Pedro sólo espera a que el United pague su cláusula (y el Barcelona necesita el dinero)

Pedro se marchó del Camp Nou tras jugar la segunda parte ante la Roma en el Trofeo Gamper con gesto serio. La afición, foemada mayoritariamente por turistas, que abarrotó el estadio coreó su nombre al final del encuentro. No estaba para fiestas el canario, consciente de que podría haber disputado sus últimos minutos como azulgrana, y al que se le nota la tristeza del que ha tomado la difícil decisión de querer dejar su casa. Pedro está esperando a que el Manchester United abone su cláusula de rescisión de 30 millones de euros. Ni más, ni menos. El conjunto inglés esperaba a vender a Di María al PSG para afrontar la operación. Salvo sorpresón de última hora, las fichas han ido cayendo en el tablero y el adiós de Pedro al FC Barcelona parece cantado.

Este jueves, Robert Fernández fue presentado en sociedad ante los medios de comunicación. Da muchas menos vueltas a la retórica que su predecesor Andoni Zubizarreta, lo que sin duda puede ser una bendición para la prensa, pero que a él le puede jugar malas pasadas en un mundo como el del fútbol en el que las certezas son volátiles. Así, Fernández admitió que el Barça está en situación de riesgo con Pedro porque si el United paga su cláusula se marchará, pero acabó diciendo: “Ni valoramos la posibilidad de que se marche”. No está en su mano, ni en la de la entidad, poder retenerlo, así que la posibilidad existe, como él mismo reconoció, por lo que debería tenerla en cuenta.

Adriano, a punto

Deportivamente, a Luis Enrique le viene de maravilla que Pedro se quede, pero al club, amenazado por la subida de la masa salarial y necesitado de ingresos para cuadrar las cuentas, los 30 millones de euros le caerían como agua de mayo. El vicepresidente azulgrana Jordi Mestre, presente también en la rueda de prensa, reconoció ser consciente del problema que hay con el aumento de la masa salarial y fue sincero sobre cuál es la solución inmediata: ingresar. Y en ese sentido, Pedro es la solución perfecta. El jugador, por su parte, ya sabe que no parte en igualdad de condiciones con el tridente: Messi, Neymar y Luis Suárez. Por mucho que emocionalmente sienta abandonar su casa, es consciente de que no tendrá continuidad en el Barça y tiene decidido irse, salvo un cambio brusco de última hora.

La de Adriano, sin embargo, es una situación diferente. Está a un paso de ampliar su contrato con el Barça, que le ha ofrecido una mejora. Su cláusula es de 90 millones y nadie la va a pagar. Además, la lesión de Jordi Alba, que será baja en la Supercopa de Europa y en la de España, ha dejado al descubierto la fragilidad del equipo en la posición de lateral. Y más teniendo en cuenta que hasta el mes de enero el Barça no podrá inscribir nuevos fichajes, como el de Aleix Vidal. Las soluciones, las decisiones finales en ambos casos, son inminentes.