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A Asenjo la vida le ha dado cuatro palos, pero sigue queriendo andar
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un especialista comenta el caso del portero

A Asenjo la vida le ha dado cuatro palos, pero sigue queriendo andar

Sergio Asenjo sufrió su cuarta rotura del ligamento cruzado de la rodilla, la primera que se produce en la izquierda, y un fisioterapeuta especialista en estas lesiones analiza su caso

Foto: Sergio Asenjo se fue por su propio pie tras lesionarse (Miguel Ángel Polo/EFE).
Sergio Asenjo se fue por su propio pie tras lesionarse (Miguel Ángel Polo/EFE).

A Sergio Asenjo la vida no ha parado de darle palos. Su trayectoria deportiva ha afectado el lado personal de su vida más que en muchos otros casos de otros futbolistas. Pocos han estado tanto tiempo sin poder andar, sin poder correr o saltar como él a los 27 años. Quizá en el mejor momento de su carrera, cuando era, con holgura, el Zamora de la Liga española y había acudido a la Selección, una acción de sensacionales reflejos le obligó a apoyar el pie izquierdo de forma extraña, lo que le rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda. La rodilla sana, la que había soportado a su gemela durante las tres roturas que ya había sufrido en el mismo ligamento. El golpe físico y, sobre todo, psicológico, es duro.

Pero el chico palentino no tiene ni la más mínima intención de rendirse. "Contando las horas para volver a trabajar", fue su primer mensaje personal después de conocerse el alcance de su lesión. Así, de primeras, con toda la fuerza del mundo. No es fácil para un deportista levantarse una y otra vez, y menos aún si siempre es la misma lesión. "Psicológicamente depende mucho del jugador en concreto, no del equipo médico que tenga alrededor. El 70% de la recuperación la hace la persona, no los medios de los que se disponga. Sí que la predisposición a la operación y cómo se lleve a cabo es esencial, pero si el jugador no quiere recuperarse no se va a recuperar nunca, y al contrario", comenta a El Confidencial un especialista en el tratamiento de este tipo de lesiones, que prefiere permanecer en el anonimato.

"Lo mínimo que se puede hacer es ayudarle y hacerle llevarlo con humor. Él es una persona positiva y siendo así, cualquier refuerzo externo se multiplica por dos. Le va a costar, estamos en los meses importantes para acabar la temporada y eso es difícil de recuperar psicológicamente porque es la segunda vez que le pasa por estas fechas. Pero es joven y tiene una proyección de futuro buena", dice convencido este fisioterapeuta.

Para cualquier persona, una lesión de este tipo puede suponer un trauma físico, pero no un impedimento para realizar una vida bastante parecida a lo normal. "El ligamento es una sujeción pasiva que limita el movimiento entre dos huesos. Se puede vivir sin menisco y con el cruzado roto, de hecho se puede hasta andar. Claro que te limita mucho, no puedes saltar ni puedes correr por el dolor intenso que genera", comenta. Pero, evidentemente, a Asenjo eso no le vale, necesita recuperarse al 100% para poder volver a poder practicar su deporte al máximo nivel, tal y como venía haciéndolo hasta ahora.

Foto: Sergio Asenjo ha encontrado en el Villarreal su club ideal.

Lo extraño del caso del portero del Villarreal es que en las dos últimas lesiones, la que se produjo en 2015 ante el Atlético de Madrid y la última ante el Real Madrid, Sergio salió andando por su propio pie. En la penúltima, sí es cierto que se llevó las manos a la cara y rompió a llorar, pero posteriormente se fue andando a vestuarios. En el caso del partido de este domingo fue más allá y siguió jugando durante varios minutos hasta que llamó la atención del banquillo castellonense y fue sustituido por Andrés Fernández. Esta vez también se fue andando del campo. ¿Cómo puede ser que con el cruzado recién roto se pueda no solo andar, sino seguir jugando? El especialista responde: "Estando en caliente no te das cuenta, pero conforme pasa el tiempo, se va notando el dolor. Depende del golpe y de la situación en el momento de la lesión; si ha sido nada más empezar a jugar, se notará mucho antes, pero si tiene ritmo de partido, a veces ni se dan cuenta".

placeholder Asenjo, en el momento de lesionarse (Miguel Ángel Polo/EFE).
Asenjo, en el momento de lesionarse (Miguel Ángel Polo/EFE).

A Sergio Asenjo se le había roto, como decimos, tres veces el ligamento cruzado de la rodilla derecha, pero esta vez, le tocó a la otra, la sana. Cabe preguntarse, lógicamente, si tiene algún déficit físico que le haga propenso a este tipo de roturas, pero según el fisioterapeuta con el que hablamos, conocedor de su historial médico, no puede ser otra cosa que "mala suerte". "Quizá por centrarse en fortalecer la derecha, la izquierda haya cedido. A veces se debe al entrenamiento del propio equipo y el trabajo de fuerza sobre esa pierna; la alimentación influye mucho, pero el Villarreal controla mucho todos estos campos, tanto el apartado médico, como fisioterapéutico y nutricional. De hecho, en el Villarreal no suelen haber lesionados graves", recuerda.

Es una situación tan excepcional, que no tiene un motivo evidente ni que salte a la vista. Cuatro lesiones similares en tan poco tiempo es un extremo muy improbable. Según dice este especialista consultado por El Confidencial, es posible que "desde el momento en que se incorporó al equipo —después del periodo de baja y de rehabilitación— no se haya hecho un tratamiento específico de fisioterapia o fortalecimiento muscular". Eso sí, asegura con rotundidad que "tener muy fuerte la rodilla lo único que hace es bajar las probabilidades de lesionarse, nunca alguien va a estar exento". Tampoco encuentra relación de su demarcación en el campo con las constantes lesiones de rodilla. "Cuanto más se salte, más impacto tendrá la rodilla, así sufre el menisco, pero el cruzado no debería de sufrir. A estas alturas de su carrera, ya sabe perfectamente cómo caer".

A Sergio Asenjo la vida no ha parado de darle palos. Su trayectoria deportiva ha afectado el lado personal de su vida más que en muchos otros casos de otros futbolistas. Pocos han estado tanto tiempo sin poder andar, sin poder correr o saltar como él a los 27 años. Quizá en el mejor momento de su carrera, cuando era, con holgura, el Zamora de la Liga española y había acudido a la Selección, una acción de sensacionales reflejos le obligó a apoyar el pie izquierdo de forma extraña, lo que le rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda. La rodilla sana, la que había soportado a su gemela durante las tres roturas que ya había sufrido en el mismo ligamento. El golpe físico y, sobre todo, psicológico, es duro.

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