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La megafonía no consigue acallar el clamor de la grada: "¡Florentino, dimisión!"
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El bernabéu estalla contra el presidente

La megafonía no consigue acallar el clamor de la grada: "¡Florentino, dimisión!"

Una década después de que dimitiese de la presidencia del Madrid, el Bernabéu vuelve a señalar al presidente como culpable. El Atlético, una pesadilla para el mandatario blanco.

Foto: Florentino Pérez en el Bernabéu (Cordon Press)
Florentino Pérez en el Bernabéu (Cordon Press)

"¡Florentino dimisión!". La frase se ha convertido en la banda sonora del Santiago Bernabéu en las tardes de gala. Cuando el rival del Madrid es de peso, como lo era el Atlético en este derbi, el Madrid muestra sus carencias y la grada se vuelve al presidente, que también ejerce de director deportivo y de inicio y fin de todo lo que pasa en las oficinas. La cantinela, que se repite cada vez más, no culpa a nadie que no sea Pérez. De momento el mandamásno parece escuchar.

El 27 de febrero del año 2006, justo diez años antes de este derbi en el que el Madrid volvió a salir herido, Florentino hizo caso y se fue. Una década después el Madrid vive un momento aún peor que aquel en el que terminó saliendo cabizbajo del club de su vida. Cuando se acabó el partido los gritos subieron de decibelios -habían comenzado a sonar fuertes tras el gol de Griezmann-, pero desde las oficinas reaccionaron como suelen hacerlo en estos casos: subiendo al tope la megafonía. Solo sirvió para que hubiese más ruido, los gritos no menguaron por ello. El respeto del club a la expresión libre de sus socios es escaso.

Florentino Pérez siente especialmente las derrotas con el Atlético. Cuando él volvió al club, el Madrid dominaba el duelo.Eran los días en los que los blancos decían no tener rival en la capital y las victorias se daban por descontadas. El adversario, el único parecían pensar, era el Barcelona. El tiempo también ha cambiado esa dinámica, el Madrid, con una dirección deportiva calamitosa, se ha convertido en un equipo vulnerable, incapaz de ganar partidos importantes. Y en ese grupo se incluyen los que se disputan contra los rojiblancos.

La grada del Bernabéu no aguanta bien lo ocurrido. Y eso que el sector de animación, la parte teóricamente más ruidosa, es afín a los postulados del presidente. El resto de la afición madridista ya no compra la mercancía, y por lo que se ve no es solo cuestión de unos pocos. Hasta hace no mucho Pérez defendía que los gritos eran solo cosa deesos ultras que no le quieren.

Sin Benítez, la grada mira al palco

Ya no está Benítez para descargar la ira, y la plantilla, plagada de mediapuntas en proceso de reconversión, es un entedemasiado difuso para que la grada se ponga a pitarles. Ellos, muy probablemente, serán los señalados por los altavoces mediáticos del presidente blanco.A Zidane, por nuevo y por leyenda, tampoco le tocan parte de los gritos. Queda como blanco para las iras del respetable al arquitecto de todo, el hombre que se sienta en el palco junto a José María Aznar y ve el encuentro con cara de circunstancias.

Han pasado diez años desde aquel día en el que se dio cuenta que había maleducado a las estrellas. La dimisión de aquel 27 de febrero no fue, por lo que se vio en su retorno, una lección, solamente un accidente. Al volver retomó Pérez la senda de los mismos errores. La ausencia de dirección deportiva, el baile de entrenadores, la acumulación de estrellas y la ausencia de un concepto de equipo. El Madrid de Florentino Pérez tiene esa filosofía y los errores que ahora se cometen, esos que han hecho de los derbis un territorio propicio para el Atlético, son la marca de la casa. Por esa tenacidad en el fallo ahora la grada ruge: "¡Florentino, dimisión¡". Y no parece servir para acallarla ni la lista Forbes ni la clasificación de la FIFA. Ni siquiera la megafonía del estadio.

El Madrid, que vive siempre con la urgencia por los títulos, ha ganado solo una liga de las últimas siete. Y es extremadamente improbable que esa tónica varíe este año. Quedará el clavo ardiendo de la Champions, el intento de reinar en Europa por parte de un equipo que ha demostrado no saber competir en los partidos importantes.

El ser superior, como una vez fue definido por Emilio Butragueño, es por derecho parte de la historia del Real Madrid. Son demasiados años en la presidencia como para no formar parte del pasado del club. Ahora bien, el legado no depende solo de haber estado sino también de lo que se consiguió o se perdió en ese tiempo. Entre las herencias que ya dejará Florentino Pérez está también haber vuelto a tener complejos contra el Atlético de Madrid. Algo que hace una década, cuando se fue del equipo blanco, no pasaba.

"¡Florentino dimisión!". La frase se ha convertido en la banda sonora del Santiago Bernabéu en las tardes de gala. Cuando el rival del Madrid es de peso, como lo era el Atlético en este derbi, el Madrid muestra sus carencias y la grada se vuelve al presidente, que también ejerce de director deportivo y de inicio y fin de todo lo que pasa en las oficinas. La cantinela, que se repite cada vez más, no culpa a nadie que no sea Pérez. De momento el mandamásno parece escuchar.

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