Pep Guardiola gana votos en las urnas, pero los pierde como entrenador

A la espera de tomar la decisión de renovar o no su contrato con el Bayern, el cual concluye en junio de 2016, Pep Guardiola sueña con ser seleccionador de Brasil, pero ¿por qué no podría serlo de España? Este es el debate que abrimos en El Confidencial a raíz de la reciente visita del técnico catalán a Del Bosque en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. "No hay nadie mejor que Vicente para que la selección (española) siga estando a un nivel tan alto como estos años", dijo Pep en las instalaciones de la Federación Española de Fútbol (RFEF), donde fue ponente del segundo curso de formación continua de la Licencia UEFA.

El exentrenador del FC Barcelona comentó durante el año sabático que se tomó tras dejar el banquillo del Camp Nou que no tendría ningún problema en dirigir a la selección española, a pesar de su ya entonces reconocido sentimiento independentista catalán. "¿Entrenar a España? Nunca se sabe", respondió en una conferencia que ofreció en México, para de este modo dejar una puerta abierta a dicha posibilidad. Pep no sólo no lo negó, sino que incluso confesó que veía con buenos ojos esta opción de cara al futuro. Sin embargo, el panorama ha cambiado, sobre todo después de dar el paso de meterse en política y cerrar la candidatura de 'Junts Pel Sí', la candidatura conjunta de Convergencia y Esquerra Republicana de Cataluña.

Lo que Guardiola no pudo aportar a la selección española como jugador por culpa de técnicos como Javier Clemente que precisamente renegaban de todo aquello que tuviera que ver con jugar, lo recompensó años más tarde Pep como entrenador del Barça. Desde la aportación de jugadores como Piqué, Busquets o Pedro a, por supuesto, perfeccionar un estilo de juego que especialmente futbolistas como Xavi e Iniesta trasplantaron a la selección española después de que Luis Aragonés se viera obligado a prescindir de Albelda y confiar en los 'bajitos'.

A cualquiera que le guste mínimamente el fútbol, y no digamos si además entiende y aprecia el juego que ha hecho grande al fútbol español, la opción de ver a Pep Guardiola al frente de la Roja no sólo sería considerada idónea e idílica, sino también una manera de revitalizar a una selección en clara decadencia. Sin embargo, y siempre y cuando el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, llegara a planteárselo a Guardiola y éste aceptara su oferta, hoy por hoy no es fácil imaginarse al técnico de Santpedor volviendo a lucir un escudo que sí lució como futbolista. Y más que por él, por lo polémico que su nombramiento podría resultar.

La encuesta realizada por El Confidencial sirve al menos para comprobar que el hecho de que Pep Guardiola se involucrara en el llamado proceso soberanista o independentista catalán le está pasando factura en su imagen futbolística. Así, a la pregunta de si el técnico catalán sería un buen sustituto para Del Bosque, casi el 40% responde que sí, por un 60% que no. Claro que el rechazo es mayor cuando se plantea directamente la pregunta si gustaría ver a Pep al frente de la selección española: el 73% está en contra, por sólo un 23% a favor. Curiosamente, la respuesta más ajustada se da a la pregunta de si cree que Guardiola aceptaría ser seleccionador español, pues el 48% cree que sí, por un 52% que opina que no.

El propio Del Bosque no dudó en su día en salir a defender que Guardiola reclamara públicamente la independencia de Cataluña. "Los catalanes están en su derecho de defender su independencia y cada pueblo debe tener la libertad para elegir su futuro", afirmó el técnico salmantino. Está claro que la política y el deporte no suelen ser buenos compañeros de viaje. En el caso de Pep ha quedado demostrado: ha ganado votos en las urnas, pero ha perdido prestigio como entrenador. Al menos de cara a dirigir a una selección que le iría como anillo al dedo y que hoy por hoy poco o nada tiene que envidiar a Brasil.