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Messi no torció el gesto esta vez, pero sí un Vermaelen que volvió a ser de cristal
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Messi no torció el gesto esta vez, pero sí un Vermaelen que volvió a ser de cristal

Esta vez no hubo follón, como cuando fue suplente en Anoeta. Messi empezó en el banquillo por su reciente paternidad. No puso mala cara, pero sí Vermaelen, que cayó lesionado

Foto: Messi celebra el gol que le dio el triunfo al Barcelona en el Vicente Calderón (Reuters)
Messi celebra el gol que le dio el triunfo al Barcelona en el Vicente Calderón (Reuters)

Esta vez se le vio relajado. Las cámaras se agolparon alrededor del banquillo del Barcelona antes de que diera comienzo el partido, pero no captaron nada raro. Leo Messi tenía el gesto relajado. Hasta dibujó alguna sonrisa. Nada que ver con su semblante en Anoeta en el primer partido del año que disputó el Barcelona a principios de enero. Entonces, aquella suplencia provocó una guerra abierta entre el argentino y Luis Enrique que pudo enterrar la temporada del equipo azulgrana. En el Vicente Calderón nada fue igual. Con una reciente paternidad que le impidió entrenarse el viernes y no tener el descanso necesario ante una cita tan importante, el jugador se quedó fuera del once. Esta vez sin polémica. El gol del genial argentino y su cara de felicidad despejaron cualquier sombra de duda. Genialidad que valió un gran triunfo en el Vicente Calderón.

Luis Enrique sabe desde enero, porque así se lo dejó muy claro Josep María Bartomeu, que en el Barcelona manda Messi. Es algo incuestionable. El asturiano tiene muy presente aquellos tiempos y como sucede con Cristiano Ronaldo en el Real Madrid, Leo juega siempre y punto. En el Vicente Calderón extrañó que Messi estuviera en el banquillo en el inicio del partido, aunque tenía su lógica teniendo en cuenta que ha estado con selección y nada más regresar a Barcerlona se encontró con el parto que alumbró a su segundo hijo. Las relaciones entre técnico y jugador se fueron suavizando y el primero es consciente de lo que no debe hacer para enturbiar el ambiente de nuevo.

Aunque su gen competitivo es incuestionable y le provoca malestar no estar en un terreno de juego, al mismo tiempo es consciente de que su físico debe tener los cuidados necesarios para que rinda al máximo durante una temporada entera. De ahí esas pautas alimenticias que sigue desde hace tiempo con excelentes resultados. Luis Enrique explicó en rueda de prensa que había mantenido una charla con el futbolista para hacerle ver que era aconsejable no arriesgar, convenciendo a Leo de que debía aguardar su oportunidad desde el banquillo. Y el asunto no pasó a mayores. Pacto entre jefe y empleado... y resultado final inmejorable.

“Ha sido determinante”, exclamó Juanfran tras el partido, para subrayar el impacto que Messi tuvo en el desenlace del partido. Y así fue realmente. Luis Enrique apuntó que “Leo es muy importante para nosotros y entendimos que después de estar de viaje con su selección era mejor no arriesgar”. “Su estado es clave para nosotros y hay que cuidar a los jugadores por la importancia de la temporada”, añadió el entrenador del Barcelona.

Lesión en un sóleo

Pero no todo fue felicidad en el campeón. Estaba viviendo sus mejores momentos como jugador del Barcelona. Tras una primera temporada en blanco con intervención quirúrgica incluida, el cuerpo de cristal de Vermaelen parecía haberse hecho roca. Hasta marcó un gol hace poco ante el Málaga que sirvió para que el equipo azulgrana sumara tres puntos. Pero la dicha del central belga se resquebrajó de nuevo en el Vicente Calderón. Mediado el primer tiempo, abandonaba el terreno de juego lesionado. Un problema muscular le mandó directo al vestuario. Y se fue con mala cara…

El Barcelona, con una política de comunicación inexistente, como informó este periódico, dio a conocer el parte médico -más o menos- de Vermaelen tras el partido. Sin demasiados datos, pero los suficientes para confirmar que el quebradizo físico del jugador se manifestó por enésima vez. El club desveló que el defensa sufre una lesión en el sóleo de su pierna pierna izquierda, sin añadir si hay rotura o no. El jefe de los servicios médicos, según el club, tiene clara la lesión. La misma, por cierto, que sufrió hace unos días Claudio Bravo y que le mantendrá de baja tres semanas por lo menos.

El fichaje de Vermaelen era de alto riesgo. Llegó procedente del Arsenal -a cambio de 17 millones de euros- con fama de jugador más que delicado, después de dos temporadas en las que sufrió un calvario en Londres. “Es un jugador de rendimiento inmediato”, dijo Andoni Zubizarreta, entonces director deportivo, en la presentación del zaguero. Una frase que conllevó con el tiempo críticas y mofas a partes iguales. El defensa no apareció a lo largo de todo el ejercicio, episodio que quedó tapado después de un triplete histórico. Ahora se reabre de nuevo el debate sobre la conveniencia de su contratación, con una zaga que ha fallado más de la cuenta durante esta pretemporada.

Esta vez se le vio relajado. Las cámaras se agolparon alrededor del banquillo del Barcelona antes de que diera comienzo el partido, pero no captaron nada raro. Leo Messi tenía el gesto relajado. Hasta dibujó alguna sonrisa. Nada que ver con su semblante en Anoeta en el primer partido del año que disputó el Barcelona a principios de enero. Entonces, aquella suplencia provocó una guerra abierta entre el argentino y Luis Enrique que pudo enterrar la temporada del equipo azulgrana. En el Vicente Calderón nada fue igual. Con una reciente paternidad que le impidió entrenarse el viernes y no tener el descanso necesario ante una cita tan importante, el jugador se quedó fuera del once. Esta vez sin polémica. El gol del genial argentino y su cara de felicidad despejaron cualquier sombra de duda. Genialidad que valió un gran triunfo en el Vicente Calderón.

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