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El futuro del Barça depende de que Luis Enrique y Messi entierren el hacha de guerra
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el actual presidente no encontró otra salida

El futuro del Barça depende de que Luis Enrique y Messi entierren el hacha de guerra

Josep María Bartomeu cambió a última hora el guión que tenía establecido desde hace tiempo y se vio obligado a adelantar las elecciones por la presión de sus directivos

Foto: Josep Maria Bartomeu, tras acabar la rueda de prensa en la que anunció el adelanto de las elecciones. (EFE)
Josep Maria Bartomeu, tras acabar la rueda de prensa en la que anunció el adelanto de las elecciones. (EFE)

Ante los sesudos análisis que comenzarán a aparecer para radiografiar cuál es la situación real del Barça una vez que Josep Maria Bartomeu anunció la convocatoria de elecciones, convendría bajar la pelota al suelo: el futuro del Barcelona, institucional y deportivo, depende de que Luis Enrique y Messi sepan hallar un punto medio donde encontrarse y trabajar juntos, y ahora hay grandes dudas de que eso pueda llegar a suceder.

Si el equipo llega a final de temporada sin títulos y con su estrella descontenta, rumiando si marcharse o no del Barça, ya se puede presentar a presidente el sursum corda, que los socios lo que le pedirán es que lo primero que haga sea amarrar a Leo Messi y crearle un hábitat donde sea feliz. Así de simple. Y luego, todo lo demás.

Bartomeu se vio obligado a adelantar las elecciones porque parte de su Junta así se lo pidió, exigió incluso. En la reunión celebrada en casa del presidente, hubo amenazas veladas por parte de algunos directivos. Vino a ser un “o convocas elecciones, o tú verás”. Los más interesados en el adelanto de los comicios son Toni Freixa, Xavier Faus y Carles Vilarrubí, a los que se ha unido en los últimos tiempos Jordi Cardoner. Todos ellos tienen aspiraciones y se plantean presentarse o formar parte de una candidatura, y consideraban que el tiempo sólo podía jugar en su contra; la descomposición en el club ya es tan evidente que seguir atornillados al cargo sería una losa para su futuro. Bartomeu, ante la presión y viéndose sin apoyos, claudicó.

Más allá de los aspirantes en la propia Junta, a lo que todos estarán atentos es a si se presenta o no Joan Laporta. El expresidente azulgrana no lo tiene decidido. El cuerpo le pide marcha y sabe que cuenta con la simpatía de una gran parte de los socios, que añoran los no tan viejos y gloriosos tiempos, y que creen que Laporta podría devolverles el esplendor de entonces. Pero ‘Jan’ no tiene decidido aún qué hacer y, los que le conocen bien lo saben: es absolutamente imprevisible. Él y solo él tomará la decisión, que dependerá también de si puede formar un equipo que le acompañe sin fisuras, que a él le guste y con el que se sienta ganador. Además, a Laporta le han llegado también ofertas desde el mundo de la política con el adelanto electoral en Catalunya también en juego. Agustí Benedito, segundo en las últimas elecciones, sí que tiene intención de presentarse. Hay otras candidaturas, como la de Jordi Farré, más exóticas y que, a priori, no parece que vayan a tener recorrido.

Más allá de futuros candidatos, cuando todavía no hay ni fecha para las elecciones (que deben ser entre el 15 de marzo y el 15 de junio), no hay que perder de vista tampoco la reacción de Luis Enrique al valorar la marcha de Andoni Zubizarreta y su equipo: “Son personas leales y honestas en su trabajo. Su marcha es una noticia muy triste y a mí me debilita”. Es decir, el entrenador elegido por Josep Maria Bartomeu y su Junta afirmó públicamente su descontento con las decisiones de sus jefes y tiene un conflicto abierto con Leo Messi. El calendario tampoco le va a servir de gran ayuda, porque el próximo domingo recibe al Atlético de Madrid en medio del tsunami y con el temor de cuál será la reacción del Camp Nou. La posición del técnico es de extrema debilidad y no hay señales de que vaya a dar su brazo a torcer en su relación con Messi. A estas alturas ya nadie puede asegurar siquiera que vaya a acabar la temporada y la emisora RAC1 adelantó que en el club han comenzado incluso a echar un vistazo a posibles sustitutos, por si acaso. Los recién nombrados por Bartomeu, Nacho Mestre y Albert Soler, este para dirigir la parcela deportiva, tienen faena.

Ante los sesudos análisis que comenzarán a aparecer para radiografiar cuál es la situación real del Barça una vez que Josep Maria Bartomeu anunció la convocatoria de elecciones, convendría bajar la pelota al suelo: el futuro del Barcelona, institucional y deportivo, depende de que Luis Enrique y Messi sepan hallar un punto medio donde encontrarse y trabajar juntos, y ahora hay grandes dudas de que eso pueda llegar a suceder.

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