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El fútbol moderno contra M.I.A.
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El psg pide una compensación a la cantante

El fútbol moderno contra M.I.A.

El último videoclip de la cantante, en el que denuncia la crisis de refugiados, ha provocado la reacción del París Saint-Germain. "Es una fuente de descrédito para nuestro club", denuncia en una carta

Foto: Fotograma del videoclip 'Borders' en el que M.I.A. aparece con una camiseta modificada del PSG.
Fotograma del videoclip 'Borders' en el que M.I.A. aparece con una camiseta modificada del PSG.

Dice la cantante británica M.I.A. que la suya con el deporte es una relación de amor-odio. Lo mismo podría decirse de la relación entre política y deporte. En noviembre, M.I.A. lanzó su último videoclip, 'Borders', en el que hace una crítica a la pasividad de las sociedades occidentales ante las crisis de refugiados que se están produciendo en varias partes del mundo. Según un informe publicado en diciembre por ACNUR, la agencia del refugiado de la ONU, a mitad de 2015 la cifra de desplazados a nivel mundial superaba los 60 millones.

El videoclip, dirigido por la propia M.I.A., ha recibido buenas críticas, como otros trabajos anteriores de la artista, reconocida por su activismo político. Sin embargo, encontró la respuesta negativa de un club de fútbol, el París Saint-Germain (PSG). La razón es que la cantante aparece en un momento del vídeo con una camiseta modificada del equipo parisino en la que en vez de Fly Emirates, patrocinador principal del club, se puede leer "Fly Pirates".

"Más allá de estar sorprendidos, simplemente no entendemos por qué se nos asocia, a través de nuestro logo y la camiseta, con esa denuncia", dice la carta enviada por Jean Claude Blanc, consejero delegado del PSG, a Melissa Battino, directora de negocios y asuntos legales de la discográfica Universal. El vídeo fue publicado a finales de noviembre y el club francés respondió el 14 de diciembre, pero la carta no se conoció hasta es lunes, cuando la cantante la colgó en su perfil de Twitter.

El PSG se defiende diciendo que actividades del club no sugieren que tengan nada que ver con lo denunciado por M.I.A., sino todo lo contrario, y pone como ejemplo una donación de un millón de euros que el PSG hizo el 9 de septiembre a la ONG francesa Secours Populaire y a ACNUR. "Consideramos que el uso de nuestra marca e imagen en un videoclip que denuncia el tratamiento de los refugiados es una fuente de descrédito para nuestro club y distorsiona su política de comunicación pública", argumenta Blanc. Al final de la carta, el PSG pide a Universal que borre el vídeo, que se abstenga de utilizar su imagen y pide una compensación por el daño causado.

El fútbol como propaganda

La única explicación que ha dado M.I.A. es que el vídeo salió el día en que se celebraba el funeral por las víctimas de los ataques terroristas en París y que pensaba que llevar una Torre Eiffel en su camiseta era una muestra de apoyo. Viendo su historial, no parece que su intención fuera inocua. Tras publicar la carta en su cuenta de Twitter, se ha mostrado desafiante: ha cambiado la foto de perfil y ha puesto una de ella con la camiseta de "Fly Pirates' y no ha parado de retuitear mensajes de apoyo.

El PSG no sólo está patrocinado por Fly Emirates, aerolínea propiedad del Gobierno de Dubái (Emiratos Árabes Unidos) que también patrocina al Real Madrid, sino que también es propiedad del Gobierno catarí. Qatar controla el club parisino desde 2011, cuando fue comprado por Qatar Sports Investment (QSI), una rama de Qatar Investment Authority, fondo soberano del estado catarí. El presidente de QSI y del PSG es la misma persona, Nasser Ghanim Al-Khelaifi. QSI también es el fondo que está detrás del millonario acuerdo de patrocinio que firmó el FC Barcelona en 2011 y que termina a final de temporada. El club azulgrana no ha parado de recibir críticas desde entonces por aquellos que consideran que no está bien recibir dinero de un país tan dudoso como Qatar.

En la enrevesada situación de Oriente Medio, la financiación aportada por ese y otros países del Golfo Pérsico juega un papel relevante. Se produce una doble hipocresía: la de Qatar vendiendo su cara amable a Occidente y la de Occidente recibiendo con los brazos abiertos los petrodólares. En ese esquema, el deporte juega un papel muy importante porque es un arma publicitaria muy efectiva. El Mundial 2022 es un buen ejemplo. El fútbol es una parte más de la acción política de esos países, por eso es también hipócrita que el PSG intente evitar que le asocien con una crisis, la de los refugiados, en la que sus dueños no son inocentes.

La reacción del PSG lleva a hacerse varias preguntas. ¿Se pueden separar las acciones de los clubes de las de sus dueños? ¿Es lícita cualquier fuente de financiación? ¿Vale todo con tal de fichar a los mejores futbolistas del mundo y ganar títulos? El PSG y el Manchester City son los dos mejores ejemplos de la creciente influencia de los países del Golfo Pérsico en el fútbol europeo, pero hay otros muchos clubes (Barcelona y Real Madrid entre ellos) que reciben grandes sumas de dinero de empresas controladas por los gobiernos de esos países.

Dice la cantante británica M.I.A. que la suya con el deporte es una relación de amor-odio. Lo mismo podría decirse de la relación entre política y deporte. En noviembre, M.I.A. lanzó su último videoclip, 'Borders', en el que hace una crítica a la pasividad de las sociedades occidentales ante las crisis de refugiados que se están produciendo en varias partes del mundo. Según un informe publicado en diciembre por ACNUR, la agencia del refugiado de la ONU, a mitad de 2015 la cifra de desplazados a nivel mundial superaba los 60 millones.