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Villar, entre la casta y la caspa: "Yo soy marxista, leninista... y de derechas"
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ASÍ ES EL POLÉMICO PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN

Villar, entre la casta y la caspa: "Yo soy marxista, leninista... y de derechas"

En unos días cumplirá 65 años y nada menos que 27 como presidente de la Federación Española de Fútbol. Exfutbolista y abogado, su vida es la UEFA y la FIFA

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"Yo soy marxista, leninista... y de derechas".Aunque se prodiga poco ante las cámaras y aún menos ante los micrófonos, de hechounas y otrosestuvieron prohibidos la semana pasada en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas,Ángel María Villarvolvió a ofrecer una imagen desenfadada y de echado palante ante los periodistas invitados a la tradicional cena –este año, cóctel– de Navidad.

Con una copaen una mano y unpuroen la otra –"¡si me ve mi mujer!", bromeó–, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF)exhibiósu absoluta despreocupación ante lasinformacionesque, en circunstancias y paísesnormales, le habrían obligado a dimitir (hace tiempo, claro). Así es Villar, o así es al menos lo poco que se conoce de él. Y no será por el tiempoque lleva en el cargo, sinoporque así se ha encargado personalmente él de que sea.

En elaño que está a punto de inaugurarse, Ángel María Villar Llona (Bilbao, 21 de enero de 1950)cumplirá27 como presidente de la RFEF.Es decir, que a suscasi 65 añoslleva más de un tercio de su vida ocupando la misma poltrona y no tiene previsto jubilarse. Reelegido hasta en seis ocasiones,no descarta que haya una séptima.

En su última y reciente junta directiva,Villar comentó su intención de seguir otros cuatro años más ysólo la posibilidad de que Joseph Blatter hubiese renunciado a buscar la reelección como presidente de la FIFA podía haberle hecho cambiar deopinión. Pero Blatter buscará su quinto mandato y, además, la figura de Villar a nivel internacional se ha visto dañada por su presunta implicación en las irregularidades detectadas por el fiscal Michael García en la elección de Rusia y Qatar como sedes de los Mundiales del 2018 y 2022, respectivamente.

Cabe recordar que Villar es vicepresidente tanto de la UEFA como de la propia FIFA. De hecho, siempre está más pendiente de estos dos organismos que de su propia federación, la cual da la sensación de que leaburre, de ahí que la deje en manos de hombres de confianza como Padrón o Espino.Tras el fiasco de la Roja en el último Mundial, el dirigente bilbaíno regresó con la expedición española, estuvo tres días en Madrid y regresó a Brasil para seguir viajando a costa de la FIFA y en compañía de su mujer.

Como futbolista, Villar desarrolló toda su carrera en el Athletic, club en el que jugó durante diez temporadas, tras pasar un año previoen el Galdakao y otroen el Getxo. Una Copa del Generalísimo, en 1973, es su único palmarés, aunque uno de losmomentos más recordados de su etapa en pantalón cortofue su agresión a Johan Cruyff. Empezó a estudiar Químicas, pero lodejó cuando tuvo la oportunidad dededicarse profesionalmente al fútbol. En cambio, uno años después se licenció en Derecho por la Universidad de Deusto y empezó a ejercer junto a unos amigos. Su hijo Gorka, también abogado, trabaja en la RFEF.

Antes incluso de colgar las botas y ejercer como letrado, Villar fue uno de los fundadores de la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles), sindicato del que llegó a ser vicepresidente y con el que curiosamente tan buenas migas hace ahora. Tras retirarse, fue elegido presidente de la Federación Vizcaína de Fútbol y entró a formar parte de la Junta directiva de la RFEF presidida entonces por José Luis Roca. En 1988llegaría su salto a la presidencia... hasta hoy.

De jugar en 1979 en San Mamés en el regreso de la selección vasca, ahora conocida como Euskal Selekzioa, Villar ha pasado a llevar a Bilbao la sede española de la Eurocopa 2020. Es decir, muy en la línea de sus paisanospolíticos bilbaínos.Es posible que, salvo en la capital vizcaína, el presidente de la RFEFpueda pasear por la calle sin que la mayoría de la gente le reconozca. Sobre todo porque en algunas ocasiones lo hace de incógnito, si hace falta debajo de un gorro de lana.

Incapaz de pronunciar correctamente la palabra fútbol–dice fúlbol–, el hándicapde Villar es no hablar más idiomas que el español, por más que este le sirva para apañarse en sus numerosos viajes. "Lo ha intentado con el inglés, perono pasa del yes", asegura un testigo de sus andanzas por el mundo.Ese es su gran obstáculo en la forma, aunque lo peor está en el fondo, tal y como quedó demostrado en la bochornosapresentación que hizo en Zúrich de la candidatura de España y Portugalal Mundial 2018 (ver vídeo adjunto).

Su táctica es la mismaque ha llevado en una cuestión tan peliaguda como la muerte delultra del Deportivo en una reyerta con ultras del Atlético. Primero,repetidos desplantes al Gobierno, como si la federación que preside fuera unarepública bananera. Después, creando una comisión dela que ha excluidoal CSD, como si el fútbol español fuerasu cortijo.Y entre mediasun silencio atronador, como si la cosa no fuera con él,cuando desde su propia junta directiva reconocen que el gran problema de la violencia en el fútbol español no está en Primera o en Segunda División, ni siquiera en Segunda B, sino en Tercera y en todo el fútbol regional.

Poco amigo de conceder entrevistas, quienes tienen oportunidad de coincidir con él destacan que va como dando lecciones."Llevo 18 meses en el cargo y todavía no he sido recibido por Villar para ninguna reunión", se lamenta Javier Tebas. "¡Y mira quele he solicitado reuniones!", añade el presidente de la LFP. Más grave aún es su guerra contra el presidente del CSD, Miguel Cardenal.Pero a Villarle da igual. Como ya hizo en otra ocasión, en caso de verseacorralado, siempre puede recurrir al Tío Blatter paraque amenace a España.

Eso sí, por más que se ha resistido,Villar se ha visto obligado a someterse a la Ley de Transparencia y ha publicado su sueldo de 2013 en la página web de la RFEF: 151.504,36 euros al año, es decir,12.625,36 euros al mes, aunque sus ingresos son muchos más. Normal para alguien que tiene hasta nueve casas y que figuraa la cabeza dela casta y la caspa del fútbol español.

"Yo soy marxista, leninista... y de derechas".Aunque se prodiga poco ante las cámaras y aún menos ante los micrófonos, de hechounas y otrosestuvieron prohibidos la semana pasada en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas,Ángel María Villarvolvió a ofrecer una imagen desenfadada y de echado palante ante los periodistas invitados a la tradicional cena –este año, cóctel– de Navidad.

Ángel María Villar Real Federación Española de Fútbol
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