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El Barcelona suspende sin Messi ni Neymar, pero no importa
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ANTE LA FIORE, SEGUNDA DERROTA DE LA GIRA (2-1)

El Barcelona suspende sin Messi ni Neymar, pero no importa

Llegaba el Barcelona a Florencia con la necesidad de ganar. Una victoria, dos derrotas y un empate es el balance de su gira. Y es que el equipo de Luis Enrique ha vuelto a suspender sin sus estrellas

Foto: Luis Suárez durante el amistoso (Imago).
Luis Suárez durante el amistoso (Imago).

El Barcelona fue muy superior a la Fiorentina, pero su mal inicio le condenó en el marcador y acabó perdiendo (2-1) un partido que dominó a placer a partir del cuarto de hora. Borja Valero y Joaquín la liaron: una asistencia de cada uno y dos remates certeros de Bernardechi firmaron un arranque fulgurante del conjunto italiano. Despertó el Barça, cuatro minutos después, gracias al instinto asesino de Luis Suárez que no desperdició el balón magistral que Rakitic le filtró por encima de la defensa 'viola' para recortar distancias. A partir de ahí, el equipo de Luis Enrique fue el amo y señor del balón y también del partido. El problema es que el Barcelona volvió a ser intermitente y acusó la falta de ritmo. No son los únicos puntos que debe limar Luis Enrique. Con la Supercopa de Europa a la vuelta de la esquina hay cosas que pulir, pero, de momento, no cunde el pánico. En la recámara están Messi y Neymar, los encargados de marcar las diferencias.

Llegaba el Barcelona a Florencia con una necesidad por encima de todo: ganar, recuperar esa buena costumbre. Hasta la parada en Italia, el equipo dirigido por Luis Enrique ha cosechado una victoria frente a Los Ángeles Galaxy (2-1), dos derrotas contra el Manchester United (3-1) y Fiorentina (2-1) y un empate ante el Chelsea (2-2) que se resolvió en los penaltis a favor del conjunto inglés. No son resultados excesivamente preocupantes porque el Barcelona ha ofrecido buena imagen, la actitud y el compromiso han sido correctos mientras que en el juego desplegado se ha observado velocidad, pero también algunas grietas en la defensa además de falta de puntería y consistencia. Esta dinámica en la que el Barcelona da una de cal y otra de arena se traduce en cierta irregularidad que debería ser solucionada antes de la Supercopa de Europa. Luis Enrique confía en que el regreso de sus dos bastiones de ataque -Messi y Neymar- apuntale el equipo para que la temporada 2015/2016 despegue con buen sabor de boca.

Sorprendió Messi apareciendo en la Ciudad Deportiva antes de lo previsto; el calendario señalaba los últimos días de julio y al argentino no se le esperaba. Regresó junto a Mascherano después de las vacaciones estivales de las que disfrutaron después de disputar (y perder) la final de la Copa de América ante Chile. Y lo hicieron cinco días antes. Ambos jugadores argentinos decidieron recortar sus días de descanso con un objetivo: gozar de una semana más para poder preparar el primer compromiso serio de la temporada, la Supercopa de Europa frente al Sevilla. Messi llegará a la cita (11 de agosto) habiendo disputado un partido como mucho, el Trofeo Gamper que el Barcelona jugará este miércoles contra la Roma.

Messi y Neymar, los esperados

No parece preocuparle a Luis Enrique la falta de ritmo de partido y tensión competitiva con las que el delantero argentino llegará a Tbilisi (Georgia). El técnico catalán tiene razones para ello. Leo Messi ha vuelto a Barcelona en su peso, tonificado y con muchas ganas. El reconocimiento médico que marcó el inicio de su pretemporada arrojó unos resultados tan buenos que el optimismo reina en Luis Enrique y su cuerpo técnico. Y es que cuando se trata de jugadores de la calidad de Messi no parece que la falta de partidos vayan a mermarle. En la misma situación se encuentra Neymar. Tras una discreta participación en la Copa de América, el brasileño logró alargar sus vacaciones hasta el 30 de julio. A su ausencia en la gira americana hay que sumar la de Florencia; Luis Enrique ha preferido dejarle en Barcelona junto a Messi y compañía para que el brasileño alcance el punto físico ideal porque lo cierto es que no ha llegado tan en forma como el argentino.

Hay tiempo de mejora para Neymar y también para el Barcelona. En el calendario azulgrana hay dos compromisos marcados a fuego: la Supercopa de Europa y la de España sin olvidar los tres partidos de Liga. Agosto ha llegado pisando fuerte y Luis Enrique tiene tarea: el Barcelona necesita recuperar la costumbre de ganar y sólo tiene un partido por delante para lograrlo antes de viajar a Georgia para verse las caras contra el Sevilla. Bien es cierto que hasta ahora no ha contado con jugadores como Alves, Mascherano, Neymar y Messi y esta es una de las calves porque, sobre todo los dos últimos, son futbolistas que marcan diferencias y que son capaces de resolver y voltear situaciones poco favorables. En el Camp Nou, las alarmas están lejos de saltar porque el Barcelona recupera dos de sus mejores armas, esas que nunca suelen fallar.

El Barcelona fue muy superior a la Fiorentina, pero su mal inicio le condenó en el marcador y acabó perdiendo (2-1) un partido que dominó a placer a partir del cuarto de hora. Borja Valero y Joaquín la liaron: una asistencia de cada uno y dos remates certeros de Bernardechi firmaron un arranque fulgurante del conjunto italiano. Despertó el Barça, cuatro minutos después, gracias al instinto asesino de Luis Suárez que no desperdició el balón magistral que Rakitic le filtró por encima de la defensa 'viola' para recortar distancias. A partir de ahí, el equipo de Luis Enrique fue el amo y señor del balón y también del partido. El problema es que el Barcelona volvió a ser intermitente y acusó la falta de ritmo. No son los únicos puntos que debe limar Luis Enrique. Con la Supercopa de Europa a la vuelta de la esquina hay cosas que pulir, pero, de momento, no cunde el pánico. En la recámara están Messi y Neymar, los encargados de marcar las diferencias.

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