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Xavi pierde los papeles con el Madrid... como Guardiola con una cuarta árbitro
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incoherentes con el discurso del barça

Xavi pierde los papeles con el Madrid... como Guardiola con una cuarta árbitro

Mientras el excapitán del Barça no quiso reconocer el juego del Real Madrid en el Clásico, su exentrenador tuvo que pedir disculpas por su comportamiento en Alemania

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Son los recoldos del Clásico, pero no por ello está de menos apagarlos antes de pasar página. Después de unos años de claro dominio del Barça en los enfrentamientos directos, el Real Madrid no sólo ha revertidolos marcadores,sino que incluso ha logrado ser mejor, superior si se prefiere, aun equipo que parece empezar avivir excesivamente de los recuerdos. Todo lo contrario que le ocurre al conjuntode Ancelotti, que vive del y para el presente.

Aunque habrá quien pienseque el partido del sábado lo perdió el Barça, sobre todo después de tenerlo encarrilado, lo cierto es que más allá de su remontada,el Real Madrid se quitó porfin los complejos de renunciar al balón y demostró que, por poder,con la pelota puede ser tan bueno como el Barça. Y eso que los blancos salieron al campo con demasiado respeto, pese a jugar con cuatro en el centro del campo por la ausencia de Bale y la presencia de Luis Suárez junto a Messi y Neymar.

También es verdad, y por ello tampocoestá de más recordarlo, que la temporada pasada la Liga no fue ni para el Real Madrid ni para el Barcelona, sino que fue un tercero, el Atlético,que paradójicamente ganó la llamada Liga de dosy dejó a los dos grandes en evidencia. Sin embargo, y volviendo al Clásico,lo más curioso es que losjugadores del Madrid no sólo celebraron sucontundente victoria, sino que también valoraron la manera delograrla.

“Hemos invadido su campo, les hemos discutido el balón", dijo Ramos. "Les jugamos cara a cara, sin miedo y teniendo mucho el balón", añadióMarcelo."En ocasiones les quitamos el balón al Barça", destacó Carvajal. Nada que ver con el discurso de hace bien poco y especialmente cuando Mourinho les hacía sentirse inferiores y de esta forma saltar al campo a 'combatir' más que a jugar.

Como suele suceder en estos casos, el discurso cambia según te convengay por ello chocó que Xavi intentara quitarleméritos a la victoria del Madriddiciendo que"ellos viven de las contras y no lo hemos podido parar".Del mismo modo que los olés del Bernabéu en el Clásico del pasado sábado han desnudado a quienes decían que al madridismo no le gusta el fútbol de toque -no confundir con el insulso y peyorativotiki-taka-, el hecho de que Xavi no reconociera que el Madrid no sólo ganójugando a la contra. No fue el Barça de Guardiola, pero se pareció al mejor de Luis Enrique.

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Y hablando de PepGuardiola, el ahora técnico del Bayern de Múnich perdió los papeles en los minutos finales del partido contra el BorussiaMönchengladbach. Su incidente, que no es el primero de estas características y por ello debería empezar a mirárselo, tuvo aún más repercusión en Alemania al tener como protagonista a una mujer, Bibiana Steinhaus, que ejerció de cuarto árbitro en el mencionado encuentro de la Bundesliga.

Pep se quejó amargamente de las continuas pérdidas de tiempo locales en los últimos minutos del partido yen un momento dadofue a darle la mano a Steinhaus, que se la tendió, produciéndose entonces un gesto de desprecio por parte del técnico catalánal soltársela de malas maneras. Más tarde, Pep leinsistió a la colegiada por la misma circunstancia y éstale retiró la mano del hombro con un "¡no me toques!". El Bayern eslíder de la Bundesligaa pesar del empate sin goles contra el BorussiaMönchengladbach, pero el comportamiento de su entrenador no ha gustado y recuerda a otros que él mismoha criticado.

Son los recoldos del Clásico, pero no por ello está de menos apagarlos antes de pasar página. Después de unos años de claro dominio del Barça en los enfrentamientos directos, el Real Madrid no sólo ha revertidolos marcadores,sino que incluso ha logrado ser mejor, superior si se prefiere, aun equipo que parece empezar avivir excesivamente de los recuerdos. Todo lo contrario que le ocurre al conjuntode Ancelotti, que vive del y para el presente.

Pep Guardiola Bayern Múnich