Ángel Correa, la estrella del Sudamericano sub-20 al que el Cholo sólo verá entrenando

Fue un sábado que nadie olvidará en el Atlético de Madrid. El derbi de las cuatro de la tarde pasó a la historia como uno de los mejores partidos de la historia rojiblanca, por el resultado, por la indiscutible superioridad y porque todo ello se lo hicieran al mayor enemigo de siempre. Muy lejos del Calderón, donde se produjo el aquelarre colchonero ante los blancos, hubo un rojiblanco que no podía estar atento al derbi. Ángel Correa se estaba despertando de un sueño inquieto cuando su club entraba en el estadio para enfrentarse al Real Madrid. Él tenía un compromiso más importante, al menos para él y su país. Argentina se jugaba en Maldonado ser la mejor selección joven de Sudamérica. Otra vez.

Lo cierto es que la participación de Argentina en el Sudamericano sub-20 era tan fundamental para Ángel Correa porque iba a ser, irremediablemente, el único torneo que iba a disputar esta temporada. Ahora que ha terminado su participación, el chico que lucía el brazalete de su equipo se incorporará al Atlético de Madrid de manera definitiva. Pero por mucho que entrene y por muy bien que lo haga ante los ojos del Cholo Simeone, no jugará con el club que le paga. Porque ese mismo club le paga su salario, que no su ficha, porque no está inscrito en la Liga de Fútbol Profesional.

Vídeo: El gol de Correa que dio el triunfo a Argentina.

Es posible que después del rendimiento de Correa en Uruguay, país donde se ha disputado el torneo, haya hecho al Atlético arrepentirse de no haberle dado una ficha del primer equipo durante el mercado de invierno; o al menos, haber hecho efectiva la cesión al Rayo Vallecano. El club de la barriada pidió insistentemente el préstamo del argentino durante el mes de enero, pero en el último instante, cuando se cerraba el mercado, el Atleti prefirió que se quedase en el Cerro del Espino, que no en el Calderón, estadio que pisará como aficionado y no como jugador. Es decir, que el jugador más prometedor del Atleti desde el Kun Agüero no jugará con ningún club durante la temporada 2014-15.

El rosarino no juega un partido oficial desde los cuartos de final de la Copa de Libertadores de 2014. Después de aquella eliminatoria en la que San Lorenzo de Almagro eliminó a Cruzeiro, Correa fichó por el Atlético de Madrid, o al menos se adelantó su fichaje, porque no se ha cerrado al cien por cien hasta este invierno. Y ¿por qué no ha podido debutar todavía? Porque justo cuando llegó al Atleti, en su reconocimiento médico, se le detectó una pequeña anomalía en el corazón y tuvo que ser operado. A pesar de que no era grave, cualquier operación cardiaca resulta peligrosa. Todo salió bien, pero en el Atleti no querían forzarle y no se cerró su traspaso en verano para que el jugador se pudiese recuperar del todo.

Y bien que se ha recuperado. La selección argentina sub-20 era una de las favoritas claras para el torneo, pero la participación de Correa, capitán del combinado, fue básica para que después de nueve partidos se alzaran con el título. Cinco goles y tres asistencias dio el jugador colchonero para ayudar a recuperar el cetro sudamericano a la joven selección albiceleste. El problema es que este torneo con Argentina no es más que la previa del próximo Mundial de la categoría que se va a disputar en Nueva Zelanda a partir del 30 de mayo. Es decir, hasta esta semana que ahora empieza no se podría haber incorporado al Atleti –o al Rayo en caso de que se hubiese dado la cesión– y se habría tenido que marchar de nuevo a finales de abril para preparar el Mundial. Poco más de tres meses habría tenido para jugar.

En el Rayo probablemente habría sido un fijo ya que Paco Jémez le quería muchísimo –no como a Miku, del que dijo que “no han contado con él” para su fichaje- y en el Atlético de Madrid, con la competitividad agresiva que tiene por los puestos de arriba, Correa habría tenido pocos minutos. ¿Qué quería el Atleti? Que el jugador descansase, que pudiese reposar su corazón después de un esfuerzo enorme con Argentina recién realizado y otro por realizar en poco tiempo. Es decir, la cesión estaba descartada. Pero, ¿por qué no se decidió dejarlo en el primer equipo y que jugase sólo de vez en cuando? Porque ya tiene las tres fichas de extracomunitarios ocupadas con Raúl Jiménez, Miranda y José María Giménez.

Ángel Correa no fue la única estrella de Argentina. Fue básico en la consecución del Sudamericano, sobre todo por su enorme gol a Uruguay que dio el triunfo definitivo en casa del rival, pero hubo alguien que incluso le superó en cuanto a rendimiento. Y tiene sangre rojiblanca. Se llama Giovanni Simeone. El hijo del Cholo cada vez tiene más protagonismo en el primer equipo de River Plate, pero le faltaba explotar. Y lo ha hecho en el Sudamericano de una forma asombrosa. Un gol por partido, es decir, nueve goles, para ser con cuatro tantos de diferencia el máximo goleador de la competición.

Era la otra opción que manejaba Paco Jémez para reforzar la delantera del Rayo. Según confirmó el propio Felipe Miñambres, Giovanni fue ofrecido por el entorno del jugador al club franjirrojo, sin embargo, al haber cerrado el fichaje de Miku, se descartó la llegada del argentino. Así que Giovanni seguirá en River a la sombra de Teo Gutiérrez, el líder atacante millonario, hasta que tenga la oportunidad de viajar a Europa, que le llegará, sin duda, más pronto que tarde.