La desaparición del histórico Puerta Bonita saca a la luz las miserias del fútbol modesto

El acta de defunción del Club Deportivo Puerta Bonita, uno de los clásicos del fútbol madrileño, ya está firmada. Según ha confirmado a este periódico la directiva, el presidente Manuel Campa ha comunicado a los jugadores que se les otorgará la carta de libertad de modo inminente, ya que el equipo no puede continuar en la competición liguera, la Regional Preferente madrileña, al no haber encontrado inversores para afrontar la deuda que tienen contraída con el exfutbolista Roberto Peragón, cifrada en torno a los 30.000 euros.

Desaparece así uno de los clubes más veteranos del fútbol español, que en el presente ejercicio cumpliría 76 años. La intención de la directiva es que continúen los equipos del fútbol base para, en un futuro cercano, refundar el club y volver a armar una primera plantilla con la que aspirar de nuevo al ascenso.

El virus que ha matado al Puerta Bonita es el mismo que afecta a casi todos los clubes modestos: la falta de recursos económicos. En este caso, ha sido un impago a Peragón que se alarga por más de tres años, pero podría haber sido cualquier otro del rosario de impagos en que el Puerta Bonita, como muchos de los equipos de la categoría, incurre sistemáticamente con sus jugadores.

Peragón, exdelantero del Rayo Vallecano, Málaga o Cádiz, recaló en 2013 en el equipo de Carabanchel cuando ascendió a Segunda B. Firmó un contrato de dos años, pero fue despedido durante la siguiente temporada sin percibir sus honorarios al completo. Peragón era uno de los pocos miembros del equipo que tenía un contrato profesional (la división exige al menos seis fichas profesionales), de modo que puso la situación en manos de la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles), quienes elevaron la queja a la federación, que en junio vetó al Puerta Bonita a inscribir a nuevos jugadores hasta que no liquidasen la deuda.

Peragón no cobrará

Campa y su junta directiva consiguieron posponer el partido que les enfrentaba al Carabanchel la semana pasada, y que habría supuesto su inmediata eliminación por incomparecencia, a la espera de alcanzar un acuerdo con Peragón, de encontrar un grupo inversor que garantizase la operación y, además, firmar a ocho o nueve jugadores para hacer frente a la desbandada que ha sufrido el club en la última semana. Solo consiguieron el primer objetivo.

Campa asegura que Peragón no cobrará. “He intentado encontrar una solución, pero no ha sido posible. Ahora el jugador quiere negociar, cuando ya estamos sentenciados, pero nosotros ni queremos ni podemos”. El motivo original del desencuentro tiene dos versiones: el jugador dice que en su segunda temporada, el equipo le tuvo entrenando aparte varios meses y le despidió sin darle explicaciones. La directiva, por su parte, sostiene que Peragón llegó fuera de forma (tenía 37 años) y que nunca llegó a cogerla. “El primer año decía que le dolía la planta del pie para no jugar, cuando nuestro fisioterapeuta nunca le vio nada”, dice Campa, "nos salía carísimo para el rendimiento que ofrecía". Así, la deuda de Peragón se extinguirá con el Puerta Bonita actual.

No obstante, el caso de Peragón es el de otros muchos futbolistas que se han marchado del club sin cobrar lo acordado. Numerosos jugadores admiten a El Confidencial que se han visto obligados a abandonar el Puerta Bonita con nóminas pendientes. A diferencia de Peragón, la mayor parte de jugadores no firmaron un contrato profesional, sino uno amateur en el que no figura la cantidad económica que percibirán. Cobraban en mano, sin tributar ni pagar la Seguridad Social, amparándose en la buena voluntad de la directiva a la hora de pagar sus nóminas, de entre 300 y 800 euros mensuales. Casi todos los jugadores tienen otro empleo.

Muchos denuncian la existencia de “planes especiales”, una modificación de los pagos que los jugadores atribuyen a un intento de engaño velado. Según algunos documentos a los que ha tenido acceso este periódico, el Puerta Bonita creaba, en algunos casos, planes de pago personalizados que incluían cuotas más altas en Navidades o al final de temporada. “Te dejaban gran parte de tu nómina para el final y, si no renovabas con ellos, no cobrabas”, dice un jugador que ahora milita en otro club de la categoría. Los que intentaron recurrir a la AFE no obtuvieron respuesta al no disponer de un documento legal que demostrase su versión.

Pese a su fama, los clubes en divisiones inferiores se encuentran en permanente crisis económica

Los afectados señalan a José Antonio Hernández, ex gerente del club, como responsable directo de estos amaños al tiempo que exculpan a Campa, de quien aseguran que siempre les ha cogido el teléfono para dar explicaciones, incluso en los peores momentos. El presidente reconoce que se han dado irregularidades en el club, así como el papel preponderante de Hernández, ya fuera del club, pero no elude responsabilidades: “Hemos sido todos los que lo hemos hecho mal. Los impagos hay que mirarlos caso por caso, porque algunos jugadores nos han engañado, diciendo que estaban de vacaciones en pretemporada cuando en realidad negociaban con otros equipos”, remacha desde Carabanchel.

En realidad, apunta el presidente de otro club de la categoría, el caso del Puerta Bonita es sintomático, pero no único. Es habitual que los clubes en Tercera División y Regional traten de mejorar sus plantillas estirando más el brazo que la manga. Con apenas un centenar de abonados, en los mejores casos, no es raro que los clubes recurran a las cuotas que pagan los niños por formarse en las categorías inferiores para sufragar los gastos de la primera plantilla. No hay otra opción: “No tenemos ingresos más allá de la taquilla y los patrocinadores. No hay dinero de las teles, ni se venden camisetas, nada de nada. Casi todos los presidentes perdemos dinero pagando a los árbitros y los gastos del equipo, no hay motivo para sacar pecho del fútbol regional”, concluye.