Las finales en el Bernabéu, de obligadas con Franco a prohibidas por Florentino
A diferencia del actual presidente del Real Madrid, que se niega a ceder su campo para que se dispute la final de la Copa del Rey, el Generalísimo impuso Chamartín como sede fija para celebrar la suya
Después de tantos dimes y diretes, de marear la perdiz y de que ambos clubes sólo estuvieran de acuerdo en jugar la final de la Copa del Rey en el estadio Santiago Bernabéu, el partido que decidirá el campeón de 2015 tendrá como escenario el Camp Nou. La votación que se realizó en la Ciudad del Fútbol inclinó la balanza a favor de Barcelona. Según un exdirigentede la Liga de Fútbol Profesional, días antes de esta reunión en la sede federativa, tras la insistencia del Athletic y del Barça de jugar en Chamartín, Ángel María Villar, presidente de la Federación, le solicitó a Florentino Pérez que aceptara que la final tuviera como escenario el campo del Madrid. Es más: le ofreció un millón de euros para costear los desperfectos que pudieran ocasionarse en el estadio por ambas aficiones.
El “no” del señor Pérez fue rotundo. No sólo porque se llevaría otro gran disgusto en lo que va del presente año, al ver en sus propias narices cómo el equipo azulgrana o el vasco levanta el trofeo ante su invencible arrogancia, sino porque se filtró que don Florentino no estaba dispuesto a que los dos finalistas jugaran en el Bernabéu, al considerarles representantes de dos ciudades españolas separatistas.
El mismo exdirigente aseguraque Florentino Pérez sólo habría dado luz verde a que el partido se celebrara en el campo madridista si se lo hubiera pedido el Rey Felipe VI como un favor. De haber sido así, el presidente del Real Madrid tendría una carta en sus manos para que el monarca le hiciera algún favor, ya fuese a nivel deportivo o empresarial. Lógicamente, en la Casa Real nunca contemplaron la postura del ínclito mandatario.
El torneo de Copa no está exento de historias y curiosidades. En primer lugar, hay que rememorar que esta competición se ha jugado hasta la fecha bajo tres nombres: Copa del Rey, a partir de 1903; Copa del Presidente de la República, desde 1933; Copa del Generalísimo, tras finalizar la Guerra Civil española en 1939;y de nuevo Copa del Rey a partir de 1977.
Finalizada la contienda bélica española, el primer trofeo con el nombre de Franco se disputó en Montjuïc,donde aún era posible utilizar aquel estadio, ya que la mayoría habían quedado devastados por las batallas que asolaron toda España. Las ocho finales siguientes se repartieron entre estos campos: tres en el citado Montjuïc; dosen Chamartín; y, en una ocasión, en los feudos de Vallecas, Metropolitano y Riazor.
Recinto obligado para jugar la final de Copa
En 1948, tras un Consejo de Ministros,el Jefe del Estado ordenó que todas las finales de la Copa se jugaran en el Nuevo Chamartín. La orden de Franco se basaba en que era el estadio ideal por su magnitud y el recinto obligado para jugar la final de esta competición. Desde aquel año hasta que Franco falleció, 21 finales de las 27 que se disputaron tuvieron lugar en el Bernabéu. Sólo después de 1966, tras inaugurarse el estadio Vicente Calderón, la Federación Española logró que se alternaran los estadios, aunque Franco siempre era partidario de que la final de Copa se jugara en el campo del equipo blanco.
Algunas de las excepciones lo fueron por la coincidencia de algún viaje del Jefe del Estado al lugar que se había elegido para jugar la final de este torneo, lo cual aprovechaba para presidir el encuentro y entregar el trofeo al capitán del equipo vencedor. Sin embargo, el feudo de Chamartín ha sido santo y seña de las finales de Copa. De las 112 que se registran en el historial de esta competición, 45 se jugaron en el campo del Paseo de la Castellana.
Al instaurarse la democracia en España y ser proclamado rey Juan Carlos I, la final de Copa se jugó en diversos estadios. En 1977, tras presidir el partido entre el Athletic de Bilbao y el Betis en el estadio Vicente Calderón, Don Juan Carlos entregó el primer trofeo que llevaba su nombre al capitán del Betis, equipo que se proclamó campeón de España al ganar al Athletic de Bilbao en la tanda de penaltis.
Recurriendo a la historia de este torneo, los años que transcurrieron entre 1910 y 1913 comprenden el periodo más turbulento del fútbol español. Terminada la temporada de 1909 se creó la Federación Española de Clubs de Fútbol, lo que supuso que surgieran las más enconadas diferencias entre las entidades del balompié hispano. La prueba más fehaciente se basa en que en los dos citados años, 1910 y 1913, se jugaron dos campeonatos de España. El que organizaron José Berraondo y un grupo de paisanos, tras fundar la Real Sociedad y la Unión Española de Clubes. El de la Federación se lo llevó el Barcelona y el de los rebeldes, como denominaron a los de la Unión Española, se lo adjudicó el Athletic de Bilbao. Dos años después volvieron a organizarse dos torneos paralelos de la Copa del Rey. El federativo lo ganó el Real Unión de Irún y el de la entidad con sede en San Sebastián, el Barcelona.
El fútbol español por aquellos tiempos era como un volcán que no paraba de expulsar lava. El ambiente estaba tan encendido y a punto de estallar que lo tuvo que apagar el Rey Alfonso XIII, bisabuelo de Felipe VI. El monarca, después de reunirse con dirigentes de la Federación Española y representantes de los clubes más carismáticos, logró que la reconciliación fuera un hecho irreversible y que, en cierto modo, reinara la concordia en todos los clubes españoles.
Franco Martínez, condenado a no dirigir las finales
Entre las muchas anécdotas que han aderezado la historia de la Copa de España, se encuentra la de Ángel Franco Martínez (Murcia, 31-10-1938), colegiado que durante 17 años dirigió partidos de Primera División, etapa en la que alcanzó la internacionalidad. Afiliado al Colegio Murciano, arbitró encuentros de gran transcendencia en el fútbol español y en el extranjero, pero nunca se le concedió el privilegio de arbitrar una final de la Copa del Generalísimo mientras Franco gobernara en España.
El colegiado murciano estaba vetado no por razones políticas, sino por culpa de su primer apellido. Según la Federación Española de Fútbol y el Gobierno de la época, era por pura precaución. El organismo federativo y los ministros del Jefe del Estadotemían que, tras cualquier decisión arbitral que resultara polémica, el público le insultara utilizando el primer apellido de Franco. En teoría, Ángel Franco Martínez podía pitar una final de la Copa del Mundo, pero nunca la del Generalísimo. Años después, cuando ya era una realidad la democracia en España, dejó este testimonio personal:
“Era cierto que por mi primer apellido, mientras viviera Franco, estaba condenado a no dirigir ninguna final de la Copa de España. Lo sabía y era consciente de ello. En más de un partido actué como juez de línea antes del cambio de Régimen. Después arbitré las finales de 1978, que ganó el Barcelona; la de 1980, que conquistó el Madrid, y la de 1984, en la que se alzó con el título el Athletic de Bilbao”.
Después de tantos dimes y diretes, de marear la perdiz y de que ambos clubes sólo estuvieran de acuerdo en jugar la final de la Copa del Rey en el estadio Santiago Bernabéu, el partido que decidirá el campeón de 2015 tendrá como escenario el Camp Nou. La votación que se realizó en la Ciudad del Fútbol inclinó la balanza a favor de Barcelona. Según un exdirigentede la Liga de Fútbol Profesional, días antes de esta reunión en la sede federativa, tras la insistencia del Athletic y del Barça de jugar en Chamartín, Ángel María Villar, presidente de la Federación, le solicitó a Florentino Pérez que aceptara que la final tuviera como escenario el campo del Madrid. Es más: le ofreció un millón de euros para costear los desperfectos que pudieran ocasionarse en el estadio por ambas aficiones.
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