El vestuario del Real Madrid no aguanta a un Rafa Benítez contra las cuerdas

“No le aguantan”. El escueto pensamiento salía de los alrededores del vestuario del Real Madrid a principios de agosto, cuando la pretemporada apenas sumaba unas semanas. Unas cuantas sesiones de trabajo fueron suficientes para que los primeros síntomas de desconexión se manifestaran por primera vez. Los métodos de Rafa Benítez chocaron frontalmente con el vestuario, que con el paso del tiempo fue distanciándose más y más de su nuevo jefe. La debacle sufrida ante el Barcelona deja al entrenador marcado y contra las cuerdas. Mucho.

Los resultados mantuvieron en pie la nave blanca durante varias semanas, pero en el interior del vestuario el sentimiento de los futbolistas hacia su entrenador siempre fue el mismo. Los últimos encuentros han terminado por deteriorar las relaciones entre el colectivo y el técnico. La pésima imagen dada -pese al triunfo- ante el PSG, el hundimiento del Sánchez Pizjuán y el repaso del Barcelona en el Santiago Bernabéu colocan a Rafa Benítez en una complicada situación a ojos del palco. Más todavía cuando no es nada apreciado por el grupo que dirige a diario.

Florentino Pérez, presidente y director deportivo del Real Madrid, nunca tuvo totalmente claro el fichaje de Benítez. Buscaba “un impulso” nuevo para el equipo después de liquidar a Carlo Ancelotti. José Ángel Sánchez, el director general del club, fue el que dio el empujón definitivo para que el madrileño tomara el testigo del italiano. En pleno mes de noviembre, el entrenador queda muy tocado tras el Clásico y ya se sabe cómo se las gasta el presidente. Un presidente, por cierto, gran experto en mandar directrices al técnico de turno. Que se lo digan a Ancelotti...

“Verás el portugués esta temporada”

El problema que tiene Rafa Benítez con sus jugadores es complicado de resolver. Sólo una racha de buenos resultados -y un juego muy mejorado- salvaría su cabeza, siempre y cuando no se la corte antes de tiempo un presidente que ya tiene a una buena parte de la grada en contra. El ¡Florentino, dimisión! se propaga por el Santiago Bernabéu, con una afición que empieza a tener claro que con la errática política deportiva del mandatario, el club camina hacia ninguna parte. No hay más que ver los títulos ganados bajo su mando gastando cientos de millones. Las cuentas no le cuadran a la hinchada blanca, que ve cómo su gran rival le ha superado claramente en los últimos años.

En la Ciudad Deportiva de Valdebebas, a diario, la tensión ha ido subiendo de grados en los últimos tiempos. Sobre todo porque Cristiano Ronaldo no puede ni ver a Rafa Benítez. “Ya verás el portugués esta temporada”, susurraban compañeros suyos en privado en verano, a la vista de la nula empatía entre jugador y entrenador. Y esa relación se ha ido calentando con el tiempo, con algunos desplantes de CR7 que no han dejado en muy buen lugar al técnico. El portugués nunca ha escondido su sentimiento hacia un estratega del que no se fía.

La independencia del entrenador

Rafa Benítez dijo en su momento que su relación con Cristiano Ronaldo es buena. Nada más lejos de la realidad. Detallista al máximo, en alguna ocasión le ha aconsejado sobre una determinada cuestión, encontrándose con una fría -por no decir otra cosa- respuesta por parte del jugador. El atacante portugués, por cierto, vive sus peores momentos desde que es jugador del Real Madrid; su relación es cada vez más tirante con Florentino Pérez y su conexión con el entrenador es pésima. Encima, una parte de la afición ya le ha dedicado más de un silbido -sucedió ante el Barcelona-, episodios que invitan a pensar que casi con total seguridad hará las maletas al acabar el actual ejercicio.

Sus compañeros, aunque Sergio Ramos dijo tras el Clásico que “las relaciones con Rafa Benítez son buenas”, caminan en la misma línea. No se fían demasiado de la independencia de su entrenador a la hora de tomar decisiones, sobre todo en cuanto a alineaciones se refiere. La de este último Clásico, sin ir más lejos… Asegura Ramos que “no hay que señalar a nadie”, pero son los propios futbolistas los que tienen marcado a su técnico. “Estamos a muerte con el entrenador”, apuntaba por su parte Marcelo, pero la cruda realidad es otra muy diferente… La crisis es total en el Real Madrid.