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Al discurso de Cristiano no le falta fondo: sus compañeros no están rindiendo
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el nivel de varios puntales blancos es muy bajo

Al discurso de Cristiano no le falta fondo: sus compañeros no están rindiendo

La rajada de Cristiano, posteriormente rectificada, señaló a la plantilla como responsable de los males blancos. Jugadores como Ramos, Kroos, James o Isco, muy por debajo de su nivel

Foto: Los jugadores del Real Madrid (EFE)
Los jugadores del Real Madrid (EFE)

Cristiano Ronaldo salía caliente por la zona mixta. La derrota contra el Atlético era el certificado definitivo de una liga fallida y un nuevo escarnio para un equipo que encadena una temporada calamitosa. Con Rafa Benítez fuera del banquillo del Bernabéu, el foco de la culpa se tiene que mover de sitio y, aunque la grada cargó contra el presidente, Cristiano quiso señalar a otro lado: a sus compañeros.

La estrella del Real Madrid se salió de los códigos habituales del fútbol, tanto que él mismo, sabedor del incendio que acababa de montar, quiso llamar a los principales periódicos deportivos para matizar sus palabras. Ya era tarde, las palabras sólo se las lleva el viento cuando no quedan registradas por los magnetófonos.

En realidad, lo que dijo Cristiano no es muy diferente a lo que piensa gran parte de la afición blanca. Sí, la planificación deportiva de la temporada no se sostiene, pero los hombres que conforman la plantilla del Madrid siguen teniendo mucho más fútbol del que muestran en los partidos de campanillas. El presidente o el entrenador pueden fallar, pero los jugadores siempre son los responsables últimos de que los equipos no rindan. Cristiano dijo que si todos estuviesen a su nivel el Madrid sería líder y lo cierto es que muchos no han estado a la altura, no ya del luso, sino de lo que pueden dar en su mejor versión.

Sergio Ramos y Kroos

Es el caso de Sergio Ramos, considerado uno de los mejores centrales del mundo, que está teniendo una temporada cuanto menos errática. Raro es el partido en el que el central de Camas no tenga un error llamativo. En ocasiones se salva, porque el fútbol no siempre castiga los fallos, pero la inseguridad del equipo tiene mucho que ver con las ausencias temporales del mariscal. No le ayuda tampoco que Varane no esté tan fino como debiera o que Pepe pase más tiempo en la enfermería que en las listas de convocados.

Ramos, además, es el capitán, el líder de un equipo que no ha sabido funcionar como tal. La responsabilidad de que el conjunto juegue como un colectivo es del técnico, pero para solventar la apatía con la que en ocasiones se ha movido el Real Madrid es necesario que el líder recuerde al resto de las piezas dónde están y por qué es tan importante honrar a una institución como el club blanco.

Uno poco más arriba en el campo aparece Toni Kroos un campeón del mundo que parece un jugador trivial en el equipo blanco. La pasada temporada, la de su debut, tuvo unos meses espectaculares, mostrando el gran jugador que sin duda es. Con el tiempo, cuando el Madrid se marchitó después de Navidades, él también bajó su rendimiento. Tenía la excusa del cansancio, pues se tuvo que duplicar con las lesiones de James y Modric y venía de ganar un mundial. Aquel discurso, meses después, ya no vale.

Kroos, que debería ser la brújula del equipo, es intrascendente. Abusa del pase en corto y no toma riesgos. Es cierto que no es exactamente un mediocentro, es más bien un volante, pero la previsión del Real Madrid ha hecho que tome el cargo de unas funciones que no son las suyas. A los blancos, tanto como con Benítez como con Zidane, se les ha notado una alarmante carencia en la organización del juego, una faceta para la que ficharon a Kroos en lugar de Xabi Alonso, pero que no está resuelta.

Isco y James

Cerca de Kroos juega James, que está llamado a ser una gran estrella. Siempre, claro, que el colombiano vuelva a ser el jugador que se vio en el Mundial de 2014 o, a ráfagas, en la pasada temporada. Sus talentos son evidentes, tiene gol, tiene duende, regatea, pasa… es un coche de lujo con el motor gripado. En el palco del Bernabéu, donde era uno de los niños mimados, hace meses que sospechan del rendimiento de James. Creen que ha sido incapaz de ponerse en forma este año y que no está implicado con el equipo. Más aún, hay cuestiones extradeportivas, como la persecución en coche de fin de año, que hacen pensar que sus problemas tienen como raíz una vida desordenada. Nunca le han faltado oportunidades, si está sano juega porque es muy complicado sentar a quien se quiere ver como el futuro del Madrid.

Sería más sencillo sentarle si Isco estuviese a su mejor nivel. Ambos jugadores comparten una posición, la de mediapunta, que no existe en el diagrama del Real Madrid. Se podría argumentar que Kovacic o Modric también nacieron ‘dieces’, lo cual hace una idea del descontrol que ha tenido el club en lo que a la confección de plantilla se refiere. Al malagueño no le faltan minutos, pero en muchos partidos es absolutamente irrelevante. Como a James, físicamente no se le ha visto fino en ningún momento y, aunque tiene fases en las que deslumbra, no ha contribuido lo suficiente para que el equipo juegue a algo.

...Y también el propio Cristiano

Cristiano argumentaba que la situación física del equipo no ayuda a que las cosas funcionen. Además del bajo tono general de casi todos, algunos jugadores importantes se han visto lastrados por las lesiones. Bale, que estaba siendo el mejor las semanas antes a la última recaída, encadena problemas musculares que hacen de él alguien sobre quien el club no puede pivotar. Cuando un jugador tiene ve más a los médicos que a los rivales, malo. También Benzema y Marcelo, jugadores que aportan cosas diferentes al equipo, han pasado demasiado tiempo en manos de los doctores que, por otra parte, tampoco tienen la mejor fama entre los futbolistas del Madrid.

En su discurso Cristiano sí que cometió un error: intentar salvarse. El luso tiró de estadísticas y aseguró que él está tan bien como siempre, pero un análisis pormenorizado de la temporada no le señala como superviviente sino como parte del caos que vive el Real Madrid. Sí, ha marcado muchos goles, 34 entre todas las competiciones, pero si se mira en detalle se ve que ni al Barcelona, ni al Atlético ni al PSG, los rivales más duros que se ha encontrado por el camino, les hizo daño. En Liga no marcó en ninguna de las cuatro derrotas y solo en uno de los seis empates. Igual si Cristiano hubiese sido Cristiano esas tardes, y no solo en las goleadas, la clasificación del Madrid sería otra.

Cristiano Ronaldo salía caliente por la zona mixta. La derrota contra el Atlético era el certificado definitivo de una liga fallida y un nuevo escarnio para un equipo que encadena una temporada calamitosa. Con Rafa Benítez fuera del banquillo del Bernabéu, el foco de la culpa se tiene que mover de sitio y, aunque la grada cargó contra el presidente, Cristiano quiso señalar a otro lado: a sus compañeros.

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