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Neville se esconde en la grada mientras Ayestaran dirige al Valencia
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El socio de lim no dirige las sesiones técnicas

Neville se esconde en la grada mientras Ayestaran dirige al Valencia

El asistente, que llegó a mediados de febrero, se encarga de las sesiones. Los jugadores consideran que el nivel del entrenador inglés es propio de un técnico de alevines

Foto: Gary Neville, en el partido contra el Málaga (EFE).
Gary Neville, en el partido contra el Málaga (EFE).

Los jugadores del Valencia entrenan y Gary Nevilleobserva desde la grada. En el campo, haciendo ejercicios y mandando, está Pako Ayestaran, que no es el entrenador del equipo, pero como si lo fuese. Dicen que en Inglaterra es así, que el entrenador jefe no dirige las prácticas, pero en España el modelo choca. Incluso en el equipo ché sorprende, pues antes de que llegase Ayestarán el 14 de febrero era el propio Neville quien bajaba a la hierba y decía dónde había que colocar los conos para los ejercicios. El error, más que nada, es que lo que hacía Neville no funcionaba. El Confidencial ha podido saber que algunos jugadores de la primera plantilla consideraban los ejercicios propuestos por el técnico inglés como más propios de alevines que de profesionales.

El problema del Valencia se ve en el campo desde hace meses. Después de una temporada ilusionante con Nuno, amigo personal del representante Jorge Mendes, el castillo de naipes se fue al traste esta temporada. El técnico portugués no fue capaz de aunar los esfuerzos y la plantilla quedó trasquilada entre mal ambiente y fracaso deportivo. Nuno, a pesar de su estrecha relación con el agente, que es la mano derecha deportiva del dueño Peter Lim, terminó fuera del club. Incluso la salida del técnico portugués fue estrambótica. El Valencia perdió contra el Sevilla y mientras se jugaba el partido se supo que Nuno iba a salir del club, aunque nunca quedó muy claro si como una dimisión, un despido o, lo más probable, una decisión consensuada.

Socio de Peter Lim

Fue muy llamativa la contratación de Gary Neville, sustituto de Nuno. El inglés, histórico defensa del Manchester United, no tenía ninguna experiencia como entrenador jefe, menos aún en un equipo de élite. Su principal valor era ser amigo personal y socio en algunos negocios de Peter Lim. También había sido comentarista televisivo de gran éxito, una faceta que no parece haberle servido para hacer remontar el vuelo del Valencia. Tampoco su paso como asistente por la selección de su país.

Pronto se vio que Neville no iba a ser la panacea que resolviese todas las dudas del equipo. Los jugadores se dieron cuenta que los métodos traídos por el británico no iban a revolucionar el fútbol español. En realidad, las experiencias de técnicos de las islas en el extranjero en los últimos años han sido bastante poco exitosas y funciona bastante mejor el camino contrario, el de los entrenadores de fuera haciéndose cargo de equipos punteros de la Premier.

Neville intentó ser él mismo quien dirigía el equipo, pero sus métodos rudimentarios obligaron a la dirección deportiva a cambiar algo los modos y no dejar que el inglés llevase el día a día del equipo. Por eso se contrató a Ayestaran, asistente habitual de Rafa Benítez que en los últimos tiempos había estado trabajando en México.

El cambio de Negredo

El propio Neville, en la última semana, ha demostrado la dependencia que tiene de sus asistentes. Lo hizo más que nada para descargarse responsabilidad sobre el extraño cambio de este fin de semana, ese en el cual Negredo se quedó en el campo a pesar de ser el designado para irse al banquillo. La reacción de la grada revirtió el cambio, y Neville intentó explicarlo después pasando la patata caliente al resto del cuerpo técnico.

“No sabía inicialmente que a Santos lo habían expulsado, me han avisado, se ha girado y ha dicho 'Abdennour, sales tú'. Y el cuerpo técnico ha dicho ¿por qué no nos la jugamos y jugamos con tres atrás? Cambié de opinión pensando que necesitábamos otro central, el cuerpo técnico y yo hemos pensado que era mejor jugárnosla. Quizá con la primera decisión habríamos acertado”. La frase tiene dos curiosidades importantes. La primera, que salta a la vista, es que el entrenador no sabía que habían expulsado a un jugador de su equipo, algo bastante inexplicable. Después, y para justificarse, habla de una decisión suya que fue cambiada por sus asistentes y, para terminar, piensa que fue él, y no sus asistentes, quien llevaba razón.

Neville es uno más de los despropósitos de un club que vive convulsionado, con problemas en la directiva y una peligrosa pérdida de identidad a pesar del intento de contratar estrellas del pasado para puestos sin atribuciones. Lim, un empresario muy vinculado con el mundo del fútbol, ha operado en el club como una base para sus negocios en el deporte, siempre cercanos a Jorge Mendes. En medio de este guirigay el Valencia es un histórico que marcha duodécimo en la Liga y al que solo una buena actuación en la Liga Europa, en la que recaló tras caer en Champions, devolvería algo de esperanza. Este jueves, contra el Athletic, tienen la primera prueba de fuego.

Los jugadores del Valencia entrenan y Gary Nevilleobserva desde la grada. En el campo, haciendo ejercicios y mandando, está Pako Ayestaran, que no es el entrenador del equipo, pero como si lo fuese. Dicen que en Inglaterra es así, que el entrenador jefe no dirige las prácticas, pero en España el modelo choca. Incluso en el equipo ché sorprende, pues antes de que llegase Ayestarán el 14 de febrero era el propio Neville quien bajaba a la hierba y decía dónde había que colocar los conos para los ejercicios. El error, más que nada, es que lo que hacía Neville no funcionaba. El Confidencial ha podido saber que algunos jugadores de la primera plantilla consideraban los ejercicios propuestos por el técnico inglés como más propios de alevines que de profesionales.

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