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"Sé que Benítez es un rompehuevos, pero sería injusto destituirle: mira a Luis Enrique"
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Camacho: reflexiones de un madridista

"Sé que Benítez es un rompehuevos, pero sería injusto destituirle: mira a Luis Enrique"

El exjugador y exentrenador del Real Madrid no quiere hurgar en la llaga, aunque en una amena charla con El Confidencial sí analiza algunos de los hechos que han puesto al club en la picota

Foto: José Antonio Camacho, durante su debut con la selección china. (EFE)
José Antonio Camacho, durante su debut con la selección china. (EFE)

Llega puntual a la cita. Saluda con la campechanía que le caracteriza. En un sencillo y ameno almuerzo, brota una espontánea conversación con este hombre, José Antonio Camacho, que no oculta que le afectan los últimos acontecimientos que se han vivido en el Real Madrid. El entrenador murciano, nacido en Cieza el 8 de junio de 1955, mide sus palabras antes de responder a las preguntas que le voy formulando. Se expresa sin querer hurgar en ninguna de las llagas que se han abierto en el Real Madrid en estos cinco meses de temporada. Lleva grabados en su mente los 16 años que jugó en el equipo blanco, salvo los 20 meses que estuvo apartado de los terrenos de juego por la grave lesión que padeció en un entrenamiento: rotura de los ligamentos internos y arrancamiento del menisco interno de la rodilla izquierda.

En persona, Camacho mantiene ese acusado carácter de ganador que le hacía luchar hasta el último segundo en todos los partidos, oficiales o amistosos. En ocasiones, en el diálogo que mantenemos, levanta un poco su tono de voz. De pronto, con la espontaneidad que le acompaña, pone esta premisa: “No me tire de la lengua porque no voy a criticar al Madrid, al que no solo quiero de corazón, sino del que soy un fanático desde que tuve uso de razón”.

A Benítez y Chendo no se les puede echar la culpa del caso Cheryshev, así que cada palo aguante su vela

Haciendo alguna que otra pausa a lo largo de la conversación, le recuerdo a Camacho una serie de hechos que a él, como madridista, también le dejan pensativo: la forma en que fue despedido Casillas, el fallido fichaje de De Gea, el batacazo frente al Barcelona, la imputación de Benzema, la alineación indebida de Cheryshev… Le pregunto si cree que es normal que se hayan dado estas circunstancias en el Madrid, y con rapidez responde: “No es normal que esto ocurra en un club reconocido a nivel mundial y con un historial majestuoso, pero también le diré que corren otros tiempos. Quizás en mi época no hubieran sucedido estos hechos, que sin lugar a dudas dañan la imagen de la entidad, pero me voy a referir a lo más reciente: al caso del jugador ruso. A Benítez y a Chendo no les puede echar ninguna culpa. Según mis noticias, los dos fueron informados desde el club que Cheryshev podía ser alineado. Por tanto, que cada palo aguante su vela”.

Dejamos que transcurran unos minutos y nos centramos en la derrota del Madrid en el campo del Villarreal. Esboza una sonrisa, como dando a entender que está curtido en cientos de batallas futbolísticas, y suelta estas palabras: “El Madrid en el segundo tiempo le pudo meter tres al Villarreal. A estas alturas de la temporada, siempre suelo decir que hasta que no llegue el mes de febrero o el de marzo no se debe especular con lo que vaya a pasar al concluir la campaña. Son los dos meses en los que ya se puede comenzar a vislumbrar el equipo que será campeón de Liga, los que estén más cerca del descenso, los que se clasificarán para Europa… Si el Madrid gana al Villarreal, no se hubiera escuchado ni leído la mínima censura. Lo mismo ocurrirá en la Copa de Europa: si el Madrid elimina a la Roma, pues vendrán los elogios. En caso contrario, palo va y palo viene. Así es el fútbol, así es la prensa, que busca titulares, y no hay que darle más vueltas al asunto”.

A los pocos segundos, añade: “Yo recuerdo que en mi época hubo partidos en que el rival nos tenía acorralados durante 80 minutos y persistía el empate a cero. De pronto, ¡zas!, Santillana, Juanito… marcaban un gol y nos íbamos a casita tan contentos con el escaso triunfo. El aficionado lo que quiere son victorias, y si son con un buen fútbol, miel sobre hojuelas”.

A mí Florentino Pérez nunca me insinuó que pusiera a Fulanito por Menganito porque sabía que no se lo iba a consentir

Hay madridistas a los que he oído comentar que Florentino Pérez debería haberse sacado el carné nacional de entrenador. Se lo comento, sonríe y surge la pregunta: cuando usted dirigió al Madrid, ¿le hacía alguna sugerencia al saber la alineación? "Yo no voy a censurar a Florentino, al que han elegido los socios para ser el máximo rector del Madrid", responde Camacho. "Los que hacen esos comentarios, que le pregunten si quiere ejercer de entrenador. En la etapa que estuve de técnico, bajo la presidencia de Florentino, cambiábamos impresiones con bastante frecuencia, pero nunca me insinuó que pusiera a Fulanito por Menganito porque sabía que no se lo iba a consentir. Creo que estaba informado de que soy una persona que voy de frente por la vida, llamando al pan, pan y al vino, vino”.

“Llegó un momento en el que le dije que con la plantilla que tenía no se podía aspirar a todo lo que él pretendía", prosigue Camacho. "Según pasaba el tiempo, ni él comulgaba con mis ideas ni yo con las suyas. Fue cuando decidí marcharme y que se hiciera cargo del equipo otro entrenador. ¿Que Florentino es el dueño del club? Es el presidente y, por tanto, el que más manda. Yo he respetado a todos los presidentes, pero del que guardo un imborrable recuerdo es de Luis de Carlos, un auténtico señor. Llevaba 14 meses lesionado, me llamó a su despacho y me dijo: 'Camacho: le vamos a renovar el contrato tres años más'. Cuando regresé al Madrid, siendo presidente Lorenzo Sanz, le pregunté: '¿Para qué me has fichado?' Yo no puedo ejercer mi profesión estando Juan Onieva en el Madrid. ¿Sabe una cosa? Que no percibí ni un euro de los 21 días que fui técnico del Madrid. Y con Florentino Pérez, con el que había firmado un contrato por tres años, le dije que solo me abonara el tiempo que había trabajado. Que nadie piense que me sobra el dinero, pero en la vida, entre otras cosas, hay que ser honrado”.

Tenía un contrato de tres años, pero le dije a Florentino que sólo me abonara el tiempo que había trabajado. En la vida hay que ser honrado

Rafa Benítez está en el alambre, como los equilibristas. En el punto de mira del presidente, de más de un directivo y de la mayoría de la afición. Al citarle al técnico madrileño y preguntarle si sería injusto que lo destituyeran, Camacho sin dudar un ápice puntualiza: “Rafa es amigo mío desde hace mucho tiempo. Los dos coincidimos en las categorías inferiores del Madrid cuando iniciamos la carrera de entrenador. A Benítez no le puede pillar de sorpresa que esté cuestionado. Sabe lo difícil y complicado que es trabajar en el Madrid, pero no solo para los técnicos, sino para todos los que ocupan puestos de responsabilidad. Rafa lleva solo cinco meses en el club. No conoce ni a los empleados. Si mal no recuerdo, después de la pretemporada dijo que tenía un gran poder ofensivo, pero el defensivo no estaba al mismo nivel, y que uno de sus objetivos era contar con una fuerte defensa. En el Real Madrid te ponen en la picota a la mínima”.

El Barcelona tuvo paciencia y sabemos lo que pasó: batió récords y logró títulos que no esperaban ni los aficionados más optimistas

Después de tomarse una pequeña pausa, como si dejara unos segundos para reflexionar, Camacho subraya: “En mi opinión, sería injusto que destituyeran a Benítez. Yo sé que es un rompehuevos en su forma de trabajar: metódico, intentando que no se le escape el mínimo detalle, un estudioso del fútbol… Pero no olvidemos lo que pasó con Luis Enrique, al que no paraban de machacar por los cuatro costados. El Barcelona tuvo paciencia y todos sabemos lo que pasó: batió récords y logró una serie de títulos en la misma temporada que no esperaban ni los aficionados más optimistas. ¿Qué ocurrirá si el Rayo Vallecano puntúa en el Bernabéu? Pues como no soy adivino, no lo sé. Habrá que seguir luchando y pensar que queda mucha tela por cortar en la actual campaña”, sentencia José Antonio.

Llega puntual a la cita. Saluda con la campechanía que le caracteriza. En un sencillo y ameno almuerzo, brota una espontánea conversación con este hombre, José Antonio Camacho, que no oculta que le afectan los últimos acontecimientos que se han vivido en el Real Madrid. El entrenador murciano, nacido en Cieza el 8 de junio de 1955, mide sus palabras antes de responder a las preguntas que le voy formulando. Se expresa sin querer hurgar en ninguna de las llagas que se han abierto en el Real Madrid en estos cinco meses de temporada. Lleva grabados en su mente los 16 años que jugó en el equipo blanco, salvo los 20 meses que estuvo apartado de los terrenos de juego por la grave lesión que padeció en un entrenamiento: rotura de los ligamentos internos y arrancamiento del menisco interno de la rodilla izquierda.

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