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Blatter, el rey Midas caído en desgracia y evitado por los que fueron sus aliados
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el suizo, suspendido, está bastante deteriorado

Blatter, el rey Midas caído en desgracia y evitado por los que fueron sus aliados

El expresidente de la FIFA no podía entrar en el Congreso, pero ha estado en Zúrich hablando con votantes. Creía que ganaría Salman y los candidatos evitaron reunirse con él

Foto: Joseph Blatter, días después de ser inhabilitado (Reuters)
Joseph Blatter, días después de ser inhabilitado (Reuters)

Sepp Blatter era el hombre más poderoso del fútbol y, por extensión, uno de los más poderosos del mundo hasta que el pasado junio cayó en desgracia. El FBI sacó a la luz las corruptelas que siempre se habían sospechado. Suficiente para que la justicia deportiva, que en estos casos tarda en reaccionar, abriese una investigación interna que ha terminado con el suizo suspendido y lejos de la presidencia de FIFA.

No es sencilla la transición desde ser el rey Midas a convertirse en un apestado. Los candidatos, todos ellos, vertebraban su discurso desde la renovación y el rechazo al pasado. Y eso que muchos de ellos tuvieron vínculos con el tiempo de Blatter en la presidencia de FIFA. No importa, es el momento de romper todo lazo con el suspendido expresidente.

Esta semana Blatter, que es suizo, cabildeaba por los cafés de Zúrich. No tenía permitido el acceso al Congreso en el que realizaba la elección. Los candidatos hacían todo lo posible para no reunirse con él, nada más nocivo que una fotografía con el pasado, pero muchas delegaciones se interesaron por la opinión del exdirigente. No en vano su mando fue omnímodo y aún tiene cierta ascendencia sobre muchos presidentes de federaciones participantes en el congreso.

"Tocado como un viejo dictador"

Los encuentros, eso sí, se hacían en lugares discretos, Blatter no se expone demasiado, aunque ha concedido una entrevista al 'The New York Times'. También quiso enviar un comunicado tras conocer que la elección del nuevo presidente. "Felicito sinceramante a Gianni Infantino, con su experiencia, su capacidad diplomática y estrategia tiene todas las cualidades para continuar mi labor y estabilizar la FIFA", rezaba el escrito.

Los que han estado con él estos días cuentan que está muy desmejorado. “Está muy tocado, se le ve como a un viejo dictador”, explica un delegado de FIFA presente en Zúrich. Él niega que su caída en desgracia le haya minado la moral. "Soy un hombre feliz, a veces estoy triste, sí, pero soy un hombre feliz; todos los días son una fiesta", decía en la entrevista de esta semana al ser preguntado.

Blatter tiene 80 años y después de ser suspendido pasó un tiempo hospitalizado por una deficiencia en el sistema inmunitario. Los muchos avatares de este año le han hecho retomar la fe católica que había dejado por el camino.

Mantiene su odio a Platini

Blatter ha pedido la presidencia del organismo, pero aún mantiene algunas de sus antiguas obsesiones. Esta semana hablaba bien del jeque Salman y mal de Infantino, quizá no tanto por tener una gran relación con el primero sino porque el suizo era el candidato de Platini, su más encarnizado enemigo en los últimos tiempos. Antes, ya se sabe, habían sido pareja política.

El suizo estaba convencido de que Salman se iba a hacer con la presidencia y así se lo decía a quien quisiera escucharle, pero sus pronósticos también fallaron. El poder que tuvo en otro momento ha desaparecido. La FIFA abre un nuevo capítulo. Blatter, definitivamente, es parte del pasado.

Blatter era presidente de la FIFA desde 1998 y, previamente, había sido secretario general en el tiempo del también caído en desgracia Joao Havelange. Bajo su mandato el fútbol ha conseguido monetizar la pasión que genera el deporte rey. El dinero y el poder han sido hechos constantes en los últimos años, incluso antes de que todo saltase por los aires. El Mundial ha pasado a ser una empresa que genera miles de millones de euros y él siempre ha sabido cómo conseguir distribuir ese dinero para afianzar su poder en la institución. Él defiende su legado, cree que su tiempo en la presidencia ha sido fundamental para afianzar su deporte como algo universalmente querido. Y no se plantea en el futuro volver al fútbol. Al fin y al cabo, afirma, él "siempre será presidente".

Sepp Blatter era el hombre más poderoso del fútbol y, por extensión, uno de los más poderosos del mundo hasta que el pasado junio cayó en desgracia. El FBI sacó a la luz las corruptelas que siempre se habían sospechado. Suficiente para que la justicia deportiva, que en estos casos tarda en reaccionar, abriese una investigación interna que ha terminado con el suizo suspendido y lejos de la presidencia de FIFA.

FBI Michel Platini