A Florentino le chirría el juego del Real Madrid... y él sí oye los pitos del Bernabéu

A diferencia del goleador Nacho, quien no tuvo ningún reparo en reconocer que "soy sincero, no quería poner el balón ahí", Rafa Benítez volvió a negar la evidencia tras el milagroso 1-0 delReal Madridante el PSG. "¿Pitos? Estamos en octavos y felices", respondió el técnico madrileño, que puede presumir de tener a su equipo líder en la Liga y en la Champions, ser el único equipo de Europa que sigueinvicto y en la Liga de Campeonesinclusoimbatido.

Sin embargo, y aunque para los resultadistas como Rafasea difícil de entender, todo ello no quita para quesu equipo sigadejando demasiadas dudas en lo que aljuego y elrendimiento se refiere. Destacan los jugadores más voluntariosos y, por contra, no hay noticias de los talentosos. Como aquello de que hay gente tan pobre,que sólo tiene dinero, podría decirse que el Real Madrid de Benítez es tan pobre, que sólo tiene resultados.

A diferencia del partido de París, donde los blancos empataronpero hicieron méritosparaganar al PSG, en Chamartín fue el equipo de Laurent Blanc el único que debióllevarse los tres puntos y en cambiose fue de vacío. Esta vez no fue Keylor Navas, sino los palos de su portería, los que evitaron que el Real Madrid encajara los goles con los que sus dejasustes defensivos le hacen flirtearpartido traspartido. El choque ante el PSG, que fue visto por 6,6 millones de espectadores gracias a que se ofrecióen abierto, es uno de los más flojos que se le recuerdan a los blancos, sobre todo ante su afición.

"Cuántos lamentos", tituló'L'Equipe'en su portada, donde destacaba que los francesesperdieron por un gran error del guardameta Kevin Trapp a pesar de "dominar claramente" al equipo de Benítez. En páginas interiores, el mismo diario deportivo destacóque durante gran parte del partido "el PSG jugó como si estuviera en casa, con intensidad, presión constante arriba, dominio técnico y determinación".

Por más que Rafa haga oídos sordos a los pitos delBernabéu, quien sí los escucha y toma buena nota de ellos esFlorentino Pérez, sabedor de que la grada empieza silbando hacia el césped ytermina girando haciael palco. Además, la visita del multimillonarioPSG provocó queel presidente del Real Madrid recibieravisitas tan ilustres, a la par que dispares,como la de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, cuya excusa para acudir al lujoso palco del SantiagoBernabéu fue estar junto a su homógola parisina, Anne Hidalgo,el rey eméritoJuan Carlos I y el jequeNasser Al-Khelaifi, propietario del equipo francés.

El mediocre discurso de Rafa Benítez

"Trataría de evitar ir al palco del Bernabéu", dijo hace unos días Pablo Iglesias."No es bueno ver a políticos en palcos de campos de fútbol. Preferiría ir con la gente humilde, me lo pasaría mejor. Los palcos de los estadios de nuestro país son un nido de corrupción y chanchullos. De chorizos", añadió el líder de Podemos, a quien la presencia deCarmena en el Bernabéu también sorprendería, sobre todo después de que Manuela dijera algo parecido aél.

Florentino incomodó e incluso enfadó a Cristiano Ronaldoal preguntarle a la entrada de vestuarios sobre unasdeclaracionesa 'Kicker' en las que dejaba caer que su adiós al Real Madrid es una opción. Sin embargo, lo que de verdadincomoda al portugués es estar desconectado del juego y, por tanto, del gol. En ausencia de Benzema y Bale, todol el protagonismo ofensivo del Real Madrid debería recaer sobre Cristiano, pero lo cierto es que no es así. No marcar en 8 de los 14 partidos que ha disputado esta temporada es un mal síntoma. Normal que su guiño al propietario del PSG fuera motivo de comentarios. El club parisino es uno de sus posibles destinos si finalmente el portugués también deja el Bernabéu por la puerta de servicio.

"Se habla de tres palos del PSG, pero nosotros tuvimos tres buenas contras", se defendió, cómo no, Benítez, para cerrar su discurso de equipo pequeño, justo lo que no es precisamente el Real Madrid, cuya grandeza le obliga a "estar en octavos y felices", sí,pero con un fútbol que agrade al Bernabéu, no que le lleve a silbarlo. A Florentino Pérez es al primero quele chirría el juego de su equipo, aunque de momento esté obligado a hacer con Benítez de tripas corazón.