Guardiola y la Premier League, un objetivo a medio camino entre el deseo y la ambición

A diferencia de la inmensa mayoría de entrenadores, Pep Guardiola puede permitirse dejar uno de los mejores puestos de su profesión por voluntad propia. "La única razón por la cual no he renovado mi contrato es simple: quiero entrenar en Inglaterra", dijo este martes. Más de dos semanas después de que el Bayern anunciara que no iba a renovar y que su sustituto será Carlo Ancelotti, el técnico de Santpedor explicó sus razones. Y puso palabras a lo que muchos se imaginaban: no sigue en la Bundesliga porque quiere irse a la Premier League. Eso es más simple si eres el técnico más cotizado del fútbol mundial, está claro.

El momento para dar ese paso es ideal por tres razones. La primera es la oportunidad que se ha abierto en los principales banquillos de la liga inglesa. La segunda, el final de un ciclo en su actual equipo (sí, aunque parezca una locura). Y la tercera, un deseo que no pudo cumplir como jugador y que no quiere dejar escapar la ocasión de hacerlo como entrenador. Así que sí, Guardiola quiere entrenar en la Premier League y lo va a hacer.

Un sueño por cumplir

¿Por qué Inglaterra? Es un viejo anhelo. "Como jugador no pude cumplir mi sueño. Espero que en el futuro tenga la oportunidad de entrenar allí". Esas palabras no las pronunció Guardiola este martes, sino en enero de 2013 en una entrevista que concedió a la web de la federación inglesa con motivo del 150ª aniversario de su fundación. El entrenador habló de su especial relación con Wembley, donde ganó dos Copas de Europa, una como jugador (1992) y otra como entrenador (2011), y explicó por qué le atrae el fútbol inglés.

"Es siempre fascinante por el ambiente, por los aficionados, por cómo animan a su equipo... Los latinos, cuando ganas te apoyan, pero cuando pierdes te matan. En Inglaterra la gente te apoya siempre, y eso es muy bonito", dijo. La entrevista fue publicada el 15 de enero, un día antes de que el Bayern Múnich anunciara su contratación.

La oportunidad ideal

El aterrizaje en las Islas pudo haberse producido entonces, pero le sedujo más el proyecto alemán. Ahora la situación es diferente porque los banquillos de los grandes de la Premier están patas arriba. "Ir a Inglaterra es un riesgo. Pero por eso me gusta. También fue un riesgo ir al Bayern tras el triplete", dijo Guardiola, que reconoció que ha recibido varias ofertas, pero aún no ha firmado ninguna. No es difícil adivinar que en ellas hay, como mínimo, una del Manchester City y otra del Chelsea. Y quizá también una del Manchester United. Los tres clubes atraviesan situaciones diferentes, pero tienen un horizonte común: no parece que ninguno de sus actuales entrenadores vaya a seguir la próxima temporada.

De los tres banquillos, el que más estabilidad tiene es el del City, que renovó Manuel Pellegrini en verano. Y sin embargo es el que más papeletas tiene para contratar a Guardiola. El mismo entrenador chileno le ha abierto la puerta: "Estoy seguro de que un día vendrá a la Premier League. Y espero que tenga la opción de trabajar en el Manchester City". El director deportivo, Txiki Begiristain, y el CEO, Ferrán Soriano, ambos con pasado azulgrana, intentarán convencerlo, si no lo han hecho ya.

En una conversación con periodistas en julio en la ciudad deportiva del City, Soriano definió el éxito como tener equipos no solo que ganen, sino que también jueguen bonito. Los dueños del club inglés quieren que el club sea (más) grande y también que sea reconocido por un estilo de juego ofensivo que guste no sólo a sus aficionados, sino a todo el mundo. Es cierto que cada vez que se le pregunta a Soriano por Guardiola y el modelo Barça niega que el objetivo sea copiarlo, pero parece claro que el todavía técnico del Bayern es el principal objetivo. No son pocos los medios que ya lo dan por hecho.

El momento adecuado

Pero por muy románticas que parezcan las declaraciones de Guardiola sobre el fútbol inglés, quedarse en eso para explicar su decisión de cruzar el canal de La Mancha sería un error. Su ambición y competitividad son casi tan grandes como su pasión por el fútbol, aunque muchas veces no se repare en ellas. Todo lo que hace lo hace para ganar. Lo ha ganado todo en España y en Alemania, y ahora quiere hacerlo en la cuna del fútbol. "Soy joven y necesito un nuevo reto", dijo.

¿Y por qué ahora? De su etapa en el Barcelona, Guardiola aprendió que lo mejor es irse cuando se está arriba del todo. En el equipo azulgrana, ese momento fue tras la final de la Champions de 2011 en Wembley, quizá la cima de aquel equipo. Pero el entrenador catalán siguió un año más (ganó la Copa del Rey) a pesar de que la relación con la directiva que presidía Sandro Rosell no era la mejor y la presión era brutal. En Múnich ni se ha arriesgado, y eso que la situación es mucho más apacible.

Todos los jugadores del Bayern coinciden en que el equipo de esta temporada es el mejor desde que llegó Pep. Es ahora cuando dominan todos los conceptos de la libreta del catalán. El técnico también está satisfecho: el Bayern ha ganado cinco títulos en dos temporadas, pero hasta este curso no había alcanzado el nivel que él quería. Y esa es la razón de su marcha, por muy chocante que pueda parecer: no puede sacarle más a ese grupo de jugadores. Gane o no la Champions, el gran objetivo del club y para algunos el título que le separa del éxito en Múnich, el Bayern de Guardiola difícilmente jugará mejor.