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¿A qué juega Blatter? FIFA manipula el informe de Rusia y Qatar de su inspector
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¿A qué juega Blatter? FIFA manipula el informe de Rusia y Qatar de su inspector

La organización cerró la investigación sobre los Mundiales de Rusia y Qatar al no ver corrupción... pero Michael García denuncia la manipulación de su informe

Foto: Michael García (i) junto al juez Hans-Joachim Eckert durante un acto de la FIFA (EFE).
Michael García (i) junto al juez Hans-Joachim Eckert durante un acto de la FIFA (EFE).

Cuanto más polvo se levanta sobre la elección de Rusia y Qatar como las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022, más suciedad se encuentra. No hay un movimiento de la FIFA que sugiera una aclaración a toda la problemática que desde el 2 de diciembre de 2010 lleva arrastrando la elección de las locaciones de las dos próximas Copas del Mundo. La última polémica se produjo justo cuando se esperaba que por fin se cerrasen las dudas, las sospechas (o se confirmasen). La propia FIFA, a través de su juez Hans-Joachim Eckert, publicó un informe en el que se detallaban las diferentes irregularidades cometidas antes de la votación de las sedes, pero concluía que ninguna de ellas era lo suficientemente grave para poner en entredicho la elección, y mucho menos para volver a abrir el proceso.

Ese informe que firma Eckert en su última página tras las conclusiones, se extrae de lo que durante un año y medio estuvo investigando en los nueve países implicados el exfiscal estadounidense Michael García. Este hombre es un miembro clave en la Comisión de Ética de la FIFA, la cabeza pensante del proyecto que creó la organización mundial para reforzar su transparencia. La otra, la parte ejecutora, la representa Eckert. Y García, aunque como parte integrante de la propia FIFA tendrá siempre sobre sí las dudas sobre su propia trasparencia, precisamente, él mismo denunció que las conclusiones que había obtenido Eckert de su informe estaban bien lejos de lo que García quería decir.

"El fallo del presidente de la cámara ejecutiva contiene numerosas interpretaciones sustancialmente incompletas y erróneas de los hechos y conclusiones detalladas por la cámara de investigación", reclamó el investigador en un comunicado difundido por todo el mundo. García además reconoció que pensaba en recurrir la decisión del juez y de la FIFA de continuar adelante con las candidaturas de Rusia 2018 y Qatar 2020. El investigador presentó a la FIFA un informe de cientos de folios (unos hablan de 350, otros de 500) que los que mandan en esto del fútbol no han querido hacer público alegando cuestiones de confidencialidad. El mismo Eckert reiteró que la publicación "es totalmente incompatible con la obligación de confidencialidad a la que están sometidos los miembros del Comité de Ética de la FIFA".

Lo único que ha salido de la omnipotente boca de la FIFA después de saber que su propio investigador se ponía en su contra es que lamenta la decisión de García. "Es triste que los dos directores de la Comisión de Ética tengan opiniones diferentes sobre algo tan importante", dijo el secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke. Nada más, ni una mínima muestra de autocrítica o, al menos, un pequeño espacio a la duda, ya que depositaron su confianza en un hombre y, al poco de recibir el trabajo realizado por éste, lo desprecian no dando ni un poco de voz a las críticas de García, que probablemente sepa mejor que nadie si ha habido o no trampas en el proceso de elección.

Michael García es sólo uno de los muchos que se han mostrado a favor de publicar su informe para que las conclusiones sobre la corrupción en la elección de los consabidos Mundiales se conozcan. Y es que estos no serían pocos, en realidad. El último motivo para la razonable duda surgió en junio, cuando el Sunday Times publicó que un exdirectivo de la FIFA habría pagado casi 4 millones de euros para comprar votos para Qatar. En aquel momento, Jim Boyce, vicepresidente de la FIFA y otra de las voces que piden publicar el informe completo, aseguró que si existiesen indicios de corrupción, aceptaría “una nueva votación”. Además, añadió que “el comité ejecutivo de la FIFA apoya al 100% a García”. No parece que sea así, visto lo visto.

Joseph Blatter, que evidentemente ha salido impoluto de todo este asunto, ya mostró hace algo más de un año su teórico malestar con la elección de Qatar. “Cometimos un error. Fue un error decir ‘podemos jugar en verano’ porque en verano no se puede jugar allí”, dijo el presidente de la FIFA. La candidatura de Qatar es la que más quebraderos de cabeza está dando, sin duda, porque cualquier movimiento que se haga en torno a la realeza qatarí suena a sucio. El Barcelona y el Real Madrid están patrocinados por empresas de los emiratos y hay muchas voces que los critican y piden que rompan sus acuerdos con aquellas dictaduras. Esas dictaduras tienen bien manchadas las manos de sangre, también, ya que cientos de trabajadores han muerto en las obras de los estadios en situaciones de esclavitud.

Pero los rumores (y lo escrito en el informe completo) sobre Rusia no son especialmente mejores que los de Qatar. Según cuenta García en el informe, los ordenadores que usaron en su momento los rusos fueron destruidos y no tuvo acceso a los correos electrónicos que se enviaron. Sin embargo, Alexei Sorokin, uno de los líderes de la candidatura rusa, aseguró que “todo lo que se pudo entregar a los investigadores, se entregó”. Además, se habla de muchos millones movidos para asegurar que el país que preside Vladimir Putin fuera elegido por delante de la candidatura ibérica que conformaban España y Portugal.

A pesar de que las más golpeadas por el informe García son Rusia y Qatar por motivos evidentes, lo cierto es que el investigador americano no se dejó a nadie por analizar. Bueno sí, a la candidatura de España y Portugal, una de las principales favoritas para ganar el Mundial de 2018. En ningún momento se habla ni de nuestro país ni del vecino, por lo que podría haber sido la única candidatura que no colaboró con Michael García.

A los que sí investigaron y bien son a los ingleses. Según explicó Eckert, Inglaterra participó en ciertas acciones que eran “perjudiciales” para la imagen de la FIFA y el proceso de licitación. Y claro, la reacción británica no ha tardado en producirse. La apelación de García "convierte todo este proceso en una broma. Si la persona que hizo la investigación dice que el informe no refleja lo que él defendía, me parece algo sorprendente, como a la mayoría de la gente, estoy seguro", señaló el presidente de la Football Association, Greg Dyke. Y en un comunicado, añaden que no aceptan “ninguna crítica sobre la integridad de la candidatura de Inglaterra o de cualquiera de las personas implicadas”.

Cuanto más polvo se levanta sobre la elección de Rusia y Qatar como las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022, más suciedad se encuentra. No hay un movimiento de la FIFA que sugiera una aclaración a toda la problemática que desde el 2 de diciembre de 2010 lleva arrastrando la elección de las locaciones de las dos próximas Copas del Mundo. La última polémica se produjo justo cuando se esperaba que por fin se cerrasen las dudas, las sospechas (o se confirmasen). La propia FIFA, a través de su juez Hans-Joachim Eckert, publicó un informe en el que se detallaban las diferentes irregularidades cometidas antes de la votación de las sedes, pero concluía que ninguna de ellas era lo suficientemente grave para poner en entredicho la elección, y mucho menos para volver a abrir el proceso.

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