grada, a la que Florentino afea su conducta. “Cuando tienes un hijo que hace algo que no le sale no le riñes, le ayudas. Y en el Bernabéu invito a los socios a que le digan a esos que pitan y silban que no lo hagan porque el que sale perdiendo es el Real Madrid. La exigencia es buena y una característica en este club, pero hay que apoyar siempre al equipo”.

De Gea, entre ceja y ceja

El presidente ha vuelto a la carga con David de Gea, portero del que presume en sus círculos íntimos que acabará defendiendo la portería del Real Madrid “más temprano que tarde”. El problema es que Zidane no le tiene en sus planes. Keylor tutelará la llegada al primer equipo de su hijo Luca, un portero con grandes aptitudes que debe limar algunos errores infantiles de concentración. Pese a que Pérez afirma con pretendida rotundidad que “aquí quien manda es Zidane”, lo cierto es que las decisiones deportivas son suyas. Y hace tiempo que tiene a De Gea entre ceja y ceja.

“Cristiano se retirará en el Real Madrid” y “Sergio Ramos es mucho más que nuestro capitán”, son dos de sus 'hits' más clásicos. Cuando se le pregunta por su relación, en oportunidades tirante con el sevillano, se defiende advirtiendo que “tengo la misma relación con todos los jugadores. No me voy al cine con ninguno”.

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Florentino está pletórico. Atrás quedan las dudas sobre Zidane o la tensión con Cristiano Ronaldo. Hoy advierte “al colectivo arbitral que hay que elevar el nivel”, mientras desea “a mi amigo Bartomeu” que mejore su situación con ese punto de cinismo amable y condescendiente que le permite hacerlo teniendo los resultados de cara. Pérez, que está a un paso de igualar los logros de Santiago Bernabéu, con sus cinco Copas de Europa, se sigue levantando cada mañana dispuesto a dar guerra a la prensa, a la que sigue señalando como su gran rival, aunque ahora que la pelota entra tenga todo más controlado ante el servilismo indisimulado de unos medios que no tienen inconveniente en arrimarse al sol que más calienta.